Capítulo 14: El encuentro con la Reina Seelie

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Jonathan  se balanceo por un momento como si hubiera perdido el equilibrio en la grada más alta de una escalera y luego cayo hacia atrás en la oscuridad. Sintió como si el suelo se tambaleara bajo él,  de repente sintió algo frio y duro en su omoplato, era una lanza que los guerreros de la corte apuntaban hacia él.

Muévete, sabes el camino- dijo un hada, que bien podía ocupar el puesto de Merliorn- y lo soltó.

Jonathan estaba todo mojado,  tenía frio y su cabello goteaba agua por todas partes. Iban en un corredor largo y obscuro que solo estaba medio iluminado por solo algunas  antorchas que colgaban del techo.

Jonathan  pensó que había algo diferente en ese aspecto de la corte, era como una tranquilidad que daba miedo.

-¿Tienes frio?- Se burló el hada- él lo miro y se dio cuenta que también estaba todo empapado de pies a cabeza,  pero por su piel desnuda, veía que el agua se deslizaba fácilmente.

-¿y ahora qué?, ¿hacia dónde vamos?

-A ningún lado –dijo el hada-, esperaremos aquí a que la Reina esté dispuesta a recibirnos.

Jonathan no se asombró ante lo que dijo el hada pero aun así le preguntó:

 -¿Está poniéndose su crema antiarrugas?- Se mofó del hecho.

-La corte de las hadas sabe todo lo que sucede en sus tierras, en el momento en el que entramos ellas lo supieron. Y tú mejor que nadie lo sabe…- Contestó el hada ruborizando a Jonathan.

En ese momento un hada caballero con el cabello azul y largo apareció junto a ellos. Jonathan sintió temor, pues este se veía más sádico que Merliorn.

-Faye.- Lo presentó el hada que lo venía amenazando con una lanza anteriormente.

Faye  miró hacia atrás viendo a los demás y dijo:

-Deben irse, no querrán ver lo que le sucederá.- Las hadas lo obedecieron y una a una salieron del recinto.

-No se permiten mundanos en la corte.- Se burló el hada que se veía era el nuevo sirviente de confianza de la Reina.

-Desearía que alguien le  lo hubiera dicho antes a Kaelie.- Dijo y esto al hada no le gustó. Inmediatamente se dio la vuelta y empezó a caminar hacia el fondo del corredor. El hada que lo escoltó hasta aquí lo comenzó a apuntar de nuevo con la lanza para que siguiera a Faye.

Faye comenzó a apartar unas ramas, Jonathan ya no estaba en el largo pasillo ahora estaban en un lugar más o menos parecido al bosque, estaba en un camino precioso rodeado de plantas y árboles pero a la vez el suelo estaba lleno de piedras preciosas.

-Dios, no era mejor que me trasladaran en un portal o algo.-Dijo Jonathan, en esos momentos se abrieron unas puertas que daban a un hermoso cuarto blanco en el cual habían pilares del mismo color pero adornados con muchas flores y piedras preciosas y el techo era azul como el cielo. El cuarto estaba totalmente iluminado pero Jonathan no podía ver antorchas ni lámparas y a la vez había luz por todas partes.

En el fondo se oía una dulce y extraña música, una dulce melodía que no conocía.

También se sentía un aroma como de miel mezclada con jugo de limón y ahí había un círculo formado por hadas bailando al ritmo de la música ellas apenas y tocaban el suelo, sus cabellos eran azules, negros, cafés, escarlatas, dorados y blancos como la nieve todas se veían hermosas. No podía descubrir por qué, ya que, él sabía cómo eran en verdad la hadas, su hermosura solo era un Glamour.

Recordó cómo eran sus caras, sus verdaderas caras y no esas que lo impresionaban, las verdaderas hadas no se veían tan apacibles y hermosas. Una hada con alas rosadas y azules estaba ahí pero ahora en vez de manos tenia garras, y su rostros ya no eran hermosos, es más sus ojos no tenían pilas eran totalmente negros.

Jonathan y sus custodios, pasaron el círculo de las hadas bailando y llegaron a otro corredor, donde el cielo ahora era más celeste que azul,

Faye quien se había detenido para esperarlos le dijo a Jonathan:

-¿la escuchabas?

-¿Qué quieres decir?

-La música, ¿Podías escucharla?

-Demasiado bien –dijo Jonathan- que se supone que era eso, nunca la había escuchado. Faye contestó:

-La usamos para los mundanos que son fáciles de engañar con el glamour de las hadas. Se supone que no afecta a los nephilims se supone que están protegidos. Pero en verdad te convirtieron en un mundano…- Explicó Faye, sus palabras hicieron que a Jonathan se le erizara la piel.

-Entra.- Le ordenó Faye, y Jonathan atravesó el espejo primero, después lo hizo Faye.

Este cuarto no era como los otros, lo podía reconocer fácilmente. Sabía a dónde lo habían traído, y para qué lo habían traído. Pero había algo distinto, era como una mezcla de soledad, soledad que sabía de donde provenía.

Miro hacia el sillón, era plano y sencillo en él había una mujer reclinada en un sillón rodeada de muchas hadas, la mujer se miraba como una hermosa humana con el cabello más largo de lo normal y sino tomabas en cuenta sus ojos totalmente negros carentes de pupilas creerías que era una humana.

Era la Reina Seelie.

Si no puedo reinar en el cielo. -Final Alternativo de COHF (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora