¿Me odias? • (AU Supercorp)

Capítulo 17

La mañana llegó más rápido de lo esperado y todas salimos de nuestras tiendas a la misma hora, menos Maggie.

—Buenos días, enana, ¿te fuiste a dar un baño matutino?—Preguntó Sam cuando la vimos aparecer toda mojada.

—La verdad...— Sonrió—No. Me resbale y caí al agua.

Todas reímos por su cara apenada.

—Ya decía yo que la estupidez no se te iba a quitar nunca—Hablé mientras carcajeaba al imaginarla cayéndose.

—Rubia maldita, agradece que eres mi mejor amiga—Me dio una cachetada suave.

—Malditamente buena—Lena levanto el dedo índice para corregir y luego besó el lugar donde había sido golpeada unos segundos antes.

—Sí bonita, como tú digas.

La asesiné con la mirada por llamar a mi novia de esa manera

—Por cierto, no pude dormir nada por culpa de ustedes cuatro—Nos señaló—Así que me deben horas de sueño, imprudentes—Amenazó con seriedad.

—Pues yo escuché que alguien roncaba igual que un maldito oso—Dijo Alex sacando el celular para mostrarnos un video—Aquí se escucha claramente.

Todas nos quedamos en silencio para poder escuchar.

—¿Acaso eso fue...?

—SÍ, un pedo de Sam—Interrumpió Alex.

—Lo siento, no me pude aguantar—Se excusó la castaña.

—Noo—Lena rodó los ojos—Escuchen bien.

Alex reinició el video y se podía escuchar claramente.

—¡Esos no eran ronquidos, Alex! ¡Casi nos comió un puto oso y tú no nos avisaste!—La regañó Maggie.

—Pero ustedes igual estaban despiertas, ¿no?—Preguntó un poco asustada.

Maggie era pequeña pero intimidante.

—Mi hermana tiene razón—Defendí.

—Yo no oí nada—Dijo Sam.

—Porque de seguro estabas durmiendo como mamá osa—Maggie rio.

—Yo tampoco oí nada—Dije encogiéndome de hombros.

—Porque estabas gimiendo como loca.

La morena tenía excusas para todo.

—Yo...

Lena no pudo terminar de hablar.

—¡Porque de seguro tenías hasta la cabeza metida dentro de Kara!—Levantó la voz.

—Mejor me callo—Dijo totalmente roja de vergüenza.

—¿Y tú por qué no escuchaste nada?—Pregunté en modo detective.

—Pues porque...porque—Desvió la mirada.

Era evidente que no tenía una excusa.

—No te hagas, Maggie. Tal vez estas así de histérica porque saliste hacia allá...—Señalé el bosque que había detrás de nosotras—Y tuviste miedo de que te devorara el oso cuando venías de regreso. Todos sabemos quién vive en esa dirección, amiga mía—Le sonreí.

—Yo no sé— Dijeron Lena y Sam, quitándole todo el sentimiento a mi escena de detective.

—Cierra la boca, Danvers, no sabes de lo que estás hablado—Dijo entrando a su tienda para cambiarse de ropa.

—¿Quién vive hacia allá?—Preguntó la ojiverde en voz baja.

—Que metiche eres, Lena—Sam rodó los ojos—¿Quién vive hacia allá, Kara?—Preguntó.