Capítulo 34: El beso de la venganza

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-Jon... Es hora de irme. Que pases una linda noche.- Ella se despidió de Jonathan con un pequeño beso en la mejilla. Desde hace algunos días se volvieron más unidos y se conocían demasiado bien. Ella sabía que Jonathan odiaba la miel maple en los wafles y Jonathan sabía que Ella amaba el café negro sin azúcar. Era como un pacto entre ellos.

-Gracias Ella, pero... Hoy no estaré en la tienda.- Dijo Jonathan en el momento en el que se colocaba su bufanda.

-¿Vas a salir?- Preguntó Ella con una ceja enarcada.

-Vamos a salir. – Recalcó Jonathan. Tomó sus cosas y abrazó su mano a la de ella.- Conozco una cafetería donde vender un riquísimo chocolate.

-Estoy muy cansada, te lo agradezco Jonathan.- Quiso disculparse Ella pero Jonathan ya la estaba guiando hacia fuera de la tienda.

-¿No lo habíamos dejado solo en Jon?- Jonathan inquirió viéndola con ojos muy grandes.

-Si...

-¿Entonces vamos?- Volvió a preguntar Jonathan.

-Está bien.- Ella aceptó y se dejó guiar.

Caminaron por casi toda la calle Alcalá. Caminaban muy cerca, demasiado cerca. Algunas veces sus manos rozaban enviando una especia de corriente eléctrica por sus cuerpos. Ella mantenía un suave brillo en sus hermosos ojos grises se quedaron plasmados en su mente.

Ella dejo caer al suelo su guante blanco, en ese momento Jonathan decidido ayudarle bajando para recogerlo, Ella también lo había hecho. En se momento sus ojos estaban conectados, había extraña conexión. Lentamente fueron subiendo sin perder la vista en ellos. La respiración de Ella era pesada, Jonathan podía sentirla.

Jonathan dio un paso más quitando el espacio vacío entre los dos. Se acercó a su rostro y la besó.

Con la luna, directamente sobre sus cabezas, lo iluminaba todo casi como si fuera de día. Jonathan alargó una mano para sujetarla, justo cuando ella se daba la vuelta para romper el beso, y entonces, ella se encontró de algún modo en el círculo de sus brazos y él la besaba más apasionadamente.

Al principio fue casi como si ella no hubiera querido besarla: su boca era dura contra la de él, inflexible; luego la rodeó con ambos brazos y la apretó contra sí. Sus labios se ablandaron. Él percibió el rápido latido de su corazón, paladeó el dulce sabor a chocolate que ella aún tenía en la boca. Enredó las manos en sus cabellos, tal y como había querido hacer desde la primera vez que le había visto, y éstos se enroscaron en los dedos, sedosos y finos.

-Creo que... no es justo que bese a mi jefa.- Jonathan dijo sonriendo contra la boca de Ella.

-Tú nunca fuiste mi empleado.- Ella se aproximó más a Jonathan y volvió a besarle.

-Tú eres alguien importante en mi vida. Recuérdalo.- Se inclinó para besarla, sujetándole el rostro con la mano libre. Sus labios se tocaron, levemente al principio, y luego con una presión mayor. Fue precisamente en ese momento cuando alguien pasó pegándole el brazo por descuido.

-Perdona.- Esa voz le resultó tan conocida, pero algo que conoció inmediatamente fue la cabellera rojiza de la chica.

-Creo que es mejor que nos vayamos.- Dijo Jonathan y guio a Ella hacia la otra calle. Ella más feliz que nunca  aceptó guiándolo hacia su casa

Si no puedo reinar en el cielo. -Final Alternativo de COHF (Reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora