Capítulo 20:Pensamientos y alivios

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Llegué lo más rápido que pude a 'mi refugio',atajando por calles que ni siquiera conocía para evitar así a las numerosas patrullas policiales que vigilaban las calles constantemente.Tardé en llegar bastante tiempo,debido a mi malherida pierna(pese a que ya no notaba dolor alguno)y también debido a la pesada bicicleta que transportaba.En cuanto subí las escaleras que conducían hacia el piso en el que se encontraba 'mi refugio' y abrí la puerta de este,dejé la bicicleta tirada en mitad del pasillo que conducía al salón,tiré el maletín que me dió el padre de Laila a el sofá de este,me quité la sucia chaqueta de cuero y la camisa interior que llevaba puestas y me tiré directo hacia mi cama.En este punto reflexioné como era ya muy habitual sobre todo lo que había pasado esa misma noche.Mientras mi mirada se mantenía intermitente entre el techo y el reloj que se alzaba en la pared(en ese momento eran las 2:25 de la madrugada),pensaba en la posibilidad de que había estado a punto de morir esa noche,de que me había salvado por primera vez mi astucia,y que el padre de Laila estaba también implicado en todo esto.Recuerdo perfectamente la conversación que él y yo mantuvimos poco tiempo antes,en la que él me asignaba lo que parecía una misión importante tanto para el como para mí:salvar a Laila.Pero dijo que no me ayudaría¿Por qué?Eso es lo que intentaba averiguar,ya que era muy probable que eso de que 'no tenía edad para hacer estas cosas'era una excusa del tres al canto,ya que viendo la destreza que desempeñó con sus puños en aquel callejón demostraba lo contrario.
Mientras asimilaba todas las cosas que habían pasado,con dolor,cansancio y con miedo aún todavía en el cuerpo,mi móvil sonó durante un instante.Me habían enviado un mensaje.Echado todavía en la cama,me giré,estiré el brazo y lo cogí.Abrí el buzón.Era mi tío,que en dos simples mensajes escribió:

-'Hola,Gonzalo,van a darle el alta a la tía mañana'.
-'Así que probablemente estaremos allí el domingo por la mañana'.

Con cara de sorpresa y horror al mismo tiempo,tiré el móvil sobre la cama y volví a mirar hacia el techo¡Mañana!Tendría que ir al sitio dónde supuestamente tenían secuestrada a Laila,rescatarla y volver allí para ordenar y limpiar toda la casa(que estaba hecha un desastre) para mañana,y todo eso suponiendo que todo saldría bien.Quizás ni volvería.Y si el tío y el abuelo se enteraban en lo que había estado implicado,y peor,mis padres,estaba perdido.No más vacaciones,no más viajes,ni nada similar.Echandome las manos a la cabeza,con gesto de cansancio y desesperación,me quité las botas militares del tío,y,descalzo y a torso descubierto,caminé hacia el baño.Abrí el grifo,me mojé la cara y sentí un buen alivio.Me quité los rotos pantalones para mirar el aspecto de mi pierna.La herida parecía seria,aunque por suerte ya había cicatrizado.Aún tenía algunos cristales pequeños clavados a lo largo de la pierna,y la sangre cicatrizada llegaba hasta mi pie.Por suerte ya no me dolía.Entonces es cuando abrí el grifo de la ducha.Mientras dejaba que el agua se calentase,abrí el armario que estaba al lado de esta.En efecto,lo que me hacía falta en ese momento lo encontré allí dentro.Una tira de vendas.Antes de ponermelas,decidí meterme en la ducha primero.Sentí una sensación de tranquilidad y paz cuando todo ese agua caliente caía sin parar sobre todo mi cuerpo.La sangre estaba desapareciendo de mi pierna e intenté quitarme los cristales que aún quedaban en ella.Me escocía bastante al caer el agua sobre las heridas,aunque a la vez me aliviaba.Me miré al espejo que tenía dentro de la ducha,y sonreí al pensar sobre  todo lo que me había salvado y la satisfacción de pegarse una buena ducha y llegar vivo a darsela,sobretodo.Al salir de la ducha, cogí la gran tira de vendas y una tijera para cortarlas.Me senté en el inodoro cerrado,me coloqué una larga extensión de vendas a lo largo y alrededor de la pierna,y cuando el recubrimiento me parecía el adecuado,las corté con las tijeras y me lo ajusté.Me levanté y probe a andar con ellas.La verdad es que me sorprendió la agilidad con la que podía moverme,ya que creía que estas iban a ser más pesadas.Después,cogí la cuchilla de afeitar de mi tío y me puse a quitar todo el bello facial que rápidamente había crecido durante esos días.A mi temprana edad empezaba a pensar que era excesivo el crecimiento de mi barba a tales puntos.Lavé la cuchilla,la coloqué en su sitio y tras meter toda la ropa(menos la chaqueta que llevé esa misma noche)en la lavadora,caminé hacia el salón.La tenue luz de las farolas encendidas en la calle se colaba por el balcón y las sirenas de los coches de policía aún resonaban en el exterior.Encendí una pequeña luz de mesa que se encontraba justo al lado del sofá y decidí encender la televisión y ponerla en 'la 1',aunque no la prestaría mucha atención.Cogí el maletín de piel negro que me había dado el padre de Laila.Me sorprendían sus acabados brillantes que parecían hechos de oro.Parecía pesar bastante.Abrí los dos candados que cerraban la maleta.Nada más abrir el maletín y ver su contenido,mis ojos se volvieron como platos y no daba crédito a lo que veían.Dentro de la maleta,colocada en un espacio perfectamente diseñado para este,se encontraba un pequeño revólver y,junto a este,una bala.Con manos temblorosas,empuñé el arma,lo cogí y lo saqué de la maleta.Lo testé desde distintas perspectivas.Efectivamente,parecía real.No pesaba mucho.La coloqué cuidadosamente sobre la mesa y tragué saliva.Junto a la bala se encontraba una pequeña nota.La cogí,y en ella se podía leer lo siguiente:
-'Úsalo cuando verdaderamente lo necesites'.
Tras hacer una pausa,reflexioné:¿Acaso me estaba pidiendo el padre de Laila que matase a alguién?Definitivamente no podía,ya que a parte de que no sabía usarlo,tenía miedo de usarlo.Nunca había empuñado y disparado un arma,y menos había matado a alguién.Pero después de pensarlo un rato,pensé en la posibilidad de que,al haber tan solo una bala,el revólver era para casos extremos de emergencia,con lo que por suerte,no tendría que utilizarlo.Detrás de la nota se encontraba una serie de instrucciones de cómo usar el revólver,con un dibujo bien detallado de este y de todas sus partes,y en este se explicaba como recargarlo y dispararlo.Parecía bastante simple,pero seguramente no era tan simple como en las películas lo hacían.Pensé que esto se estaba turnando bastante serio:¿Podría ser el padre de Laila un sicario o una especie de mafioso?A estas alturas todo podía ser.Me fijé en que algo al fondo quedaba aún en el maletín.Era otro papel,aunque este más extenso que el anterior.Lo abrí,lo desplegué sobre la mesa del salón,y me fijé en que era un plano bien detallado de toda Torrevieja.Se dividía en zonas urbanas,zonas rurales y zonas industriales.Me fijé en que en el sureste del plano,en el polígono industrial de Torrevieja,situado junto a las famosas salinas,había un gran círculo rojo pintado en su zona central.Supuse en un instante que allí es dónde tenía que dirigirme,y que era allí dónde tenían a Laila.Miré un momento hacia el exterior del balcón,hacia la oscura noche que todo lo cubría,pensando en cómo me prepararía para la noche siguiente...

Un viaje inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora