Capítulo 7

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Me encontraba en mi nueva recamara mientras era observando por el idiota fiel caballero de la reina mikasa mirando con atención las simples palabras que escribía, no tenía que ser larga esa era la condición para que me permitieran enviarla.

- esa mujer la amas? - me pregunto mientras aún miraba lo que escribía.

- no tengo por qué decirte.

- vamos hombre, ya seremos compañeros intenta al menos llevarte bien con los demás.

Suspire, el realmente me parecía alguien idiota sin personalidad que sigue ciegamente lo que pide esa mujer no importa si es un capricho, tal vez la razón por la que lo odio es que se parece a mi, el hace lo mismo que yo cuando servía a los Reíss, además es muy difícil empatizar con alguien que literalmente te torturo.

- vamos dime quien es ella? - hablo insistente.

- es mi prometida - dije de manera seca y cortante.

- a así que si era alguien especial, ya veo pero no puedo creer que aya una mujer que esté interesada en ti - dijo con una burla en sus labios.

- y yo no puedo creer que la reina tenga algún sentimiento sexual hacia ti, pero así son las cosas no.

El me miró con furia en sus ojos era efervescente, yo me pare de mi asiento y lo encare.

- cállate la maldita boca si no vas a tolerar las bromas.

El no dijo nada, le entregue la carta y antes de irse se marchó golpeando mi hombro con el suyo, yo realmente detestaba a este sujeto, yo solo suspire y me metí al baño a bañarme por que vaya que lo necesitaba todavía tenia sangre seca en mi cuerpo y apestaba por haber pasado tanto tiempo en los calabozos, me quite la ropa que ya estaba echa un desastre de lo rota y sucia que se encontraba y entre a la bañera mientras esta se llenaba.

- veo que de verdad solo escribiste unas simples palabras en tu carta.

Una voz se escucho en la oscuridad de la habitación sabía quien era ese tono tan dulce y delicado y nuevamente la fragancia a rosas que invadía el lugar, sólo eso bastó para darme cuenta quien era.

- que hace aquí majestad - pregunte sin mirarla, sabía que era ella, su voz tan familiar no la podía confundir.

- nada solo doy un paseo por mi castillo acaso no tengo permitido eso? - hablo en un tono egocéntrico y descarado con una ligera sonrisa acompañándolo.

- no si alguien se esta bañando, no cree que esto es algo indecoroso? .

- yo no creo que sea tan escandaloso si nadie se entera de ello.

Sentía como se acercaba a mi, yo no la miraba solo veía el agua que me rodeaba y como esta brillaba en la oscura habitación, ella pasó sus manos por mi pecho acariciando mis cicatrices y las heridas que tenían costra o aún estaban abiertas, su tacto me sorprendió y lo fría que estaban sus manos hizo que mi piel se erizara.

- que hace majestad? - pregunte aún mirando hacia el frente y tratando de sonar lo más natural posible.

- nada en particular.

Sentí que sus manos me recorrían, mi cuerpo estaba inmóvil solo expectante a sus acciones y cuando sus manos bajaban cada vez más la detuve.

- que pretendes conmigo? - pregunte, lo más serio que pude y con molestia esta vez mirándola a los ojos.

- solo pruebo algunas cosas contigo - hablo de una manera muy sutil sintiendo la cercanía de sus labios con mi oído.

- y no le puedes decir a tu caballero que las pruebe contigo.

- últimamente Jean no me apetece en ese sentido.

- entonces búscate alguien más, cualquiera se moriría por estar contigo no lo dudo, quién sea menos yo - dije mientras le quitaba las manos de mi cuerpo y me alejaba de ella.

- por qué te resistes a mí? - me miro con enojo y desesperación - tu lo deseas yo se que si.

- yo jamas me entregaré a ti.

- es por la tonta chica que te espera en el reino de los Reíss?.

- ella será mi prometida y no pienso engañarla ni faltarle el respeto con una chica mimada, caprichosa y arrogante como tu - dije furioso - ahora majestad si me disculpa necesito bañarme así que le pido que se marche.

Ella de mala manera se levantó dedicándome otra mirada asesina llena de ira y enojo una vez que salió yo suspire era muy tentador, pero yo para ella era un simple capricho eso lo se bien pero cada que se acerca más a mi, si ella sigue actuando de esa manera llegará un momento en el que simplemente ya no podré negarme ante ella, y perderé contra ella.

Mientras tanto en otro lado.

Una brisa soplando con fervor, moviendo su cabellera café claro mientras ella estaba parada en aquella torre viendo a la distancia llorando por el, pensando que tal vez no volvería, un pensamiento que todo el tiempo la carcomía ella quería despedirse de su vida ya que quería reencontrarse nuevamente con el.

- tía que hace aquí? - la princesa apareció saliendo de los pasillos para incorporarse a lado de la chica.

- historia no te había oído - hablo mientras limpiaba sus lágrimas.

- tía, esta llorando - hablo preocupada jamás había visto tan afligida a su querida tía - es por el?.

Su mirada perdida que no buscaba algo en concreto solo podía admirar aquel hermoso paisaje

- el era el amor de mi vida - dijo aquella mujer, rota, con dolor en su voz queriendo ahogar el sufrimiento en esas lágrimas tan sutiles que resbalaban por su rostro.

- yo de verdad hubiera deseado que esta guerra llegara a su fin.

- yo jamas sentí nada por este conflicto ya que cada ves que el se iba yo sabía que el regresaría pero esta vez no es así, ahora más que nunca odio a aquella mujer, es culpa de ella que el no vuelva a mi.

- tía - la chica hablo con un tono tan triste y con tanta pena por el sufrimiento que veía que sentía la persona delante de ella.

Petra esta vez miraba a su querida sobrina y las lágrimas salieron nuevamente pero su rostro no se veía triste, tenía furia, el dolor que sentía no podía describirlo en su cabeza solo cabía la idea de que todo lo ocurrido y todo lo que pasó fue culpa de le reina la mujer que gobernaba aquellas tierras tan distantes.

- majestad!! - dijo un caballero apareciendo en la escena.

- que paso por que tanta urgencia? - pregunto la princesa.

- apareció un cuerpo en la entrada de el reino y traía una carta.

- una carta? - habló historia sorprendida mientras Petra aún seguía pensando en su odio y tristeza - para quien va escrita esa carta?.

- para Lady Petra.

Petra abrió los ojos al escuchar esas palabras, como que había una carta dirigida a ella.

- que para mí? - pregunto incrédula.

- si - dijo mientras a la vez se la entregaba.

Ella vio aquel papel entre sus manos y la idea de que fuera de aquel chico que estaba dado por muerto la lleno de un poco de esperanza, pensar que era el, que de verdad fuera eso, no espero más y abrió la carta con desesperación, en ella había solo unas simples palabras que le provocaron una infinita felicidad se desplomó en el piso mientras lloraba y historia al ver aquella reacción recogió la carta y leyó el contenido.

Sigo con vida.

Continuará...

La Reina (Rivamika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora