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Eleanor

Terminando de hacer la cena es cuando la puerta principal es abierta y por esta entra mi esposo con una mujer agarrándolo para que pueda mantener el equilibrio.

-Déjame hasta aquí- dice Clark arrastrándo las palabras, por lo que deduzco que está borracho.

Llego casi corriendo hacía la puerta y ayudo a la mujer a llevarlo hasta el sofá. El olor del alcohol se cuela por mis fosas nasales.

No sé cuál de los dos apesta más.

-Gracias por traerlo- susurro un poco avergonzada.

Gracias a ella llegó aquí, quien sabe que le hubiese pasado si no fuera porque lo trajo.

Cuando está a punto de cerrar la puerta e irse, se gira diciéndome con una gran sonrisa falsa en los labios;

-Fué un placer.

-Solo vete... Andrea.

Observo su vestimenta que es muy rara. Lleva un short muy ceñido al cuerpo y su camiseta es demasiado corta.

No deja nada a la imaginación.

Nos da una última mirada y sale casi corriendo de la casa.

¿Qué le sucedió?, ¿quién es?

Tal vez sea una amiga, o la que lo acompaña a tomar siempre. Nunca antes había venido acompañado por una mujer.

-¿Y la cena? ¡mujer, tengo hambre!- desechando mis pensamientos, centro mi atención en Clark.

Es lo primero que dice mientras se para del sofá dirigiéndose torpemente hacía mi que estoy frente a él.

-A-aquí está tu cena- contesto yendo a paso rápido al comedor, señalándole el plato.

Este se sienta para empezar comer, sin mirarme, sin agradecerme.

Sin decirme una sola palabra.

-¿Qué es esta porquería?, ¿no podías hacer otra cosa?- escupe encima de mi los espaguetis que se había llevado a la boca.

No digo nada, solo me quedo observándolo callada. Mientras trato de limpiar mi rostro cubierto de espaguetis y saliva.

-¡Respóndeme cuando te pregunte algo, maldita sea!- Gruñe haciéndome temblar más de la cuenta.

Quedo sin habla por varios segundos.

-Me dieron ganas de comer eso, ¿sí?- contesto con miedo a su próxima reacción.

-Yo no quiero esta mierda- tira el plato al suelo, rompiendo este en varios pedazos.

-Puedo prepararte otra co...- antes de terminar la oración, se levanta bruscamente de la silla y sube directo al cuarto, cerrando la puerta tan fuerte que me hace dar un respingón del miedo.

Las lágrimas que estuve reteniendo las suelto sin más.

Pasados varios segundos, me tumbo al suelo y empiezo recoger el desastre que él hizo. Recogiendo el último trozo del plato roto, me corto un poco la palma de la mano.

-¡Auch!- miro como la sangre comienza a salir de mi palma derecha.

Otro desastre más a la lista.

Es mucha por Dios.

Me paso el borde de mi blusa por la herida haciendo que esta me duela aún más.

Sin más remedio, continúo con mi trabajo nuevamente de recoger los pedazos del plato para echarlos a la basura.

Violence © #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora