Capitulo 13

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NUNCA MAS

Era la mañana del domingo, y como no estaba en período de clases, no me preocupaba en absoluto por nada de esas cosas, tenía todavía unos dos meses y días para disfrutar de mis vacaciones, bueno, si a eso se le podía llamar disfrutar. Papá apareció por la puerta, con una olla en sus manos, sonriéndome y con un delantal de cocinero puesto encima, rodé los ojos, por que detestaba su inmensa sonrisa en la mañana, cuando me encontraba de mal humor.

– ¡Despierta bella durmiente! – Gritó papá desde la puerta, cerré los ojos y me dejé caer nuevamente en la cama.

– Esta bella durmiente quisiera dormir un poco más, por Dios... ¡Papá son las ocho de la mañana! – Dije observando detenidamente el reloj que había sobre mi mesa de noche.

– De acuerdo, pero te perderás el estupendo desayuno que hay abajo – Farfulló con las cejas levantadas, yo fruncí los labios y vacilé en contestar, sus desayunos si eran estupendos.

– De verdad, ayer volví tarde, necesito dormir... – Lloriquee tapándome con el edredón hasta la cara, sentí un suspiro y la puerta cerrarse, entonces volví a cerrar mis ojos, decidida a volver a dormir. Pero el molesto sonido de mi teléfono me lo impidió, bufé molesta, y saqué mi mano del calor bajo el edredón y toqué la pantalla para ver quien era el molesto que me escribía a esas horas.
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08:11
De: Harry
Para: Luci
Asunto: Desayuno.
¿De verdad piensas perderte el desayuno que ha preparado tu padre?
¿Estás enferma?
¿Y si te digo que el desayuno soy yo, cielo?....
xx
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Mi Dios... En aquel momento, recordé que Anastasia había prometido devolver a Harry sus recuerdos en la mañana ¡Ya era la mañana! Sentí mi respiración acelerarse notoriamente, mientras tomaba una bata tendida sobre mi cama, a causa del frío que hacía. Corrí escaleras abajo, reteniendo el llanto de felicidad y el deseo de gritar a todo viento que él estaba allí. 

Al llegar al pie de la escalera, me paré en seco, viendo a mi padre y a Harry hablando frente a la chimenea encendida. El calor abrumó mis sentidos, y en cuanto los dos giraron a verme, caí de lleno al piso, llorando desconsoladamente. Sentí unos brazos fuertes levantándome del suelo, y acunándome suavemente, cerré los ojos, y comencé a sentir el aroma que tanto me abrumaba, levanté mi rostro y vi sus brillantes ojos verdes sobre mí, que me trajeron la paz que me había faltado durante tanto tiempo. Enseguida lo abracé, aferrándome a él de una manera desesperada. 

– Shhh.... Estoy aquí cielo, ya no llores, por favor Luci... – La voz ronca y firme de Harry entró por mis oídos y lo miré fijamente a los ojos, apreciando su rostro. Que ya había visto la noche pasada, pero ahora, sabía que él estaba junto a mí otra vez, como antes.

– Te extrañado tanto Harry, nunca nos separaremos otra vez, nunca, aunque todo se termine a nuestro al rededor, nunca te dejaré, nunca, nunca – Lloriquee histericamente y luego sentí como poco a poco sus labios atrapaban los míos, llenándome de su usual sabor, y calmando el fuego que sentía dentro de mí, él me alzó hasta su cintura, y enrollé mis piernas a su alrededor, presionándonos fuerte, sintiendo que nunca más en la vida lo iba a dejar ir.

– Shhh... calma nena, todo está bien, estoy aquí, tampoco te dejaré ir nunca, pase lo que pase, nunca princesa, nunca...

Vi que mi padre salió de la sala sonriendo, y mis mejillas enrojecieron automáticamente. Harry me bajó otra vez al suelo, sin soltarme y posó un sonoro beso en mi mejilla. Sonreí cálidamente y nos dejamos caer sobre el sofá de la sala, donde frente a nosotros, sobre la mesa de madera pequeña, yacían dos tazas de café, y tortitas con mermelada. Harry tomó la taza de café en sus manos, y dio un sorbo largo, yo seguí su accionar.

El Ángel Caído: La Profecía del HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora