Capítulo 4: La pelea.

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Despierto con golpes en la puerta de mi nueva habitación.

—¡Emily!, ¿estas despierta cariño? —mamá grita del otro lado. Miro la hora en el reloj en la mesa de luz a un lado de mi cama.

Son las 10:24 a.m y es domingo, ¿Qué carajos quiere?

—¡Voy a entrar! —abre al puerta y me tapo hasta la cabeza.

—Ya no estamos en casa Emily, entiendo que antes dormías hasta la hora que querías, pero ahora está es nuestra nueva familia y por lo tanto hay nuevas reglas.

—¡Maaaaa! —me quejo cuando abre las cortinas de par en par.

—La nueva regla: No seas un ermitaño. Levántate, cámbiate y baja a desayunar ¡Ya! —grita antes de salir.

—Bruja. —digo por lo bajo.

—¡Te escuché! —grita desde el pasillo.

Eres tan odiosa cuando quieres querida madre.
Luego de vestirme bajo a desayunar. Con una sonrisa fingida miro a Arthur, que lee el periódico con su taza de café. Me siento al lado de James que todavía esta en pijama y con la almohada pegada a la cara.

—¿Cómo te fue anoche? —me pregunta.

—Tú odioso hermano quiso cambiar nuestro trato, por supuesto que me negué, así que tome un taxi y volví.

—¿Quiso cambiar el trato? —frunce el ceño y toma una rebanada de pan.

—Quería que me quedara pegada a él toda la noche. Idiota. —digo con fastidio.

—A veces no puedo creer que seamos gemelos. —unta con mermelada su pan.

—Hablando de Jake, ¿dónde esta? —¿por qué mierda le pregunto?, vive encerrado en su habitación.

—No lo sé, no llego a casa anoche. —dice restándole importancia.

Si mi madre fuera su madre real probablemente ya lo habría ido a buscar y lo hubiera traído de las orejas.

—Arthur. —dice mamá luego de escuchar lo que James me ha dicho.

Luce enojada, es obvio que le molesta el hecho de que Jake ni siquiera se haya presentado aún. James fue muy amable con mamá, en cambio Jake a penas dijo hola cuando se la cruzo en la cocina.

—¿Por qué no te preocupa que Jake no este aquí? —le pregunta en un tono que a cualquiera le sonaría amenazante.

—Cariño... —empieza a decir Arthur.

—¡Cariño nada! —oh no, aquí vamos, prepárate Arthur. —¡No puedes restarle importancia a tú hijo como si no tuvieras control sobre él!

—No lo tiene. —digo conteniendo la risa.

—Tú cállate. —me ordena mamá.

Sí, mejor no me meto o voy a pagar yo también.

—O empiezas a ponerle los limites a tú hijo o Emily y yo nos largamos de aquí. —sale disparada de la silla de un salto, camina un poco exaltada hacía su habitación.

VIVIENDO CON DESCONOCIDOS (Completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora