Capítulo 49: De vuelta a donde empezamos.

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Cuando me levanto en la mañana la observo dormir. Parece un ángel, con el cabello cubriendo una parte de su rostro y su cuerpo acurrucado contra el mío. Su respiración me tranquiliza y su presencia me saca una sonrisa.
El día que llego aquí pensé "Haré que se arrepienta de haber venido, ella y su madre sabrán la verdad". No creí que luego cambiara de opinión, ahora solo quiero convencerla de que quedarse es lo mejor. Pero los dos sabemos que no es verdad. El fantasma de mamá aún me atormenta en las noches y papá pretende que su pasado no existe. Su madre trata de creer que él tiene un enorme corazón, pero espero que pueda ver cuan podrido esta. Emily es la única que sabe la verdad y aún así, se quedaría para salvarme. Me gustaría quejarme por ello, pero no es justo hacerlo. Lo ha dado todo para verme bien y no he hecho nada para devolverlo.

Trato de olvidar el último horrible acontecimiento en las escaleras, pero es difícil pretender que no recuerdo como mi madre apretaba mi cuello.
No quiero pensar en ello, pero aún así no puedo borrar nada de lo que he vivido. Si pudiera hacerlo, juro que ya lo habría dado por hecho.
El pasado me sigue atormentado mientras intento vivir en el presente. Creí que lo había dejado atrás, creí que con el tiempo podría perdonarla por habernos dejado, pero ahora puedo ver que no.

No quiero quedarme en la cama y esperar que todo pase. Necesito hacer algo para sacarme este dolor del cuerpo, quiero deshacerme de él desesperadamente. No quiero volver al fondo del agua, ya he pasado mucho tiempo allí. Sentado, esperando que esta termine por ahogarme y casi lo hace... pero Emily fue la luz que ilumino mi camino, que me enseño donde estaba la salida y espero paciente a que tuviera la fuerza para nadar hacía la superficie.
Estaba tan cerca... solo un poco más y volvería a ver la luz, podía sentirlo.

Es increíble como dos segundos bastan para destruir todos los muros que te protegían y otros dos pueden construir una cárcel.
Ya no me siento seguro en estas 4 paredes. Siento como si se abalanzaran sobre mi, sin dejarme respirar. Quiero salir, ¿podrá alguien notarlo?

—Buenos días. —sus voz me salva de lo que hubiera terminado en un embrollo de pensamientos.

La miro de nuevo, sus ojos se clavan en los míos y su sonrisa se borra cuando nota mi tristeza. Aparto los míos rápidamente, no quiero empezar la mañana de esta manera.

—Mírame. —me ordena. —No te dejaré solo en esto. Estoy aquí, sin importar cuanto tiempo te lleve aprender a vivir con ello.

—No lo merezco. Tú no mereces esto. —quiero gritarle que me salve, pero ella no ha dejado de ser una persona, que aún siente y tiene sus propios problemas.

—No me importa. No me he rendido hasta ahora, no pienso hacerlo en tú peor momento. —trata de hablar suavemente, pero sus palabras son firmes.

—No hay nada que hacer. Su recuerdo me atormentara hasta que pueda perdonarla. —susurro.

—¿Cuánto tiempo crees que necesitas para hacerlo?, el perdón no es una palabra, debes sentirlo en el corazón. El rencor te pudre por dentro, no dejes que eso suceda.

—Creo que ya es demasiado tarde. —me incorporo y le doy la espalda.

—Nunca es demasiado tarde. —espeta.

—Lo es cuando la persona a la que debes perdonar se encuentra lejos de ti, probablemente unos cuantos metros bajo tierra, cuando se supone debo hablarle al cielo.

—No necesitas tenerla en frente para sentir dentro tuyo que la haz perdonado, pero creo que aún hay algo que puedes hacer. —ofrece.

—Dime. —digo rápidamente.

—Podrías visitarla en el cementerio y...

—No, ese lugar es horrible, no quiero entrar allí. —la interrumpo.

—No entraras tú solo, estaré a tú lado si quieres, lo prometo.

—¿Por qué crees que quiero visitar su tumba y estar rodeado de cuerpos en descomposición? —pregunto.

—Vamos Jake. —insiste.

Admito que me gustaría llevarle de sus flores favoritas y llorar a un lado de su tumba. No fui a su entierro, de hecho, ese día intente suicidarme. Fue cuando corte mis muñecas y lamentablemente, no mori.
Jamás he pisado el cementerio y esperaba no tener que hacerlo, pero puede que sea necesario. Quisiera gritarle a su tumba que la extraño cada día —a pesar de todo lo ocurrido— como si pudiera escucharme.

—Esta bien. —acepto.

Emily:

Sonrío para mis adentros, espero no sea demasiado doloroso para Jake y termine empeorando las cosas.
Me levanto de la cama y me arrodillo frente a él. Tiene la cabeza gacha y mira una de sus muñecas, dirijo mi mirada allí y puedo notar una de sus horribles cicatrices. Se ve que ha sido bastante profunda por el tamaño de la misma, es un poco ancha y rosada, resalta en su tez clara. No es la primera vez que la veo, recuerdo el día en que le confesé que había pensado en suicidarme, lo hice para que el también dijera algo sobre si mismo. Creí que no hablaría, pero al final lo hizo. Cómo olvidar que esas cicatrices fueron su primer intento de suicido.
Acaricio con mi pulgar su cicatriz, me mira con una tristeza en los ojos que me producen ganas de llorar, puedo jurar que hace unos días atrás su rostro tenía un color diferente, su mirada irradiaba felicidad, había avanzado. Ahora simplemente la flor volvió a marchitarse y temo que esta vez no vuelva a recuperar su color.
No voy a rendirme, no voy a dejar de luchar para verlo salir de ese oscuro lugar en el que se encuentra.
Se que ahora quiere salir, por lo menos esta vez. Hace unos meses no le importaba, hasta creo que le gustaba estar allí. Ahora puedo darme cuenta de que esta desesperado por salir, por volver a ver la luz. Por sentir que por fin puede disfrutar de cada momento. Voy a ayudarlo, sin importar cuanto cueste esta vez.

VIVIENDO CON DESCONOCIDOS (Completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora