Violence © #1 [✔]

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Clark

No puedo creer que estoy parado sin hacer nada para ayudar a mi esposa.

No puedo negar que tengo miedo a morir y a las armas.

Pero debo hacerme de valor y ayudar a mi esposa, ayudarla a salir de esto... lo cual sé que es mi culpa.

Si no fuera por mi calentura y querer experimentar con nuevas mujeres, Eleanor estaría bien en casa.

Sin tantas molestias.

Admito que tuve más aventuras antes que Andrea, pero a ninguna les prometí dejar a mi esposa y casarme con ellas.

Todas sabían a lo que nos estábamos enfrentando, era una pequeña aventura de días o tal vez, meses.

Volviendo a mi realidad sin tanto pensar observo al hombre que me está apuntando en la frente con un arma.

El odio en sus ojos por mi, ese asco y repugnancia se le nota a leguas.

Me indica que camine hacía mi mujer, y yo sin rechistar lo hago, no quiero causar más problemas.

Intento abrazarla y darle un poco de calor, pero ella no me deja. Se aleja de mi destrozándome el corazón en mil pedacitos.

—¿Como está el bebé?—le susurro.

Me mira y rueda los ojos para contestar:

— Está bien, creo. No se ha movido desde que estamos aquí... con tu amante.

Siento una gran impotencia ahora mismo, no se que hacer.

Esa maldita loca de Andrea se acerca a mi y apunta a Eleanor con su pistola, mientras me susurra al oído.

—Quiero que me beses, ahora —niego y ella le pega el arma en la frente a Eleanor haciendo a esta gritar mil y una maldiciones—Ahora.

La agarro de la cintura y la beso, ella me sigue el beso, y lo profundiza.

Abro los ojos un momento y veo a Eleanor mirarnos con tristeza y odio.

De tantas cosas malas que le he hecho, nunca pensé llegar a provocar esto.

Me separo de Andrea rompiendo el beso y limpiandome los labios, mientras ella sonríe triunfante.

Miro a Eleanor quien está al lado de su madre tratando de calmarla un poco de esta situación.

¿Puedo hacer algo bien por mi esposa aunque sea una vez en la vida?

Veo a Andrea quien está al lado mio. Si supiera el odio que le ando agarrando justo ahora.

—Dejalas ir, por favor, yo haré lo que sea.

Suplico, intentando

—¿Lo que sea?—se ríe —Mata a Eleanor—dice pasándome el arma.

¿Qué?

¿Acaso estará hablando en serio?

No puedo matar a mi esposa, ni debo. No tomo el arma, no puedo hacer eso.

—¿Ves? no harás lo que sea, eres un cobarde, un débil—dice retirándose de la habitación con los dos hombre que estaban ahí.

Corro hacía la puerta para impedir que la cierren y nos dejen aquí encerrados.

Solos, sin comida y con miedo a lo que nos espera mañana.

—No, por favor, dejalas ir—digo en forma de suplica.