★彡 𝑵𝒆𝒌𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒑𝒐𝒓𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏 ; 𝑳𝒆𝒆𝒐𝒏 彡★

Capítulo 28

—¿Listo? 

Dongju asintió, emocionado. Geonhak dejó un pequeño beso en sus labios antes de abrirle la puerta del copiloto, dejando que su minino bajara, dándole la mano después. El lugar era inmenso, además no muy lejos se podía observar el muelle y el mar, con la marea tan calmada, junto a un hermoso atardecer. 

El pequeño se mantuvo observando el lindo paisaje, llamando la atención de Geonhak con un maullido, mientras este le pedía a Dongju que se agarrara de su remera, ya que él tenía que sacar unas cajas de la parte trasera del auto. 

—Hakkie. —Dongju le señaló con insistencia la playa, captando la atención del mayor.

—Te prometo que terminando de conocer la casa, iremos a ver el agua ¿Qué te parece? No sé si te guste mucho, pero quizás te agrade remojar tus pies ahí.

Después de una afirmación por parte de su pequeño, caminaron hasta la puerta principal de la preciosa casa de playa. Dos pisos con una azotea inmensa, además de contar con tres habitaciones, dos baños, la cocina, también el comedor y la sala prácticamente juntos, dándole ese toque hogareño. Sí, Geonhak se sentía orgulloso de haber gastado casi todos sus ahorros en la reconstrucción de ese lugar. Ahí podría pasar días hermosos junto con su pequeño, alejados de absolutamente todos, cualquier preocupación o temor se había quedado en la ciudad. 

Una semana había pasado desde el descubrimiento del embarazo de Dongju, ahora con tres semanas de embarazo, el pequeño minino tenía una pancita casi ni visible, sin embargo, si te dedicabas a admirarlo, podías notar el pequeño bulto en la zona de su abdomen. 

Jiyoon le dijo que no tenía que preocuparse, con el permiso de Minhyun, ella iría cada semana a hacerle las revisiones necesarias al pequeño Dongju, afortunadamente ya para ese momento existían ultrasonidos portables, conectados con cable USB, además de muy fiables. La mujer también insistió en que Geonhak no debía preocuparse por ningún gasto, todo quedaba en manos de Minhyun y de ella. 

Gayoon había tomado la noticia con muchísima inquietud los primeros días, pero después de reconocer por sí misma cada uno de los síntomas primerizos en Dongju, abrazó fuerte a su hijo mayor hasta llorar, demasiado feliz por ser abuela, aunque niños era lo que le sobraba a esa mujer. 

Geonhak había decidido que, ya después de toda la conmoción, se llevaría a Dongju a su casa y había sido todo por culpa de sus hermanas, quienes faltaron a clase para despedirse del pequeño gatito, que al final terminó partiendo muy tarde, ya casi anochecía y apenas le iba a mostrar a su pequeño el interior de su nuevo hogar. 

Una vez abrió la puerta, encendió las luces y Dongju admiró con detalle cada lugar. Se veía muy bonito con las paredes pintadas de un color crema claro, quizás no tenía tantos detalles como la casa de Gayoon, pero contaba con una mesa pequeña para el comedor, unas sillas del mismo color de la mesa, y tres sofás de diferentes tamaños, junto con una pequeña mesita en medio. El minino miró a Geonhak, cuestionando con sus ojitos si podía observar con más detenimiento.

—Claro, bebé, solo ten cuidado, yo voy a dejar tus cosas en el cuarto. 

Dongju asintió, meneó sus orejitas antes de tomar vuelto y correr como desesperado rumbo a los sofás, lanzándose sobre uno. No era raro para Geonhak ver como su pequeño olfateaba el espacio y estaba bien, el dulce meneo de la cola de Dongju le indicaba que el minino se sentía seguro. Dongju debía adaptarse a todo, al fin y al cabo era su nuevo hogar. 

Geonhak subió las escaleras para llegar a la que sería su habitación. Le había costado mucho saber cómo decorar esa parte, y aunque anteriormente el lugar ya estaba amueblado, él se encargó de contratar a alguien para que vendiera las cosas, y comprara otras; Geonhak deseaba decorar su nuevo hogar, al fin y al cabo su pequeño Dongju y su hijo o hija vivirían con él desde ese momento en adelante, no iba a dejar que, en un futuro, cuando hablara con su pequeño o su pequeña, tuviera que decirle que el desgraciado de su abuelo compró y amuebló esa casa para mantener tranquila a su esposa mientras la engañaba. Ya era suficiente con saber que ese lugar había sido anteriormente de ese hombre.