Forever Young ||REDDIE||

.17.

Richie regresó a su hogar por la mañana. Estaba congelado hasta los huesos, pero eso fue lo que menos les importó a sus padres al momento de verlo. Estaban tan preocupados que incluso habían llamado a la policía, pensando que algo malo le había sucedido a su hijo.
En el fondo, Richie quería ese castigo. Quería que al menos alguien le prestara atención. Sentir que lo amaban un poco.
Saldría solo para ir a la escuela y regresar. Nada de amigos visitando y llamando. Richie aceptó el castigo. En realidad no había dicho ni una palabra desde que había llegado.

Al llegar a su habitación cerró las cortinas y la puerta. Ya en la oscuridad, el pelinegro se recostó en la cama y cerró los ojos. Estaba agotado y derrotado. Jamás se había sentido tan mal en toda su vida. Supuso que ahora las pesadillas que había tenido tiempo atrás sobre Pennywise volverían. Fue un pensamiento inconsciente, pero era exactamente lo que iba a pasar.

Maggie Tozier le empezó a gritar a su esposo por ser un padre irresponsable, a lo que el hombre dijo cosas aún peores sobre ella.

Richie tapó su cabeza bajo la almohada e intentó dormir con desesperación. Cada vez más seguido sentía que no era suficiente, que debería esforzarse más por ayudar a arreglar la relación de sus padres. Pero lo malo es que se sentía así respecto a muchas cosas: amigos, escuela (a pesar de tener una de las mejores notas del curso), como persona, e incluso como si fuera insuficiente para Eddie. Estaba harto de toda esa mierda.

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Luego de haber buscado a Richie y no haberlo encontrado, el castaño no durmió aquella noche. El sentimiento de asco crecía dentro de él al pensar en su primer beso y no entendía porqué. Sally era una chica hermosa y simpática. Se preocupaba por sus enfermedades. Era ideal para Eddie. Pero el solo pensamiento de volver a estar así de cerca a ella le provocaba escalofríos.

Al día siguiente apareció en la casa de Richie por la tarde.
La mirada de Maggie se suavizó ante el rostro de Eddie, ligeramente sonrojado.

-Lo siento, Eddie. Pero Richie no puede salir ni recibir visitas -declaró la señora Tozier.

Eddie la veía cansada. Antes solía tener una luz propia, como Richie. Ahora parecía extinta.

-¿Por qué? -Kaspbrak frunció el ceño, ahora con tristeza.

-¡Pues después de la escuela no regresó a casa hasta esta mañana! -la mujer iba a llorar en cualquier momento-. Nunca había hecho algo así.

-¿Y dónde estuvo?

Eddie lo había buscado por todas partes, al menos eso había creído.

-No lo sé, no ha querido decirnos nada -suspiró Maggie-. Lo siento, Eddie. Pero puedes verlo mañana en la escuela.

Sí...quizás lo mejor sería verlo mañana.

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Todos los intentos de Stan por estar a solas con Bill habían sido fallidos, pues su madre estaba casi todo el tiempo en la habitación, pero al menos podía acompañarlo en su recuperación.

-¿A-Ahora serás m-mi doctor? -preguntó Bill con cierta picardía.

Jamás habría hecho ese tipo de bromas con Bev, pero con Stan era distinto.

-Por supuesto -se sentó junto a Bill en la cama-. Sé mucho sobre esguinces.

-¿E-Entonces?