Lena Luthor era profesora en un colegio de Metrópolis, pero tras estar cinco años aguantando los coqueteos y presentes de Jack, el director, decide renunciar e irse a vivir a National City con su familia.
Por otro lado tenemos a Kara Danvers, una mu...
Me levanté de la cama a la velocidad de la luz para ponerme la primera polera que encontré y abrir la puerta.
—Papá, ¿por qué gritas?—Pregunté asustada.
Él siempre había sido muy estricto conmigo.
—¡Se supone que debías llegar virgen al matrimonio hija!—Regañó.
Las carcajadas que dio mi madre probablemente se habían escuchado por toda la casa
—¿Qué es tan gracioso, Lillian?—Se cruzó de brazos.
—Querido...— Intento decir entre risas—Lena no es virgen desde los diecinueve.
—Diecisiete—Corregí.
Ambos me miraron bastante sorprendidos.
Luego de aquel incómodo silencio mi padre observó dentro de la habitación y se formó una sonrisa malévola en su rostro. Rápidamente giré con una mueca de miedo, ya que podría ver algo que me diera más problemas, como a mi novia desnuda por ejemplo, pero lo que vi fue muy diferente.
—Aww...
Kara estaba escondida en la cama tapada hasta el cuello, mientras miraba a mi padre con miedo.
—Kara, pareces un cachorrito—Me acerqué a ella y besé su mejilla.
—Las esperamos abajo para desayunar—Dijo mi padre cerrando la puerta.
—No puede ser, mi padre no nos asesinó.
—¡Funcionó!—Gritó mientras se levantaba de un salto.
—¿Qué?—La miré sorprendida.
—Nadie puede resistirse a mi ternura. Soy como un bebé—Me robó un beso y se comenzó a vestir.
Copié su acción y minutos después ya estábamos llegando con los demás. Sam estaba sentada junto a Alex, mirando a la nada y bebiendo un vaso con jugo. La pobrecita tenía cara de zombie.
—Buenos días, hermanita—Saludó Alex con bastante energía.
—Binis diis hirminiti—Contestó Kara un tanto molesta—Por tu culpa me emborrache anoche—Se sentó frente a ellas.
Si las miradas mataran la pelirroja ya estaría bajo tierra. Alex me dedicó una mirada de que no entendía nada, así que decidió defenderse.
—¿Acaso fui yo quien te puso la botella en la boca?
—De hecho si—Dije recordando como Alex le daba la cerveza como si esta fuera un biberón.
—No puedo creer que estés en mi contra, cuñadita—Se puso una mano en el pecho.
—Lo siento, pero tengo que estar del lado de mi novia—Le sonreí y besé la mejilla de Kara
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