La Reina (Rivamika)

Capítulo 16

Habían pasado un par de días que estuvimos acampando ahí, ya pronto volveríamos al reino tendríamos que ir a dar informes y dar las bajas que había en el campo de batalla, Hot era el día de un nuevo ataque y estaba por comenzaba, toda la pelea estaba a mi alrededor sentía la tierra y la sangre salpicar en todo mi cuerpo, nuevamente todo a mi alrededor lo veía en cámara lenta y un deseo en no estar en ese lugar me invadió estaba totalmente distraído pero alguien me atacó, alguien que me resultó sumamente familiar.

- capitán Levi? - hablo el hombre que se encuentra justo enfrente de mi, esta realmente sorprendido - creí que estaba muerto.

- Geral, vete de aquí o tendré que matarte - le advertí rápido para que se marchara de ese lugar.

- por qué está con el enemigo.

- no tengo opción, solo vete o tendré que matarte.

El se marchó, se aparto hasta que lo perdí de vista seguí la pelea pero uno de los soldados fieles de Jean vio cuando dejé ir a ese hombre, probablemente le vaya a decir a él lo que estoy haciendo, perdonandole la vida a los enemigos.

Estábamos en medio de los cuerpos yo estaba completamente perdido en lo que veía a mi alrededor, no sabía que decir o como reaccionar ante todo, hombres jóvenes, ancianos niños, esos eran los cuerpos que estaban tirados a mis pies.

- realmente a nuestros amos no les importa quiénes jueguen en el tablero, simplemente ellos quieren ganar.

Mire a Farlan acercarse a mi sonreía ingenuamente supongo que feliz por que aún permanecía con vida, caminamos en medio de los cadáveres intentando reconocer a alguno de los campañeros de Farlan pero un grito me saco de mis pensamientos.

- TRAIDOR!!!!!.

Geral se estaba acercando a mi para apuñalarme con su espada, creo que por fin era mi momento, eso era lo que quería, yo deseaba más que nada morir pero no me atravesó la espada.

Delante de mí estaba Farlan protegiendome, el era al que estaban matando delante mío.

- FARLAN!!!! - grite con todas mis fuerzas desesperado sin poder creer esa escena.

Mete a Geral y en mis brazos estaba muriendo Farlan - por que me salvaste? - le pregunte, mi vida no lo ameritaba.

- yo no lo se, simplemente lo hice sin pensarlo.

- si yo moría, si eso sucedía ahí se terminaba todo, yo no tengo nada.

- lo se... Pero no podía abandonar a un amigo.

- no pensaste en Isabel, que hará ahora sin ti.

Sus lágrimas salieron con más frenesí y en sus ojos pude ver arrepentimiento -  Por favor cuida de Isabel...

Levanto su mano y yo simplemente la sostuve fue la primera vez en mucho tiempo que lloraba por alguien - lo prometo.

El simplemente sonrío y lloraba con más intensidad - tengo miedo.

- lo se, pero estoy aquí.

Ya no respondió el ya estaba muerto, dejó de sostener mi mano y simplemente el brillo en sus ojos ya no estaba, todos estaban a mi alrededor mirándonos sin decir nada cerré sus ojos y me levante vi a Jean enfrente de mi.

- el hombre que lo atacó lo conocías?.

- si.

- me acaban de informar que en la batalla le perdonaste la vida a muchos de los enemigos es eso verdad?.

- si.

- llevencelo, encierrenlo regresamos a la capital y el de nuevo es nuestro prisionero.

Me tomaron y después todo fue negro a mi alrededor, traición? Era realmente lo que estaba cometiendo, en ese momento no me importaba si me mataban entonces yo sería libre, libre de la guerra y libre de ella.

Sentí el rostro frío, cuando desperté el agua escurría por mi rostro y nuevamente me encontraba en el gran salón con la reina frente a mí y toda la corte a mi alrededor.

