Tu Promesa [TaeKook]

1.

Taehyung despertó con la alarma de su celular, indicándole que era hora de ir a la universidad.

Se levantó de mala gana y se alistó sin mucho entusiasmo, pero aquello cambió al recordar que vería a su mejor amigo. Jeon Jungkook, dueño de sus sonrisas, a quien amaba con todo su corazón desde que se conocieron cuando el menor tenía tan solo 6 años. Desde aquel día su cariño y amor por Jungkook no ha parado de crecer.

Iba unos años más abajo en la universidad, así que en algunos recesos podían verse y pasar un rato juntos. Eso era algo que realmente lo motivaba.

Entre aquellos pensamientos terminó de arreglarse, y con una sonrisa tomó sus cosas y salió de su apartamento.

Por otro lado el menor también había despertado, dispuesto a ir a la universidad, arreglándose en poco tiempo para tener tiempo pues no le gustaba llegar tarde.

Bajó a la cocina, dándose cuenta de que su padre seguía durmiendo, pues no lo veía por ningún lugar. Terminó por tomar solo una manzana para desayunar, no quería molestarlo.

No tardó mucho en terminar la dulce fruta, así que en poco tiempo estaba listo para salir a la universidad, emocionado por ver a su mejor amigo.

•••

Taehyung y Jungkook se encontraron en la entrada como era costumbre, después de un fin de semana sin verse, que para ellos era infinito, se les fue imposible no abrazarse hasta quedar sin aire por la fuerza de aquel abrazo.

-Te extrañé mucho Kookie.-

Dijo Taehyung sin separarse del menor.

-Yo a ti TaeTae, pero solo fue un fin de semana, no sé que haríamos si tuviéramos que alejarnos por más de 2 días.-

-Ni lo menciones, no sé qué haría, posiblemente me volvería loco.-

Dijo el mayor terminando con el abrazo para ver a su amigo a los ojos.

-¿Siempre han tenido ese brillo tan hermoso?-

Pensó el pelinegro, pero decidió pasarlo por alto.

Hace semanas venía sintiéndose diferente con respecto a su menor, pero prefería pensar que era todo parte de su imaginación.

Seguían mirándose directamente a los ojos, no podían dejar de apreciar la hermosa mirada del contrario.

De repente el corazón de ambos aumento la velocidad de sus latidos ante la calidez del momento, haciéndolos confundir con respecto a lo que sentían.

El menor se sentía raro, pero al igual que el pelinegro, decidió no darle importancia.

El timbre sonó, haciendo que sus miradas se separaran.

Por alguna razón, ninguno de los dos quería que ese "mágico" momento terminara, pero no tenían opción, tenían que ir a sus clases. Se despidieron con un corto, pero dulce abrazo para que cada uno de los chicos se fueran a sus respectivos salones de clase aún pensando en lo anteriormente sucedido.

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¡Hola!
Esto es todo por hoy, tal vez un poco corto pero pues bueno xD
Espero les guste :3
Hasta la próxima.