POR SIEMPRE
– Estás embarazada – Soltó Anastasia mirándome fijo a los ojos.
En cuanto ella pronunció aquellas dos palabras mi corazón dio un vuelco y jadee completamente impactada. Cuando Harry lo había dicho, había entendido que se trataba de un bebé, de nuestro bebé, pero había creído que lo tendríamos en el futuro, y no tenía la más mínima idea de que estaba embarazada. El rostro de Harry estaba serio ahora, ya que hacia más de un minuto que yo no emitía sonido alguno, a causa de la gran noticia. Supongo que era natural que me sintiera insegura y asustada, todavía me faltaban unos meses para cumplir veinte años y no me sentía preparada para ser madre en absoluto.
– Dí algo Luci – Pidió Harry frente a mí, levanté mis ojos hacia él y suspiré.
– Es que no... no se que decir Harry, yo...
– ¿No quieres tener un hijo conmigo? – Preguntó completamente molesto, abrí mis ojos en sorpresa, claro que quería tener un hijo con él, pero no ahora, en esa situación de nuestras vidas, en ese clima de horror y guerra.
– Harry... – Farfullé completamente aturdida por la situación.
– Te entiendo, se que es muy pronto y que quisas estés asustada, pero...
– Estoy aterrada – Solté comenzando a respirar entrecortadamente, sentí las lágrimas atacar mis ojos y hice lo posible por no dejarlas caer frente a todos, que nos miraban completamente aturdidos.
– Demos un poco de aire, vamonos – Mi padre y Niall se retiraron de la sala en donde estábamos reunidos y salieron de allí caminando silenciosamente, Harry me tomó de la mano y nos sentamos juntos en el cómodo y gran sofá de la sala iluminada por la chimenea frente a nosotros. Lo sentí respirar hondo y luego besar mis manos dulcemente, volví mis ojos a él con cierta incertidumbre y lo ví sonreír ligeramente, lo que me tranquilizó un poco más.
– ¿Harry?
– ¿Sí?
– ¿Tienes miedo? – Pregunté completamente nerviosa e intranquila, él frunció el ceño y negó con la cabeza suavemente, mientras inspeccionaba detalladamente cada una de mis uñas y jugaba con mis manos.
– No princesa, no tengo miedo, y se que tu lo tienes, pero te cuidaré, Luci, lo juro – Dijo Harry seriamente, volví mis ojos a él y dejé escapar mis lágrimas poco a poco, y sus dedos fueron tomándolas y secándolas a mitad de camino.
– Prométeme que no me abandonarás como mi padre abandonó a mi madre Harry, por favor... – Sollocé en su hombro, él suspiró y besó mi cabello repetidas veces, las cuales siempre lograban calmarme un poco.
– No tengas miedo Luci, los cuidaré con mi vida, mírame – Harry tomó mi mentón y me hizo mirarlo a los ojos, los cuales aquel día tenían un verde aún más intenso – No los dejaré nunca ¿Entiendes?
– Te amo – Murmuré calladamente, y tratando de calmar los espasmos del anterior llanto, él me sonrió de manera cálida y dulce, acariciando mi mejilla.
– Y yo te amo a ti nena – Él puso un beso profundo en mis labios, que pareció haber calmado algo del terror que sentía dentro, el terror de ser abandonada por la persona que amaba.
– ¿Crees que estamos en peligro? – Pregunté luego de algunos minutos en silencio, él me había permitido acostarme en sus piernas mientras seguía sentida, jugando con mi cabello.
– No lo sé, pero mañana comenzaremos la búsqueda de un ejército, aunque la guerra en verdad no sea real, debemos estar preparados – Contestó Harry tranquilamente.
