Capítulo 9. Dinero, y más dinero.

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En el psicólogo...

-A ver, cariño, cuéntame. -dijo intentando ser amable.

-¿Cariño? No me llames cariño, por favor, me entran náuseas -respondí yo, aclarando mi actitud.

-Lo siento... ¿Carol? ¿Te puedo llamar así?.

-Prefiero Carolina, gracias.

-Vale, Carolina. Te conozco desde hace bastante tiempo, y aún te niegas a contarme nada -afirmó intentando parecer triste.

-No digas que me conoces, por favor. No me conoces. Ni tú ni nadie me conoce. No tengo por qué contarle nada de mi vida a nadie -le dejé claro.

-Déjame decirte que me parece un poco mala tu actitud de reaccionar ante alguien que te quiere ayudar.

-Tú no me quieres ayudar, solo quieres seguir recibiendo dinero por parte de mi padre, sin dar nada a cambio -le respondí con tono agresivo.

-¿Cómo que sin dar nada a cambio? Estoy intentando ayudarte, pero no me dejas.

-¿Quien te ha pedido ayuda?

-Tu padre. Tu padre la ha pedido.

-Claro, mi padre. Yo doy igual, mis opiniones os dan igual, mis sentimientos os dan igual -argumenté-, pues estoy harta. Dinero, solo eso, todo es dinero para vosotros. Pues tranquila, vendré cada semana para que mi padre te suelte dinero y puedas comprar cosas para tu absurda vida de mierda.

Adiós.

Abandoné la sala, cogí mi móvil, los auriculares, y empecé un trayecto hacia... Hacia no sé donde.

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