❁⁎✬⁂【:.57.:】⁂✬⁎❁

269 25 5
                                    

Como Milo y seguramente Aioros también, Aioria se sorprendió por el cierto parecido que Seika tenía con Marin, sólo que la amazona era pelirroja y Seika poseía el mismo cabello color castaño que su hermano, y sin embargo sus melenas eran rizadas p...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como Milo y seguramente Aioros también, Aioria se sorprendió por el cierto parecido que Seika tenía con Marin, sólo que la amazona era pelirroja y Seika poseía el mismo cabello color castaño que su hermano, y sin embargo sus melenas eran rizadas por igual. Sus miradas también diferenciaban pues mientras que Marin usaba un semblante desafiante y severo en sus ojos curiosos color azul, plagada de seguridad, Seika permanecía con una ligera curva en sus labios con una mirada cálida y pacífica cuyo color era marrón.

—Saori me dijo que llegarían pronto... pero no creí que sería tan pronto —dijo sonriendo afablemente.

—Seika —la llamó Tatsumi, severo—, recuerda tus modales.

—Sí, sí —desligó la muchacha japonesa pidiéndoles a las empleadas que sirvieran el almuerzo.

—¡Pero la señorita Saori aún...!

—Mientras estaban afuera, ella llamó y dijo que no la esperásemos pues sus socios buscaban invitarla a tomar el té, se disculpa de antemano por no poder recibirlos, pero asegura que estará aquí para la cena —sin pedir permiso se sentó frente a los Caballeros, les miró y les sonrió de nuevo—. Lamento no haberles conocido en circunstancias más apropiadas.

—Esto debe ser un error, llamaré a la señorita ahora —decretó Tatsumi, desconfiando de las palabras de Seika.

—Como usted diga —canturreó viéndolo salir rápidamente y les miró de regreso a ellos con un poco de más timidez—. Saori me pidió que evitase que Tatsumi la llamara, pero no suele hacerme caso y... prefiero evitar conflictos innecesarios con él.

—Así que eres la hermana de Seiya —masculló el caballero mayor.

—Sí... lo soy —una joven empleada llegó con una jarra de jugo de naranja y sirvió un vaso para Seika.

—De verdad lo lamento —dijo Aioros refiriéndose a la condición del muchacho.

Ella asintió tristemente aceptando el sentimiento.

—Ruego todos los días porque me dejen volver a verlo, pero mi voz no puede alcanzarlo... ¿y cómo podría? Si ni siquiera escucha la voz de Saori. —Lentamente bebió el juego en su vaso—. ¿Y qué desean para comer?

—Lo que sea estará bien —dijo Aioria tratando de no desanimar más a la joven hablándole de Seiya.

Recuperando aquella sonrisa ya reconocida, Seika pidió a las chicas apresurarse antes de que Tatsumi regresase y las obligase a esperar 3 horas a que llegase Saori.

—Veo que Tatsumi y usted tienen ciertas diferencias —musitó Milo, apoyado de espaldas en el respaldo de la silla, con los brazos cruzados.

Los Caballeros notaron con facilidad, el modo en el que el hombre había estado hablando con ellos y de pronto cambió su tono al encarar a Seika.

—No son sólo diferencias. Al igual que mi hermano y todos los demás, yo no le agrado a Tatsumi; pero está bien —siguió sonriendo—, él tampoco me agrada a mí; nos toleramos sólo porque ambos vivimos aquí y porque Saori no gusta de ver pleitos entre nosotros. En respeto a ella, ambos procuramos tratarnos lo menos posible.

𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓼𝓮𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓐𝓶𝓪𝔃𝓸𝓷𝓪 | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora