Capitulo 3

332 24 0
                                    

ANNIE JONES

Miré a Harry estupefacta ¡Me había mordido! ¡Enfrente de toda la clase! Dios… 
Él no volteó a verme porque sabía que estaba molesta, su actitud fue totalmente inmadura, actuó como si yo fuera de su posesión, sólo para demostrarle a un estúpido chico que él era mi novio. Además, él no podía estar allí, tenía que quedarse dentro, no lo podían ver conmigo.
– Entonces… ¿Quieres jugar Póker algún día? – Preguntó Noa, para romper el hielo.
– Seguro, si quieres pasar vergüenza… – Respondió Harry mirándolo fulminantemente.
– Disculpen, tengo algo que hablar con Harry, volveré en un segundo – Dije mientras tomaba a Harry de la cazadora de cuero marrón, Louis nos miró frunciendo el ceño, él como yo, sabía que Harry no podía estar donde estaba. Conduje a Harry caminando rápidamente hacia las puertas del baño del bar, que daban hacia un pasillo, muy parecido al que había en Ángel´Soul. Él bajó la vista.
– ¿Qué sucede? – Preguntó ahora mirándome como un perrito perdido, crucé mis brazos y suspiré.
– ¡¿Qué sucede? ¿Tú estás preguntando qué sucede?! – Pregunté irónicamente, Harry suspiró una vez más, esta vez con frustración, sabía exactamente por qué lo había llevado allí.
– Sí, te estoy preguntan…
– No puedo creerlo, no puedo creer que te expongas de esta manera, no puedo creer que porque no confíes en mí te atrevas a arriesgar tu vida de esta manera ¿Qué rayos te sucede Harry? ¿Quieres volver allí? ¿Quieres que te alejen de mí? – Sus ojos se fueron al piso, y su boca estaba apretada en una línea, sin decir nada caminó hacia el lado contrario de dónde habíamos venido, lo tomé de la campera nuevamente – No te hagas esto, dije que volvería a casa en unas horas, es todo… – Murmuré mirándolo a los ojos, él asintió y siguió caminando hacia la salida.
Rodé los ojos y fui hasta donde estaba la mesa, Louis se paró al verme e hizo un gesto que sólo yo vi, preguntando dónde estaba Harry. Negué con la cabeza y tomé mi bolso. Noa me miró desde su lugar y sonrió.
– ¿Todo en orden? – Preguntó al ver mi tremenda cara de “Voy a matar a Harry”
– Sí – Mentí – Todo está en orden, sólo debo ir a casa de mi padre, no se siente bien, fue muy lindo venir, gracias. – Dije amablemente, Niall y los demás chicos me saludaron, Louis vino hasta mí.
– ¿Qué le pasa a tu novio? ¡Te comió la boca delante de mí! – Gritó molesto.
– Eso es lo de menos Louis, estaba marcando territorio, así es Harry – Comenté dando una sonrisa – La cosa es que… no sé si lograron verlo, sólo espero que no, si no…
– Ehh… Todo estará bien, ahora ve, estoy sintiendo el motor de su motocicleta desde aquí – Le di un beso en la mejilla y corrí fuera del bar, Harry estaba esperándome.
– ¿Prefieres que te lleve a casa o irás con tu nuevo amigo? – Preguntó sin una gota de diversión en su voz.
– Arranca – Solté subiendo sin su ayuda tras él.
Luego de unos minutos, llegamos a mi casa, me bajé de la motocicleta sorprendida, ya que había pensado que volveríamos a su casa.
– ¿Vas a irte? – Le pregunté mientras me retiraba el casco, él asintió.
– Debo hacer un par de cosas – Murmuró sin mirarme, yo asentí y me acerqué a besar su mejilla, él corrió el rostro y me besó profundamente en los labios.
– Quiero pasar el día contigo, ven a buscarme más tarde si puedes – Dije seriamente, él asintió.
– Tengo un asunto que ver, me llamaron para avisarme que me asignaron a alguien hoy – Soltó frunciendo los labios, yo arrugué la frente.
– Dijeron que sería dentro de meses… – Murmuré confundida, él suspiró.
– Sí pero la chica corre peligro y debo cuidar de ella, será sólo por algunos meses, luego…
– ¿La chica? ¿Es una chica? – Pregunté ligeramente sorprendía, y demasiado, pero demasiado celosa.
– Sí, ¿Estás celosa? – Dijo escondiendo una sonrisa.
– ¿Debería estarlo? 
– No.
– Entonces, no lo estoy, vete se te hace tarde para resolver tu asunto – Dije haciendo comillas con mis dedos en la palabra “Asuntos”, él se sonrió.
–Estás celosa.
– No lo estoy, aunque me parece injusto que no puedas estar en todo el día por la culpa de…
– Annie Jones
– ¡Oh! Ya sabes su nombre… Bien, entonces me parece injusto que no puedas estar en todo el día con TU NOVIA por la culpa de la estúpida de Annie Jones, quien al parecer corre peligro y no puede cuidarse sola… – Solté cruzada de brazos.
–Tampoco puedes cuidarte sola – Dijo riendo, yo lo fulminé con la mirada.
– Es lo que tú crees.
– Es lo que es – Respondió levantando los hombros.
– Puedo cuidarme sola, no necesito que estés tras de mí todo el tiempo ¿Sabes? Eres un idiota – Declaré exasperada, odiaba cuando él se ponía en la posición de un ridículo idiota, era tan… idiota.
– Eres una caprichosa… – Dijo negando con la cabeza.
– Ohh… De acuerdo señor maduro y problemático, discúlpeme, yo no soy quien debe quedarse en casa y sale a la plena luz del día arriesgando su vida….
– Lo hice por ti – Contestó mirándome fijo.
– Pues no debiste, sólo fui a tomar unos tragos, nada iba a pasarme… – Contesté firmemente.
– Si llegaba un segundo después iba a besarte…
– ¡Dios mío! ¡Tienes razón! – Contesté con ironía, él rodó los ojos, comencé a caminar hacia la puerta de casa.
– ¡Llámame cuando crezcas! – Gritó desde la motocicleta, yo reí molesta.
– Seguro Black, lo que digas… – Murmuré poniendo un pié dentro de casa, cerré la puerta completamente frustrada, mi novio era un completo chimpancé cuando quería…
Entré a casa dando increíbles zancadas, no me lo podía creer, Harry estaba completamente demente, entendía que estuviera algo celoso, pues me encontró en una situación tensa con Noa, pero también yo me había sorprendido, no era mi culpa. De todos modos... ¿Qué rayos estaba él pensando? No podía salir así de su casa e ir a verme, se suponía y habíamos acordado que sólo nosotros, nuestros amigos más cercanos y mi padre estaban enterados de lo nuestro, pero él y su estúpido juego nos había puesto como carnada e Arcángeles.
Papá apareció por la puerta de la cocina, con su usual y cotidiana cara de felicidad, que se borró al verme. Tenía puesto un delantal de cocinero, estaba completamente ridículo.
– Pensé que querías galletas, cociné varias, tu nuevo amigo es como un animal comiendo – Dijo papá frunciendo el ceño.
– Sí, Niall es… Niall. Pero no tuviste porqué hacerlo, ellos no vinieron conmigo, es más, están a un par de cuadras, en un bar, bebiendo alcohol, ya no somos niños papá – Solté con brusquedad, él hiso una mueca y regresó a la cocina murmurando acerca de mi mal humor y mi cara penosa.
– Tengo esta cara porque mi novio es un idiota, como todos los hombres de este planeta.
– Pero él no es un hombre, es un Ángel – Dijo levantando su dedo índice, rodé los ojos.
– No, él no tiene nada de Ángel…
Subí hacia mi cuarto en donde llegué completamente abrumada, y me dejé caer en la cama. Mi mente comenzó a dar una y mil vueltas acerca de Annie Jones mientras escuchaba “The Lightning Strike” de Snow Paltrow. Harry tenía más de cien años, y me había pasado la costumbre de escuchar música ochentosa.
Llegué a la conclusión de que él no estaba pensando en ese momento, y sólo había actuado impulsivamente, como también me pasaba a mí en ese momento, quería correr a su casa y ver si realmente lo de la tal Annie Jones era cierto, y si así lo era, que rayos estaba haciendo. Porque… ¿Qué diablos iba a decirle Harry cuando la vea? “Hola soy tu Ángel Guardián, vengo a salvarte de personas malas que quieren dañarte”, no seguramente no diría eso, entonces… ¿Qué haría? ¿Inventar que alguien estaba persiguiéndola? ¿Tal y como me lo había inventado a mí, meses atrás?
La molestia inundaba mi cuerpo al pensar que Harry cuidaría de otra mujer. No era que no confiara en él. Pero al fin y al cabo él era un hombre, y además era jodidamente apuesto, sexy, malo y galán, perfecto para todas, ella no dudaría un segundo en acercarse a él, yo no lo dudé. Esta tal Annie se tiraría a sus brazos en segundos. Eso era lo que más me incomodaba.
Mi siguiente opción era conocer a la “intrusa” y decirle que él era mi novio, que me pertenecía, y que no se atreviera a acercarse ni un milímetro más de lo que debía a él, pero no podía hacer eso, nos expondría ante los Arcángeles. Mierda.
Mi teléfono celular sonó insistentemente y vi su número en la pantalla, atendí con un brusco “Diga”.
– ¿Estás enojada? – Preguntó con tono bajo y serio.
– Estoy intentando calmarme, gracias, y si sigues llamando… ¿Qué crees?, no me calmaré – Contesté molesta. Sentí un suspiro ahogado y una pequeña risita del otro lado.
– Me encanta cuando estás enojada – Dijo en tono divertido. Alcé las cejas, él no dejaba de sorprenderme.
– ¿Sí? Bueno, sigue así y pasarás encantado el resto de tu vida – Solté fríamente.
– ¿Dices que pasarás el resto de tu vida junto a mí?
– Harry ¿Qué quieres? No me confundas – Dije rápidamente y algo nerviosa. Claro que planeaba pasar el resto de mi vida con él.
– ¿Paso por ti? ¿A las ocho? – Su voz dejó la diversión.
– Papá y yo debemos ir al centro de compras – Mentí – Así que, te veo mañana, de todos modos estarás demasiado ocupado con tu nueva clase de empleo, suerte en tu primer día – Anuncié fingiendo una sonrisa.
– Cielo…
– ¿Qué? ¿Qué vas a decirme? ¿Cómo vas a llegar a ella? ¿Cómo harás para acercarte Harry? ¿Inventarás que alguien está siguiéndola, como lo hiciste conmigo? – Pregunté irónicamente.
– No, no inventaré nada, porque a ella sí la están siguiendo, ella está verdaderamente en peligro – Contestó tranquilamente.
– ¡Oh! ¡Wow! Entonces córre… – Comenté decidida a cortar el teléfono.
– Caminaré – Comentó riendo.
– Idiota – Solté sintiendo la sangre hervir.
– Caprichosa – Respondió fríamente, abrí la boca sorprendida.
– Adiós, puedes cortar – Dije levantando el tono de voz.
– Adiós nena.
Ahogué un grito presionando la almohada contra mi rostro, y mi padre entró por la puerta luego de un golpe en ella, lo miré fulminantemente y él abrió los ojos.
– Hice algo para comer, tal vez puedes decirle a Harry que venga y comemos algo porque me…
– ¡Ni lo sueñes, él no vendrá! – Salí de la habitación dejando a mi padre parado en la puerta quien me miró con expresión confundida. Bajé a la cocina y tomé un vaso y leche del refrigerador, di un sorbo y me senté en la mesa, cruzada de brazos. Papá llegó minutos después colocándose frente a mí.
– ¿Qué sucedió? No pensé que fuera tan grave… – Dijo mirándome pensativo desde el otro lado de la mesa.
– Es largo…
– Siempre tengo tiempo para mi princesita – Comentó mi padre.
– Bien… – Solté en un suspiro – La cosa es más o menos así, esta mañana, Harry quería llevarme a mis clases, sabe que no puede hacer eso, así que peleamos, luego, cuando salí de una Universidad, un nuevo compañero invitó a la clase entera, obvio estoy incluida, a tomar unos tragos, lo llamé para avisarle y dijo que todo estaba bien, así que…
– ¿Hay más? – Preguntó sonriendo.
– Sí, cuando estábamos en el bar, llegó allí y peleamos nuevamente, él sabe que no pueden vernos juntos, arriesgó todo por sus estúpidos celos – Solté carraspeando – Además… cuando me trajo a casa, dijo que le habían asignado a alguien, una tal Annie Jones, no sé… Y eso me exaspera, dijo que no podía pasar el día conmigo porque debía ir con ella, ahora es su ángel guardián… – Mi padre suspiró hondo y saltó una pequeña sonrisa – Y no soporto que tenga que cuidar a otra chica…
– ¿Confías en él?
– Sí, pero no confío en ella, es decir, Harry es…
– ¿Entonces estás enojada porque tendrá que pasar tiempo cuidándola en vez de pasar tiempo contigo? – Preguntó abriendo los ojos.

– Sí.
– ¿Entonces estás celosa? – Cuestionó divertido.
– No, no lo estoy, solo… Me preocupa que ella intente algo y él…
– ¿Y él le corresponda? – Dijo mirándome atento.
– Sí – Admití bajando la vista.
– Cariño, él dio la vida por ti, no creo que una simple chica pueda reemplazarte, debes convencerte a ti misma, él no va a engañarte.
– Eso espero… – Solté un poco más calmada, siempre me hacía bien hablar con papá.
– Es su trabajo, sólo es eso para él, te lo aseguro – Dijo seriamente, él tomó mi mano sobre la mesa cariñosamente – Además si intenta hacerlo, lo asesinaré…
– Papá, podrás hacer eso si vas a Londres y tomas la Daga… – Solté divertida, él asintió.
– Créeme que si llega a hacer que derrames una lágrima lo haré – Dijo levantándose de la mesa con una dulce sonrisa, y sus ojos color marrón me miraron protectoramente, nunca dejaría de ser una niña para él, y me había sorprendido lo bien que había aceptado todo este asunto de Vampiros, Ángeles y demás.
Papá salió luego de besar mi frente. En realidad me había ayudado bastante estar con él, pero la idea de que Harry protegiera a otra persona seguía rondando en mi cabeza, y eso me hervía la sangre. Tal vez debería hablar con él, aclarar las cosas, pero sabía que eso no sería fácil, Harry era extremadamente orgulloso, como yo lo era.
Sólo esperaba que su nuevo “empleo” no cambie las cosas. Me aterrorizaba perderlo otra vez, y sabía que esta nueva persona, iba a ocasionar problemas y sí, estaba celosa, pero no lo admitiría.
***************
Me acosté esa misma noche luego de comer los riquísimos espaguetis que papá preparaba. Debo decir que me sentía bastante abrumada por el hecho de que Harry no me haya llamado. Pero seguramente su orgullo era mayor como para hacerlo. Dentro de mí quería arreglar todo, pero cuando volvía a pensar en Annie Jones, la fiebre e histeria surgían y realmente quería dañar a aquella chica.
Cuando miré el reloj por última vez marcaba las doce en punto, me quedaban sólo siete horas para levantarme e ir a mi primera clase en la Universidad, no veía la hora de empezar segundo año y terminar con todo eso.
Abrí mis ojos completamente exaltada, y cuando noté que todo se veía blanco y negro supe que estaba soñando. Un par de ojos verdes me estudiaban desde la ventana. Harry estaba sentado allí, mirándome. Me refregué los ojos por enésima vez hasta que mi vista se aclaró y pude ver definidamente. Me senté en la cama y lo miré fijo a los ojos, él sonrió curvando más sus labios del lado izquierdo que del derecho.
– Supongo que te sonríes porque parezco un león – Me quejé con voz adormilada y ronca, él sonrió nuevamente.
– Me sonrío porque cuando estás dormida te vez como un Ángel y cuando te despertaste tu frente se arrugó y ya no luces como una Ángel, así que, supongo que siges enojada – Harry cerró la ventana tras de él con cuidado y se sentó a mi lado en la cama, tomó mis manos en las suyas y las besó con suavidad. Raramente usaba camisas, pero esta vez lo estaba haciendo, llevaba una camisa de lino blanca y pantalones marrones con botas haciendo juegos. Su cabello estaba alborotado, cosa que me hacía volver loca, pero no sería la primera en ceder, no otra vez, este era su turno.
– Prometiste no volver a invadir mis sueños – Hablé con algo de ironía en mi voz, él alzó las cejas.
– No puedo evitarlo, me encanta verte dormir cielo… – Reí irónicamente, eso era completamente ridículo, parecía y roncaba como una morsa mientras dormía.
– ¿Siempre lo haces? – Pregunté siendo la que yo jugaba con sus manos.
– Sólo cuando no pasas la noche conmigo – Contestó mirándome fijo, el deseo carnal se traspasó por sus ojos y llegó a los míos.
– Deja mi sueño, y ven a aquí, quiero estar contigo, no soporto que estemos peleados, por favor, quiero que me abraces esta noche – Solté desesperadamente, él se mordió el labio inferior y asintió.
– Esperaba que lo pidieras bebé – Harry se sonrió, y al segundo todo tomó color. Me levanté a buscar un vaso de 
agua a la cocina, y sentí su motocicleta llegar, Harry tocó la puerta y abrí despacio.
En cuanto traspasó la puerta, atacó mis labios con ferocidad y recorrió mi cuerpo alteradamente, pasando sus manos por cada recoveco. Harry me alzó a su cintura sosteniéndome del trasero y se encaminó escaleras arriba.
– Quiero estar en ti ahora – Murmuró agitadamente en mis 
labios, mi respiración se cortó por un segundo.
Santa mierda…

El Ángel Caído: La Profecía del HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora