Capítulo 15. Médico.

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Diego fue a avisar al médico.

Vino, y empezó con un interrogatorio a los que me veía sometida cada dos por tres.

-¿Por qué has intentado suicidarte? ¿Qué piensas? La vida no es dura para ti, aún. Cuando empiecen los problemas de verdad, te darás cuenta de las idioteces que hacías antes.

Su tono agresivo y su actitud de sabelotodo, me puso aún más agresiva a mi.

-Ei, ei, ei. Para el carro. ¿Qué sabes de mi vida? Nada, ¿verdad?

-NIÑA, QUE...

-Eh, calla -lo interrumpí-, antes te he dejado hablar a ti. Ahora es mi turno.

No sabes nada de mi vida, y finges saberlo todo. No tienes ni idea de lo que paso, y crees que si.

Tengo un puto hermano drogadicto, que me da miedo. Una madre, que ni es madre ni es nada, es una borracha de mierda sin sentimientos, que solo quiere tirárselos a todos y le damos igual yo, y mis hermanos. Tengo una hermana que ha huído de casa, con razón, y está a miles de kilómetros. Vivo con un padre, que es padre a ratos, cuando no está ocupado con sus negocios de mierda. Y yo, con 15 años, me tengo que hacer cargo de mi hermano pequeño. En mi instituto, soy una mierda. Todo lo que oigo son insultos, y a veces, llego a casa con golpes. Aún así, estudio, y saco tiempo para jugar con mi hermano, y para ayudarle a hacer los deberes.

Solo tengo las noches libres, y no duermo, pensando en las mierdas que me van a pasar al día siguiente. No duermo por miedo, miedo a la gente, a la vida. ¿De verdad crees que tu vida es dura? ¿Qué pasa? Llevar a tus hijos, si tienes, al colegio, ¿es duro?.

Trabajar en algo que haces porque te "gusta", ¿es duro?.

Pues déjame que te diga, que no te das cuenta de lo que tienes. No lo valoras, como todo el mundo. Y estoy harta. A veces, quien más feliz parece, es quien guarda los secretos más oscuros, y más dolorosos.

Ahora, si te queda un poco de dignidad, vete. Vete, y déjame sola, quiero descansar de esta bonita vida un rato.

Buscando la salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora