𝕴𝕴𝕴. 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒

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acto i,
capítulo tres,
( voces susurrantes )

「 Así que cerré mis ojos y me dejé llevar por viejos sentimientos 」

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Así que cerré mis ojos
y me dejé llevar
por viejos sentimientos
 」

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La luz del radiante sol le pegó de lleno en los ojos, poco acostumbrados a ella, que se cerraron al primer contacto, buscando recuperarse. Al hacerlo, aquellos ojos, verdes, observaron todo a su alrededor. Amelie no estaba acostumbrada a ver tanta gente junta, contenta. Cuando vivía con Lancelot, éste no la dejaba salir de la vivienda, por temor a que Alined le hiciera daño, más cuando el tan temido rey sabía de su magia.

Suspiró y emprendió camino a la parte baja de Camelot. Siempre le habían fascinado las ferias de los pueblos, en donde la gente vendía comida, ropa, utensilios y distintos artefactos para ganar aunque sea un poco de dinero, donde todos sonreían. Durante su niñez, Odrina la llevaba a las ferias, para entretenerse mientras ella compraba cosas para la casa, y, pese a que en aquellos lugares no había nada que atrajera a los niños, la pequeña Amelie se divertía charlando con la gente de los puestos.

Por eso, no dudó en ofrecerse a ayudar a Gaius, quien, rodeado de papeles, libros y repleto de trabajo para hacer, preguntó si alguien podía ir a comprar algunos ingredientes para sus medicamentos. Escribió gustosa los ingredientes que el anciano le dictaba, para no olvidarse de ninguno, y guardó la lista en un pequeño bolsillo, escondido entre la falda del vestido.

En un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba cara a cara con la tan afamada feria de Camelot, atestada de gente, de niños corriendo, y de guardias paseando de lado a lado.

Una sonrisa cruzó su rostro mientras se adentraba en aquel lugar, y miraba, con ojos fascinados, todo lo que allí se encontraba, desde los diferentes puestos, hasta la gente que paseaba. No supo cuanto tiempo estuvo admirando lo que veía, porque cuando volvió a la realidad, se encontraba frente a una mujer de avanzada edad, que la miraba con curiosidad desde detrás de su puesto de plantas.

—Es la primera vez que te veo por aquí, niña. ¿Estás perdida? —preguntó la mujer, sonriéndole.

Amelie se acercó a ella.

—Si... —comenzó, antes de corregirse—. No, en realidad... Soy nueva en Camelot y un amigo me ha mandado a comprar algunas cosas, pero no sé dónde comprarlas —comentó.

𝗥𝗘𝗦𝗨𝗥𝗥𝗘𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡 ⎧ merlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora