Capitulo 35

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Yui comenzó a abrir los ojos, se sentía a un cansada, las piernas le dolían al igual que las heridas de los colmillos de Kanato, cuando giró un poco su vista, lo observó mientras este aún dormía, se veía tan tierno y dulce, la chica sonrió para si misma. La rubia estaba apunto de levantarse, cuando el vampiro la tomó de la mano y la jalo de nuevo hacia él...

- Por qué te vas...no te vayas Yui - dijo Kanato aún con los ojos entrecerrados.

- Tengo que bañarme, hay que desayunar... aparte creo que debemos comprar ropa, lo que traemos es muy ligero para este clima.

- Ha .... si ... si ya lo se, pero es que tan cómodo estar así.... pero anda ve...yo te alcanzo - Kanato cerro los ojos y volvió a dormir.

En Japón, cinco hermanos esperaban dentro de la limosina, estaban estacionados a las afueras, de un lujoso residencial de apartamentos, estaban esperando atentamente a que saliera cierta castaña.

La joven llevaba el cabello suelto el cual era despeinado por el viento, mientras algunos fino destellos cobrizos brillaban en él, llevaba unos shorts rojos que dejaban ver sus delgadas piernas, en la parte de arriba llevaba una blusa blanca holgada, de botones un poco translúcida que dejaba ver un top blanco debajo de el, la joven iba despreocupada, los cinco vampiros la observaron subir un Jaguar rojo descapotable.

En esa fracción de segundos, en la que la chica subió a su auto, pasó en cámara lenta solo para uno de los Sakamakis, Ayato, aún que lo detestara, Aisha...era para sus ojos realmente hermosa, así que tuvo que disimular su impresión al verla, no quería las burlas de sus hermanos.

- Ayato...es tan encantador cuando disimulas que algo te gusta ...jajajja - Raito le hablo en voz bajito al pelirojo menor y este lo fulminó con la mirada.

Lo que les llamo mucho la atención fue ver a lo lejos a Teddy, en el auto de la chica como si este fuera una adorno de su carro, ahora el peluche que fuera de Kanato, vestía un vestido color rosa, muy mono, en ves de su parche de pirata, llevaba unos pequeños lentes de sol.

- Por Dios ...ese era Teddy.. Kanato deseguro la mataría por eso que le hizo al oso... - Dijo Subaru.

- Pero le va mejor el cambio de propietario...es más puedo ver a Teddy sonreír... jajajajajja - Se burlo Raito.

Los Sakamakis siguieron a la chica quien había aparcado su carro, cerca de lo que parecía ser una escuela de bella artes. La vieron bajar del auto y era la oportunidad perfecta para los cinco para acorralarla.

Yui ya se había cambiado y Kanato también, aún que este último aún bostesaba de sueño, le estaba callendo un poco mal, tener que acostumbrarse al horario de los humanos, a pensar que en esos momentos en Oslo, hacia frío y estaban por comenzar la época invernal y gracias a ello la luz solar duraba poco, ambos chicos fueron a las tiendas comerciales que se encontraban en el centro, Yui parecía increíblemente feliz, nunca había viajado a otro país le era una experiencia única, las calles, los edificios, todos para ella era nuevo, para Kanato era un poco cansado, pero intentaba estar calmado, era comprensible que para Yui todo fuera una novedad, el ya conocía el lugar, durante su niñez .... paso una larga estadía aquí junto a sus hermanos.

Compraron ropa adecuada, fueron a comer, pasearon por los museos, que había. Una vez que llegaron de nuevo al hotel, Yui se tiró a la cama a descansar dejando en el piso las bolsas, Kanato también se acostó en la cama y tomo su celular, mientras buscaba algo muy entretenido.

- Kanato,¿ que haces?

- He... busco un lugar, algo que rentar para quedarnos un tiempo aquí, no podemos quedarnos para siempre en este hotel.

Solsticio de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora