Me había convertido en un prisionero estaba en un lugar tan pequeño, solo 3 paredes y la reja que me dividía entre mi encierro y la posibilidad de escapar.
- tu jamás le pertenecerás a su majestad - dijo Jean apareciendo de repente.
- no tienes nada mejor que hacer cara de caballo que molestar a un prisionero - dije mirándolo con fastidio.
- como me llamaste? - pregunto, realmente este sujeto me parecía un idiota.
- acaso eres sordo.
El me miró con fastidio y se perdió su mirada como si de algo se hubiera acordado suspire - por qué me trajeron con vida?.
- créeme si fuera por mi te hubiera matado en ese segundo.
- entonces fue tu querida reina la que dio la orden? .
- yo solo cumplo sus deseos.
- y no te dijo cual era su objetivo conmigo?.
- no.
- creo que no eres tan importante como tu crees para esa mujer.
- yo soy su caballero más fiel, como te atreves a decir esas palabras.
- bueno, no es mi asunto si ella confía en ti o no, a que has venido, solo a molestarme?.
Después de mirarme una sonrisa apareció en su estúpida cara.
- hoy empieza tu doblegacion.
Abrió la entrada de mi celda y jalo de la cadena que tenía en mi cuello sacándome completamente de mi prisión, una vez fuera me patio obligando a que caminara en dirección contraria a la que me llevó cuando fui a ver a la reina, no sabía a dónde me llamaba, después de unos momentos llegamos a una cueva donde había una tarima que estaba llana de sangre y en las paredes varios instrumentos de tortura me aventó directamente en la tarima y me esposaron de mis manos y encadenaron la cadena de mi cuello sobre un borde sentí que rompían mi camisa y mi pecho lo dejaron al descubierto.
- muy bien perro, es momento de domesticarte la Reina me dio instrucciones específicas para que entendieras que no hay reina más que ella.
- lamento decepcionarte pero yo solo sirvo a los Reíss.
- eso lo veremos - una estúpida sonrisa apareció en mi rostro.
No se dijo nada más solo el sonido de el látigo cortar el aire y terminar estampado en mi piel, un despliegue tras otro no los conté pero llego un punto en el que ya había perdido la sensibilidad.
- perro sabes puedes detener esto, solo suplica, pídeme piedad y terminaré con esta tortura.
Yo no dije nada solo levante mi mirada lo vi directo a los ojos y le sonreí.
- ya te cansaste, yo estoy empezando apenas a divertirme - dije escupiendole en la cara y burlandome de el.
- bastardo.
Nuevamente empezó de nuevo, eran sórdido el sonido pero preciso yo no sentía nada ya no lo hacía en mi mente solo estaba Petra me preguntaba si estará preocupada por mi o si me daría por muerto.
- capitán creo que es suficiente - hablo un hombre ajeno que solo contemplaba la escena.
- esta diciendo que me detenga verdugo?.
- el chico ya no tiene ningún otro espacio para seguir lastimandolo y si es solo para doblegarlo a su majestad no le parecerá lo que esta haciendo.
No escuche nada solo como el cara de caballo lanzaba el látigo al piso.
- oye perro sigues vivo? - pregunto tomándome de el cabello y levantando mi rostro.
- para tu desgracia si - hable riendo.
- es todo por hoy - me miro una cara de fastidiado apareció en su cara.
- ya te cansaste?.
- cállate si aprecias tus dedos.
Sentí como me desencadenaba de mis muñecas el quiso tomarme para ayudarme a ponerme de pie pero yo lo empuje y me pare por mi solo sin ninguna dificultad el me miró y estaba sorprendido a pesar de que lo quiso disimular lo pude notar, camine el mismo recorrido hasta llegar a mi celda entrando y ese idiota cerrando la puerta tras de mi.
- debo admitir eres resistente.
- no has visto nada - respondí sin mirarlo a la cara.
El se marchó y yo me desplome en el piso, no sentía mi cuerpo me sentía entumido y la sangre no se detenía posiblemente tendría una infección por que era más que claro que eso no se curaría mañana.
- oye tu.
Escuche una voz afuera de mi celda me acerque como pude ya que a pesar que no sentía mi cuerpo no reaccionaba y no podía moverme.
- oye.
- si estoy aquí - dije una vez que estaba cerca de la reja.
El se encontraba al lado de mi celda, solo podía ver su mano que estaba afuera, era muy delgada casi eran huesos con piel.
- que hizo un pobre diablo como tu para recibir un castigo como ese?.
- sobreviviente de guerra.
- vaya eres suertudo no todos los días perdonan vidas los ejércitos de la Reina.
suspire - y tu que haces aquí?.
- a yo soy un asesino y me encerraron aquí.
- y que castigo te dieron a ti.
- condena de por vida pero tu mi querido amigo si que tienes mala suerte, a ti te quiere esa mujer.
- si, creo que también estoy empezando a creer que tengo mala suerte - hable ignorando completamente lo que dijo acerca de la reina.
- ningún preso han tratado como te trataron a ti y con que fin lo hacen?.
- esa es la cuestión, no tengo ni idea de porqué me tienen con vida.
- bueno deberías descansar mañana tendrás un día más agradable que este pobre diablo.
Un risa psicótica pude escuchar y su mano desapareció de mi vista cerré mis ojos, me sentía cansado Petra perdón no voy a poder cumplir.
En el reino Reíss.
- una emboscada como es posible!!!.
- aparecieron de la nada su majestad.
- y el capitán Levi.
Todos los caballeros se miraron a los ojos, no sabían que responder, no sabían que decir.
- el, la última vez que lo vi estaba capturado por los enemigos.
- QUÉ?!!! - grito el rey eufórico - lo abandonaron? como es eso posible? .
- el dio la orden de que nos retiráramos.
- y esta muerto? - el rey se notaba perdido, estaba furioso como si de un hijo se tratara esa noticia.
- no lo sabemos majestad pero es muy probable - dijo el mismo hombre que vio en sus últimos minutos a Levi.
Petra estaba en ese lugar escuchando las palabras de los sobrevivientes, todo lo que escucho le parecía irreal como si de una broma se tratara, pero el no estaba, no había aparecido como era costumbre, verlo lleno de sangre con su mirada de indiferencia, Petra lloro el se había ido y no va a volver, y su mente solo había un pensamiento que a estas altura el ya estaría muerto, devastada se sentía el era el amor de su vida.
Continuara...
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La Reina (Rivamika)
FanfictionElla tan fría, distante y hermosa, una reina que tenía todo lo que deseaba sin importale consecuencia alguna El solo un caballero condenado a servirle y ser el capricho que más deseaba aquella reina. Portada echa por mi.