- Levi Ackerman eres acusado por el crimen de la traición y el asesinato de vario hombres de ejércitos en este reino es el crimen más grande que pueda existir, tu sentencia será la muerte - hablo Mikasa delante mío mirándome nuevamente con superioridad - deseas declarar algo antes de tu ejecución?.

- no, la verdad no tengo nada que decir si van a matarme simplemente háganlo.

- como te atreves - Jean me golpeó en el rostro - no te atrevas a hablarle así a mi reina.

- detente - ordenó Mikasa - déjalo que hable.

El se aparto y ella me miró a los solo expectante esperando que diría, yo suspiro y la miré de nuevo - no se que esperabas de mi, yo soy un prisionero enemigo, yo jamás tuve intenciones de servirte, me hubieras matado y te hubieras ahorrado todo esto, incluso si me dabas todo el alcohol de el mundo y todas las zorras de tu reino jamás te pertenecere.

Nadie dijo nada, esa sala permaneció en completo silencio, yo miré a mi alrededor y todos estaban sorprendidos de las palabras que había pronunciado - majestad cuál es la sensación de el prisionero.

Ella se levantó y camino hacia mí una vez que estuvo en frente mío tomó mi rostro y me miró a los ojos - veo que jamás sederas ante mí - soltó mi cara y se aparto - lo sentenció a la libertad.

El cansancio que sentía, el golpe en la cabeza y la sangre que escurría por mis oídos tal vez fue lo que hizo que escuchara mal lo que había dicho, levante mi rostro y la volví a mirar pero esta vez su rostro estaba completamente serio mirándome detenidamente.

- que, majestad a que se refiere.

- el jamás cooperara con nosotros y no tiene alguna información que nos sirva así que liberenlo.

- pero majestad el es un traidor simplemente lo dejará ir.

- es una orden, el es libre de regresar a su reino.

No esperaba esto, no esperaba que ella me fuera a liberar, me levantaron de el lugar y comenzamos a caminar, Mikasa venía a tras de nosotros hasta que llegamos a la entrada de su reino donde todos los guardias nos escoltaban miré como la puerta se comenzó a abrir y miré el orizonte.

- denme las llaves de sus cadenas - ordenó Mikasa - sueltenlo yo me ocupo de lo demás.

- pero mi reina usted.

- déjenme a solas con el.

Los guardias la obedecieron ella y yo caminamos hasta que quedamos afuera de su reino, estaba en frente de ella mientras miraba mi rostro, con esos ojos como si estuviera a punto de llorar por mi - perdí, yo perdí la apuesta.

- por qué me perdono la vida.

- tal vez es mi simple egoísmos el que me esta llevando a esto y el echo de que ya no puedo matarte.

La mire a los ojos levante una de mis manos y tome su mejilla - majestad, perdóneme pero yo jamás le pertenecere.

- entonces, es momento que te marches - ella uso las llaves y me libero de los grilletes, volví a levantar mi rostro y la miré atentamente sentí como me tomaba de él cuello y el hechizo que me había puesto estaba desapareciendo, ya no sentía como si me estuviera asfixiando - besame - me ordeno mientras me miraba.

Yo levante la vista, crédulo ante tal orden, la última que escucharía de sus labios otra vez - por qué?.

- si te iras entonces cumpleme aún que sea eso.

Si la besaba, si yo hacia eso entonces ella ganaría entonces yo seria de ella pero eso es algo que no quería que sucediera - no, y de todo corazón majestad espero que jamás nos volvamos a ver.

Vi como una lágrima bajo de su rostro, fue la primera vez que la vi llorar pero por más que me muriera de ganas por besarla en ese momento eso era algo que jamás debía pasar, di la vuelta y empecé a caminar - de verdad esto será todo? - escuche su voz a mis espaldas, sonaba tan triste como si estuviera a punto de romperse.

Yo voltie a verla y le sonreí - majestad espero que usted un día recupere lo que esta buscando, adiós.

Y camine sin voltear la mirada sin ver lo que dejaba ahí o como ella estuviera por mi, por fin era libre por fin podía regresar a mi hogar pero por que no me sentía en libertad.

Continuará...