★彡 𝑵𝒆𝒌𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒑𝒐𝒓𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 ; 𝑳𝒆𝒆𝒐𝒏 彡★

Capítulo 22

—Bueno, creo que podremos hacer esto ¿Listo?

Hwanwoong observó al pequeño Dongju justo frente a él, sosteniendo a uno de los bebés, mientras el otro se encontraba apoyado en su pierna. Los bebés aún gimoteaban, pero milagrosamente ahora estaban calmados, mucho más en comparación con los gritos de antes, y aunque Woong había mencionado el dejarlos así hasta que llegaran Youngjo o Geonhak, cuando le explicó a Dongju que los pequeños se había hecho popó en su pañal y que eso era lo que les molestaba, tuvo que aguantar unos minutos de quejas por parte del minino, diciéndole que si fuera al revés, a ellos no les gustaría tener popó molestándoles el trasero. Así que al final colmó la paciencia de Hwanwoong y decidieron que los cambiarían.

Después de ser convencido, Hwanwoong dijo que no tocaría mierda de bebé, sí, esas habían sido sus palabras, así que junto a Dongju caminó hasta la cocina para buscar cosas que sirvieran y de algún modo evitaran que se ensuciaran. El rubio encontró en uno de los cajones unos guantes de látex nuevos, y le ordenó a Dongju que usara los que ya estaban utilizados y secos al lado del fregadero; también Hwanwoong, en su intento por calmar la peste que sabía saldría apenas abrieran esos pañales, caminó directamente hasta el exterior de la casa y tomó un par de pinzas para colgar ropa, entregándole uno al minino de cabellos ondulados y ordenándole que se lo pusiera en la nariz. Después de eso y que el de ojos miel se colocara el delantal de cocina de la madre de Geonhak, ellos ya estaban listos o eso decía Hwanwoong.

Subieron a la habitación de los pequeños y dejaron a Jihoon en su cuna, mientras tomaban a Yena, Hwanwoong abrió una de las puertas y de esta cayó la base recta para planchar la ropa. Perfecto, pensó él, colocando a la pequeña bebé encima, mientras esta se chupaba el puñito y los observaba, con sus ojitos llenos de lágrimas secas y su naricita con mocos caídos.

—Bueno, Dongju, esto es simple, le sacamos esto. —Señaló el pañal una vez que le alzaron el pequeño vestido rosa con flores de colores. —Y tenemos que limpiarle el trasero, sino ensuciará el nuevo pañal ¿Entiendes? —El otro minino asintió, pasando su mano por su nariz por milésima vez, la pinza le fastidiaba mucho, además de hacerlo respirar dramáticamente por la boca, pero si Hwanwoong lo decía, él lo haría, al final Geonhak había dejado al rubio a cargo, y Woong le caía bien.

Una vez sacaron el pañal, la bebé movió sus pequeños piecitos, en lo que Hwanwoong le entregaba el pañal sucio a Dongju, diciéndole que lo botara en algún lugar de por ahí, y que le trajera ese papel higiénico gigante que había visto en la cocina, Dongju le preguntó por qué no el del baño, si ese era más suave, pero Hwan solo contestó que como era más pequeño, tenía miedo de mancharse con la mierda de la bebé, así que mejor prevenir que lamentar.

Durante el proceso de limpiar a la niña, Hwanwoong estuvo obligando a Dongju a ir y venir cada que tiraba el papel sucio, ya que a ninguno se le había ocurrido la idea de traer una bolsa, hasta que al final le dijo a Dongju que trajera el bote de basura entero, aunque luego le hizo devolverlo porque desprendía el olor de los desechos de la bebé, y no es que fuera muy fuerte, pero sus narices estaban más desarrolladas de lo normal, así que para ambos era insoportable, aún con las pinzas tapando sus fosas nasales.

Dongju le hablaba a la pequeña mientras Hwanwoong terminaba de ponerle el pañal, y aunque nunca supo si estaba al revés o no, el rubio se sintió orgulloso cuando ya tenía a la pequeña como nueva, con esta estirando su manito, queriendo tocar las rubias orejas en la cabeza del minino.

Hwanwoong por un momento iba a acceder, pero bastó que Dongju le diera un comentario lleno de ternura para que casi tirara a la bebé al suelo, entregándosela al otro minino, ordenándole que se lleve a esa cosa que servía únicamente para llorar, comer, dormir y hacer mierdas. El procedimiento se repitió con el otro bebé, y de algún modo ambos mininos sobrevivieron al mayor caos de todos los que enfrentaban los padres primerizos: cambiar el pañal.