𝖁. 𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐏𝐋𝐀𝐂𝐄𝐒

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acto i,
capítulo cinco,
( lugares oscuros )

「 Entendió que, como tal, el destino salva a unos mientras condena a otros de por vida 」

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Entendió que,
como tal,
el destino salva a unos
mientras condena a otros
de por vida
 」

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La puerta de la habitación del joven mago se abrió, mientras la muchacha de ojos verdes cruzaba por ella, dispuesta a comenzar el día de la mejor forma posible. No quería cometer el mismo error de ayer, y, gracias a sus despistes, perder el trabajo que a Gaius tanto le había costado conseguirle. Suspiró y se frotó los ojos cansados, emprendiendo camino hacia la mesa donde un Merlín tan o más cansado que ella terminaba su desayuno. Supo que el joven estaba perdido en sus pensamientos, pues no reparó en la presencia de ella hasta que la encontró frente a él... pero no podía reprocharle nada, ella también se encontraba sumida en su propia mente. Las pesadillas que tenían por las noches la estaban volviendo loca, no les encontraba sentido.

—Buenos días —saludó con una pequeña sonrisa, gesto que fue devuelto por el joven frente a ella.

—Oh, buenos días, Amelie. ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Has dormido bien? —Amelie abrió su boca con la esperanza de poder contestarle, pero, al parecer, Merlín tenía otros planes— ¿Sigues pensando en irte de Camelot? ¿Qué puedo hacer para hacerte cambiar de parecer?

El joven azabache, si bien nunca medía sus palabras, se encontró expresando aquella preocupación que lo tuvo en vela toda la noche. La conversación que había tenido con Amelie la noche anterior le cayó como un balde de agua fría. ¿Realmente estaba considerando la opción de irse? ¡Si recién acababa de llegar! Él sabía que no estaba en posición de reclamar nada, pues hacía apenas unos días que sus caminos se habían cruzado, pero quería que se quedase. Desde el momento que la vio en esa misma habitación, con el brillo y la alegría de la magia en sus ojos, supo que la necesitaba junto a él, y, cuando vio aquel brillo ser reemplazado por el temor de haber sido descubierta, comprendió que ambos cargaban con los mismos demonios (o, tal vez, con demonios y preocupaciones parecidos). Ambos habían nacido con el don de la magia, que es a la vez fortaleza y debilidad: los hace especiales, capaces de cosas extraordinarias, pero a la vez es aquello que, de salir a la luz, los condenaría a muerte. Si tan sólo Amelie entendiese que no está sola, que él la comprende a la perfección, que es como ella... pero no podía decírselo, no aún, mucho menos sabiendo que Alined la había retenido prisionera con la intención de que ella asesinase a Arturo, su destino.

𝗥𝗘𝗦𝗨𝗥𝗥𝗘𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡 ⎧ merlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora