Capítulo 30: Tú lo mataste...

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Clary corrió demasiado, lo suficiente como para que sus pulmones ardieran. Pensaba que de esa manera ella podía liberar lo que sentía. Era un dolor profundo, diferente al que sintió cuando perdió a Jace. Este era más profundo, más doloroso…

Al llegar a la casa de Simon le dio un abrazo, Simon comenzó a hablar pero Clary le pidió que la escuchara.

-Simon… No todos somos culpables de lo que nos pasa. Muchas veces hay cosas más poderosas que rigen tu destino.

-¿Y lo has entendido?- Simon le preguntó a Clary tocándole la mano. Desde la boda de sus padres se habían visto más seguido, ya que, Jocelyn y Luke estaban de vacaciones por el Caribe.

-Si, pero es diferente…- Acotó Clary con la mirada fija en la frente de Simon, donde hace un tiempo estaba la marca de Caín.

-Clary, sabes que Jonathan es otro. Entonces que él vea esa otra persona que no conoce. No la chica-crea-runas que conoce

-Esto es serio Simon

-Tú eres la chica-crea-runas. Él conoce tu poder, lo mataste con tu poder… ¿Lo recuerdas?

La escena pasó por la mente de Clary

-Salve, Maestro.- dijo ella, y vio sus ojos ampliarse, la hoja golpeando a través de su caja torácica, la punta posicionada para perforar su corazón. Sebastian se quedó sin aliento, y un espasmo lo recorrió en el cuerpo; se tambaleó hacia atrás, la empuñadura de la pala que sobresale de su pecho. Tenía los ojos de ancho, y por un momento vio el choque de traición en ellos, shock y el dolor, y que en realidad daño;

Te duele alguna parte en el fondo,  un lugar que creía haber enterrado hace mucho tiempo, un lugar que lamentó el hermano que podría haber sido.

-Clary.- dijo con voz entrecortada, empezando a enderezarse, y ahora el aspecto de la traición en sus ojos era decoloración, y ella vio la chispa inicial de rabia. No había funcionado, pensó con terror; no había funcionado, e incluso si las fronteras entre los mundos fueron sellados ahora, lo llevaría a cabo en ella, en sus amigos, su familia, en Jace.

-Tú sabes mejor que nadie…- dijo. Bajó la mano para agarrar la empuñadura de la espada en la mano. - No puedo ser herido,  por ninguna arma hecha bajo el Cielo…-

Él se quedó sin aliento, y se interrumpió. Sus manos estaban cerradas alrededor de la empuñadura, justo por encima de la herida en el pecho. No había sangre, pero fue un destello de color rojo, una chispa del fuego. La herida estaba empezando a arder.

-¿Qué- es-esto?-  Exigió a través de los dientes apretados.

-Y le daré la estrella de la mañana.-  Dijo Clary.- No es un arma que se hizo bajo el Cielo. Es el fuego del cielo.-. Con un grito sacó la espada libre. Dio la empuñadura, con su patrón de martilleado de estrellas, una mirada de incredulidad antes de que ardió como un cuchillo serafín.

Clary se tambaleó hacia atrás, tropezó con el borde de los pasos para el trono, y lanzó un brazo parcialmente sobre su cara. Estaba ardiendo, ardiendo como la columna de fuego que iba delante de los israelitas. Todavía podía ver a Sebastian en las llamas, pero estaban a su alrededor, lo que consume en su luz blanca, convirtiendo él un esbozo de carbón oscuro dentro de una llama tan brillante, se quemó los ojos.

Clary miró hacia otro lado y hundió la cara en su brazo. Su mente corrió de vuelta a través de la noche cuando ella había llegado a Jace a través de la llamas, y lo besó y le dijo que confiara en ella. Y tenía, incluso cuando ella se había arrodillado delante de él y llevado al punto de Heosphoros en el suelo. Todo a su alrededor que había llegado a la misma runa una y otra con su estela - la runa que una vez había visto, sentido como hace tanto tiempo , en una azotea en Manhattan : la empuñadura con alas de un ángel de espada.

-Yo no lo maté.- Dijo sin más…

-¿Entonces? Solo jugaste a enterrarle una espada, para ver si sangraba

-Yo lo hice para salvarnos… Y ese que murió fue Sebastian

-Entonces no dejes que Jonathan piense que él murió. Pero dale tiempo, son muchas cosas…

-Tú lo mataste.- Escuchó eso en su mente nuevamente.  

-¿Cuánto tiempo?- Dijo aun con la mente llena de las imágenes de la muerte de Jonathan.

-El tiempo necesario para que uno de los dos se necesiten y se puedan buscar.

Si no puedo reinar en el cielo. -Final Alternativo de COHF (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora