❁⁎✬⁂【:.43.:】⁂✬⁎❁

435 34 10
                                    

Pasaron dos días más desde aquella charla en la que Dohko le había pedido a Shaina que se pensase bien lo que le diría a Milo cuando lo volviese a ver, cosa que ella hizo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron dos días más desde aquella charla en la que Dohko le había pedido a Shaina que se pensase bien lo que le diría a Milo cuando lo volviese a ver, cosa que ella hizo. Por las noches pensaba mucho en ese asunto, tanto que incluso ya había soñado con ese famoso encuentro en el que él la miraría con enfado por haberle ocultado algo de tal relevancia.

El Milo de su último sueño, incluso le había llamado "escoria" antes de alejarse con su bebé en brazos mientras Shaina se hundía en la tierra bajo sus pies, gritando por no ser dejada ahí sola sin su hijo. Cuando despertó, se halló a sí misma agarrándose el vientre abultado, respirando más aliviada por todavía tenerlo.

En el día tres, varias veces Shaina se había visto caminando hacia el despacho de Saori con el fin de pedirle como favor, hablar con su Ilustrísima y saber algo sobre Milo. ¿Cómo estaba? ¿Se habría visto afectado por su ausencia?

¿Ya sabría lo del embarazo? Y si así era, ¿estaba molesto, triste, ofendido? ¿Cómo podría pedirle a su Ilustrísima y Athena que le permitiesen al Santo venir a Japón antes de que el bebé naciese, si es que Milo quería conocerle y estar presente durante el parto. Además, hoy se cumplían 5 meses de gestación. Casi seis desde que ella y Milo dejaron de hablar.

¿Suficiente tiempo para que él la olvidase o la terminase de odiar por pensar en usarlo como donante de esperma?

Shaina inhaló profundo, dándose valor, y finalmente tocó la puerta.

Una vez adentro del espacio, pidió permiso para hablar con Athena, quien, maravillosamente atractiva y reluciente, la joven diosa todavía se encontraba charlando con Seika, quien se levantó del asiento frente al escritorio. Saori al ver a Shaina aproximándose, le pidió a Seika que las dejase solas.

Seguro la chica partiría con Marin al hospital para ver a Seiya. Según Shaina, hoy tocaba visitarle.

Apenas Seika partió, Shaina se sintió segura de hablar.

—Yo...

—¿Estás lista? —interrumpiéndole, Saori sonrió benevolente.

—¿Lista?

—Al fin estás dispuesta a hablar con Milo, ¿no es así?

—¿Cómo lo...? —Shaina soltó un respingo.

—Sólo lo sé —respondió sonriendo todavía—. Pero antes de que Milo sea notificado, quisiera que tú acompañaras a Seika y Marin al hospital.

Shaina no pudo extrañarse más por la orden.

—¿Para qué? Hoy no es mi cita.

—No me refiero a eso —la miró intensamente—. Shaina, hay algo que debes hacer antes que cualquier otra cosa.

Cuando escuchó la puerta abriéndose, Shaina se dio la vuelta para mirar a Seika y Marin esperándola, luego regresó su mirada a Saori quien le dijo como si le respondiese a una pregunta que Shaina no había siquiera formulado en su cabeza:

—Todo en esta vida tiene un principio y un final —dijo la diosa—. Actualmente hay algo más que te impide seguir con tu vida, y hasta que no dejes concluida esa parte de tu pasado, no podrás seguir adelante con esto. —Saori le sonrió apremiándola a acompañar a ambas mujeres—. Estoy segura de que ya falta poco para que seas completamente libre —musitó cuando la puerta se cerró atrás de Shaina, Marin y Seika.

 Estoy segura de que ya falta poco para que seas completamente libre —musitó cuando la puerta se cerró atrás de Shaina, Marin y Seika

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓐𝓶𝓪𝔃𝓸𝓷𝓪 | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora