La fuerza más poderosa del mundo no es el amor, son las armas.

Capitulo: 20

- ...Eh, hermano.- Canadá asomó su cabeza por el pequeño espacio que había abierto en la puerta de la oficina del palacio nacional mexicano, donde su hermano estadunidense se encontraba, quien por cierto hacía un meticuloso inventario de las fuerzas militares y armamento de México. - ¿Qué sucede Canadá?- Comento sin despegar la vista de la pantalla de su computador. - Pues, creo que tenemos un... Eh... Cómo decirlo... - Canadá rodaba los ojos buscando las palabras apropiadas, EUA elevó la vista mirándole confundo y con el ceño ligeramente fruncido.

Ambos llevaban un tiempo en México para poner en orden todo en ausencia de su querido amigo, sus países estaban bien dirigidos por sus responsables capitales, pero CDMX no era alguien exactamente responsable como para encargarse de México, a decir verdad quien se estaba encargando de todo en compañía de los hermanos norteamericanos era inesperadamente Monterrey.

Canadá y Estados Unidos caminaban por los pasillos de aquel lugar, guiados por el primero. - Bueno, es que verás, es difícil de explicar con claridad ésto y yo no sé bien que hacer...- Finalmente llegaron a una de las habitaciones de invitados, el canadiense abrió la puerta dejando ver a cierto ruso dormido al pie de la ventana, a su lado en el suelo una mochila y su ropa parecía sucia debido a un largo viaje.

Estados Unidos y Canadá conectaron miradas, él bicolor cerró con cuidado la puerta y dio un largo suspiro. - ¿Lo notaste verdad? ¿Notaste las heridas en su rostro? - EU asintió y cruzo los brazos. - Son claros golpes, URSS debió darle uno de los adiestramientos que acostumbra. -

- Seguramente así fue, aún así me sorprende que esté aquí, y por su apariencia parece que no es exactamente una visita formal... ¿Crees que él haya...

- ¿Escapado? Es evidente. Pero fue una estupidez que lo hiciera, ¿Que piensa hacer aquí? Sin apoyo de su gente, fuerzas militares, espías, refuerzos, lo que fuera, sin eso no es más que un estorbo aquí. Todos sabemos que URSS sigue al mando, ni siquiera NAZI hace eso con Alemania.

- Es un buen punto, Alemania dirige su país como mejor le parezca y NAZI solo le aconseja... Aún así no tengo corazón para pedirle que regrese a su tierra... México no dudaría en ayudarlo... - Estados Unidos golpeó con fuerza la pared usando su puño.

- ¡Pero México no está aquí! Rusia ahora sin apoyo de su padre no es más que un civil. No, es más, es un inmaduro adolescente enamorado que escapó de casa de papi para intentar hacer algo por México, porque para nadie es secreto que Rusia gusta de él, pero es una cosa estúpida que viniera, ahora URSS vendrá a jodernos a ti a mi seguramente pensando que respaldamos el berrinche de su mocoso, y lo que es mas-...

- ¡Tu eres exactamente como él, Estados Unidos de América!- Canadá no pudo contener sus nervios y finalmente estalló, su paciencia infinita estaba terminando. - Tú, hermano, no te preocupas por nadie que no seas tu, Inclusive yo te necesite y no estuviste conmigo... Pero cambiaste, ¿No? ¿Y gracias a que cosa fue ese cambio? Fue gracias a México, gracias a que tú, tonto impertinente también te enamoraste de él. ¡Mírate! Dejaste a tu país al mando de tu capital, viniste a México a ayudar con su organización y estás invirtiendo tiempo, dinero y hombres en buscarlo. ¿Es que no lo vez hermano?... El amor es la fuerza más poderosa del mundo, y por eso estamos aquí todos, porque de maneras distintas todos amamos a México...- Finalmente Canadá dejo de hablar, mirando a su hermano estático.

Una pequeña sonrisa y una risa nasal escaparon del de 50 estrellas, aquel acto sorprendió al canadiense. - Te equivocas hermano ... El amor es la fuerza que más debilita al ser humano... Te hace vulnerable... Te hace ceder... Yo cedí ante mi ego y mi egoísmo por él, a pesar de que se que jamás podré tener su corazón... - Estados Unidos comenzó a caminar, Canadá dio una última mirada y para su sorpresa Rusia seguía durmiendo.