★彡 𝑵𝒆𝒌𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒑𝒐𝒓𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 ; 𝑳𝒆𝒆𝒐𝒏 彡★

Capítulo 20

Geonhak toda su infancia y su adolescencia amó su habitación. Cuando era pequeño, en la secundaria, a él y a un grupo de amigos se les ocurrió la idea que pasa por la mente de todo chico adolescente: tener una banda.

Él no cantaba bien, según Geonhak, su voz era demasiado grave para su edad, eso sin considerar que no entonaba como él deseaba, y aunque nunca se acomplejó con eso, el sueño de ser cantante se vio interrumpido innumerables veces. Aunque claro, en su momento fue su mayor capricho, a tal punto de gastar todos sus ahorros en su primera batería, bajo y guitarra, puesto que su papá le pasaba una buena cantidad de dinero mensual y así podía practicar con la mayoría de sus amigos que no podían costear sus propios instrumentos.

El segundo problema que atravesaron fue la necesidad de un lugar donde pudieran practicar, siendo música pop/rock lo que ellos más tocaban, y ese siendo un lugar lleno de ancianas renegonas que se quejaban de las diferencias de generaciones, Geonhak casi tuvo que arrodillarse frente a su mamá para que los dejara ensayar en su casa. Pero Gayoon no soportó ni una semana con tremendo ruido proveniente de la habitación de su hijo, donde tenía metidos a cinco chicos con instrumentos en un lugar demasiado reducido. Así que eso cambió gracias a una buena idea que consiguió de su profesor de música.

Espuma acústica, esas dos palabras que solucionaron su vida. La música que salía de su habitación ya no fue tan potente como para romperle los tímpanos a su madre o a sus hijas que se quejaban del ruido al no poderse concentrar en nada que no fuera la música, ahora el ruido no estresaba a nadie y si cerrabas los ojos, podías hasta imaginar que estabas escuchando la radio o que veías un programa de talentos, porque bueno, tan bien no se escuchaban, pero Gayoon siempre le dio apoyo a su hijo mayor.

Sin embargo, ahora Geonhak conocía otra buena función de la espuma acústica, y vaya que adoraba su habitación.

—¡Ahh!

Tomó con firmeza la cintura de su bebé mientras lo mantenía estable, embistiendo lenta pero profundamente contra el cuerpo de su pequeño, alzando las caderas cada que Dongju bajaba y hundiendo lo más posible su miembro, hasta el punto de tocar la próstata del menor, lo cual reconocía porque Dongju arañaba su pecho cada que esto pasaba.

Observando con detalle el rostro de su minino, sus mejillas sonrojadas, sus orejitas estiradas mientras disfrutaba del leve cosquilleo de su cola moviéndose sobre sus piernas, Dongju tenía la boca abierta, en una "o", moviendo su cuerpo por instinto propio, entregándose completamente al mayor mientras llenaba toda la habitación con sus dulces gemidos.

—Así, eso bebé... ya casi. —Geonhak tomó con firmeza el miembro del pequeño y empezó a bombear este, masajeando con velocidad, desde la base hasta su glande, dejando que las gotas de líquido pre seminal escurrieran desde la punta, ayudándose con eso para tener más facilidad al masturbar al felino.

—Hakkie. —Dongju jadeó, impulsándose hacia adelante para atrapar los labios del mayor, besándolo con deseo, con necesidad, dejando que sus lenguas bailaran juntas dentro y fuera de sus bocas, mientras movía sus caderas de adelante hacia atrás, presionando sus pequeñas uñas contra la piel del más alto. —Hakkie.

Geonhak mordió la barbilla de Dongju, presionando la punta de su miembro con su pulgar, evitando que este pudiera llegar, logrando sacar un lamento de los delgados y rojos labios del minino.

Dongju abrió los ojos, intentando mantenerlos así para observar con súplica al mayor, sabiendo que no debía detener el movimiento de sus caderas, pero quería correrse, su cuerpo le pedía liberarse y el dedo de Geonhak se lo impedía.

—¡Hakkie! ¡Ah! —Geonhak volvió a impulsar sus caderas hacia arriba, tocando otra vez ese punto que había logrado hacer que Dongju arqueara la espalda.