Capítulo 16

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Al día siguiente...

*Lena*

—¡Ya es hora de levantarse par de tortolitas!—Sam entró gritando a la habitación y fue enseguida a abrir las cortinas.

—Por favor, déjame dormir un poco más—Pedí haciendo pucheros.

—N y O, NO—Sonrió con maldad—Y tú, Kara, ya sal de entre las piernas de mi amiga—Habló con picardía.

Yo solo reí. Al no recibir respuesta de Kara rodó los ojos.

—Ella no está aquí—Señalé la cama.

—No te creo nada, además son las seis de la mañana, ella no es madrugadora.

—Tú lo has dicho, son las seis de la mañana, así que Adiós—Me cubrí hasta la cabeza con las cobijas.

—Kara Danvers—Habló firme—Sal en este momento o te dejo sin desayuno—No hubo respuesta—De verdad no está aquí, ella teme que no le den de comer.

—Te lo dije—Reí y finalmente me levanté.

—Lena...—Me miró asustada—¿Qué diablos le hiciste a la pobre Kara?

—Mira bien por la ventana—Dije entrando al baño para lavarme el rostro y los dientes.

—¡Jesús, María y José!—Gritó—Lena, ¿que rayos...?—Entró al baño—¿Cómo pudiste hacerle eso?

—Debe aprender que NADIE deja a Lena Luthor perdida en medio del bosque—Hablé como toda una diva.

—Ella es como una niña pequeña, debió estar muerta de miedo ahí fuera.

Ambas estábamos mirando por la ventana la pequeña tienda en medio del patio.

—SÍ, lo sé... pero una de sus fantasías sexuales era hacerlo en una tienda al aire libre—Me encogí de hombros.

—¿Entonces la engañaste con eso?

—Mmm... algo así—Dije haciendo una mueca—O sea, tuvimos sexo, obviamente no iba a desaprovechar esa oportunidad, Pero luego dije que saldría a tomar aire y ella se lo creyó. Fue ahí donde entré a la casa y le puse seguro a todas las puertas y ventanas. Eso sí, tenía muchas cobijas y a la tienda es imposible que le pase la humedad.

Sam asintió más tranquila.

—Además fueron solo dos horas las que quedó sola, ya sabes porqué—Le guiñé.

—Sí sí, porque estuvieron haciendo sus cochinadas. Mejor vamos a ver como está.

Me coloqué zapatos y un abrigo para salir al patio. Sonreí pensando en cómo lo había pasado la rubia ahí solita y asustada, pero cuando ya estábamos cerca escuchamos la risa de Kara. Con Sam nos miramos confundidas y caminé más rápido para abrir la tienda a toda velocidad.

—¡Se supone que deberías estar asustada y sufriendo!—Grité haciendo pucheros al ver que estaba viendo películas en el computador y comiendo unos snacks.

—Oh, por supuesto que estoy sufriendo cariño, el Mosasaurus se comió a Zara—Señaló la pantalla—Aunque no puedo negar que me dio risa, debió correr como todos los demás.

—Oye, ella solo estaba haciendo su trabajo. Murió por culpa de esos niños estúpidos—La miré seria.

—Sí, sí, como tú digas, mi amor. ¿Ya puedo entrar a la casa?—Preguntó colocándose de pie.

—Sí.

—Espera un momento, ¿de dónde rayos sacaste comida y el computador?—Preguntó Sam.

—Digamos que no es buena idea planear una venganza en voz alta mientas te das un baño—Me miró—Así que deje las cosas escondidas detrás de un árbol antes de que llegara la noche—Sonrió victoriosa—Kara uno, Lena cero.

¿Me odias? • (AU Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora