Capítulo 50: Lirios blancos.

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Luego de tomar una ducha me subo al auto junto a Jake. La tristeza que su rostro desprende me desgarra el alma, puedo sentir su dolor con solo mirarlo a los ojos.
Enciende el auto y sale de la mansión. El silencio se forma en el ambiente y no tengo idea de que debo decir.

—Aún no estoy seguro de esto. —suelta de la nada.

—No tienes que hacerlo si no quieres, a menos que sientas que dentro tuyo podrás perdonarla. —digo con voz suave y tranquila.

—Tampoco estoy seguro de eso. Hace unos días atrás podía sentir que el rencor y el dolor de su ausencia se estaban calmando, quería perdonarla, pero ahora, ahora simplemente deseo morir y acabar con todo el dolor. —pronuncia estas últimas palabras con lagrimas en los ojos.

—Prométeme que lucharás, eres fuerte y podrás con esto, no dejes que te mate. —le ruego.

—No puedo prometerlo, me he levantado cada vez que la vida me golpeo y las heridas siguen abiertas desde el día en que nos dejo, aún duelen. —deja caer las lagrimas de sus ojos.

—Estaré a tú lado, lo sabes. Si necesitas una mano para levantarte esta vez, aquí estaré. —acerco mi mano a su mejilla y seco una de sus lagrimas.

—¿Has olvidado que también eres humana?, ¿qué hay de tú vida?, ¿qué hay de tú futuro? —pregunta.

—Estoy cansada de anhelar un futuro y una vida perfecta, quiero vivir el presente, equivocarme si tengo que hacerlo y aprender de ello. Desde que estoy aquí me siento más viva que nunca, no entendía bien por qué, pero ahora puedo ver que es por que te tengo a mi lado. Me haz enseñado cosas que nada ni nadie podría haberlo hecho de la misma manera. Quiero que estes a mi lado, tanto en el presente, como en el futuro. —confieso.

—No hay un futuro para mi Emily, pero si hubiera uno me gustaría que estés en el mío también. —seca las lágrimas de sus ojos. —Arthur se asegurara de que mi vida sea un asco hasta el final de sus días. Tú madre y tú deberían escapar de él antes de que arruine sus vidas también. —el auto baja la velocidad y me doy cuenta de que Jake estaciona frente a una florería.

Baja del auto antes de que pueda decir algo y entra en la tienda.
El celular empieza a sonar en mi bolsillo trasero, lo tomo y atiendo la llamada. Mamá por fin se digno a aparecer.

—Hola ma, ¿cómo lo estas pasando? —pregunto.

—Espectacular cariño, estoy tan feliz de poder visitar estos lugares con los que solo soñaba hace unos meses. —se la oye feliz, me alegro de ello.

—Te extraño tanto. —digo esto y escucho la voz de Arthur detrás.

—También yo cariño. —su voz me reconforta, necesito abrazarla ahora mismo.

—Cariño, el avión nos esta esperando. —oígo que dice Arthur.

—Debo irme, pero quiero que sepas que te amo, cuídate, tú y los chicos. —corta la llamada antes de que pueda responder.

—También te amo mamá. —le digo a la nada.

Unos minutos después veo a Jake salir de la tienda con un ramo de flores en la mano. Sube al auto y el olor de las mismas llega hasta mi nariz.

—Ella amaba los lirios blancos. —mira las flores en su mano y sonríe.

Jake:

Recuerdo cuando llego a casa oliendo un lirio. Tal vez tenía unos 10 años y no entendía mucho de la vida en aquel entonces, pero si sabía que su felicidad era la mía.

—Hola mamá. —la salude.

—Hola cariño. —aún puedo oír su dulce voz. Su cabello castaño claro y sus ojos celestes le resaltaban aún más cuando estaba feliz.

—Que bonita flor. —le dije.

—Lo es, ¿quieres olerla? —me pregunto.

Asentí y me acerque a ella. Mamá acerco suavemente la flor a mi nariz y pude deleitarme con su exquisito olor.

—Wow, huele realmente bien. —dije.

—Lo sé, es un lirio blanco, mi flor favorita. ¿Quieres saber por qué? —pregunto.

—¿Por qué?

—Por que el lirio blanco representa la pureza, la inocencia y la belleza. —dijo con una enorme sonrisa. —Y esta flor me recuerda a mis hermosos niños. Puros, inocentes y bellos.

Es una lastima saber que mi padre arruino esas cualidades que de niño poseía. La pureza dejo de existir el día en que lleno mi corazón con rencor, dolor y lagrimas. La inocencia cuando me atreví a pensar que quería morir antes que tener que soportar otro de sus golpes. Y la belleza cuando lleno mi cuerpo de moretones y cicatrices, algunas internas, otras externas.

—Jake, mírame. —la voz de Emily me saca de mis pensamientos.

La miro a los ojos y una sensación de tranquilidad me invade.
Seca las lagrimas que caen por mis mejillas y su pulgar me acaricia suavemente.

—Se que piensas que la vida no fue hecha para ti, pero déjame mostrarte que no es así. Podrás con esto, ya te has levantado antes, la diferencia es que ya no estas solo. Aquí estoy y no voy a irme, no importa si me ruegas que me haga un lado. No me iré. —sus palabras me hacen querer llorar nuevamente.

—No te merezco. —digo sinceramente.

Emily acerca su rostro al mío y pega nuestras frentes.

—Saldremos de esto, si tú te caes, también yo.

Acerco mis labios a los suyos y uno nuestras bocas, sus besos pueden arreglar hasta la parte mas rota dentro mío.
Me separo de ella y enciendo el auto. Es hora de que la perdone. No importa cuanto dolor haya causado, si no lo hago ahora, nunca podre mejorar. Lo hago por mi y por ella, para que su alma descanse en paz, para poder superar toda esta mierda o por lo menos aprender a vivir con ella.
Creo que ahora realmente siento que puedo perdonarla, como persona y como madre. Como persona puedo perdonar que cometa errores y como madre puedo perdonar que haya decidido dejarnos, por que ahora entiendo que ella creía que era la única forma de acabar con el dolor, de dejar de sufrir y lastimar a los que ama. Ahora lo sé, por que yo mismo he querido acabar con el dolor de la misma manera. Y estoy seguro de que todas esas veces que intente suicidarme, ella estuvo ahí para salvarme.

VIVIENDO CON DESCONOCIDOS (Completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora