3: A caballo regalado...

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    —¿A qué hora sales hoy? Te recogeré para ir al centro comercial hoy— me informa Mercy al terminar la clase en donde ella es estudiante

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    —¿A qué hora sales hoy? Te recogeré para ir al centro comercial hoy— me informa Mercy al terminar la clase en donde ella es estudiante.

    Ya todos habían salido, se atrasó a propósito para poder hablar con tranquilidad conmigo. Se acercó a mi escritorio aun guardando algunas cosas en su bolso rosa pastel de algún material que imitaba el cuero.

    —Lo siento pero creo que no sería apropiado que me vieran saliendo con una de mis estudiantes— dijo con un poco de sarcasmo en el fondo de mi voz.

    —Jaja, que gracioso— da una risa falsa —Quiero ver lo que te pondrás el viernes.

    —Lo dijo en serio, nos podemos ver aquí o en mi oficina privada, pero no quiero que le llegue algún falso chisme a la decana Rivers sobre nosotros— bajo la vista a mi portátil.

    —¡Ay! Tengo todo controlado, no te preocupes. Nadie que nos conozca a ambos nos va a ver en una tienda de hombres.

    —No creo que sea buena idea, Mercy.

    —¿Y que la gente me vea salir o entrar de tu oficina con regularidad es una idea mejor?— cruza los brazos sobre el pecho y alza una de sus pinturretiadas cejas.

    —Ah... bueno, ah...— touche —Okay, a las cuatro- alzo las manos mostrando rendición.

    —En la entrada sur— sonríe triunfal.

    La miro dirigirse a la salida del salón con sus siempre altos tacones y unos segundos después de haber atravesado el marco de la puerta asoma su cabeza por la misma para agregar:

    —Y señor Miller...— sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos —No se preocupe, ya soy lo bastante legal como para ser su amiga— me guiña.

    Y sale definitivamente mientras escucho sus carcajadas desde el pasillo. 

~

    "¡Pi-pi!"

    —¿Quieres dar una vuelta, nene?— escucho al bajarse la ventanilla del auto negro que acaba de aparcar frente a mi.

    —No gracias, no quiero que pierdas tu permiso para conducir.

    —Te equivocas ahí también— abre la puerta del copiloto automáticamente sin siquiera mover más de un dedo.

    —Bonito auto— le alago.

    —Oh, gracias— agita su mano restándole importancia. 

    Y es que en serio era un bonito auto, no todos los estudiantes tienen un Audi A6 2017, la mayoría en esta universidad sólo conducen un motor sobre ruedas, o mejor aun, no tienen auto. Esta no es una escuela para chicos ricos.

    Y una de las primeras cosas que noté al entrar en su vehículo era que el olor a nuevo, que debería de tener, había sido disipado por el de cigarrillos mentolados y encima de eso para intentar taparlo estaba un aroma familiar que trato de recordar cuál es; claro, el perfume de Mercy, no era dulce ni florar, pero si limpio y muy refrescante, me recordaba a la playa.

Sabiduría del Amor (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora