LABERINTO
A medida que los meses fueron pasando, mi tiempo en la calle Roosevelt se incrementó paulatinamente, al punto de ir hasta los fines de semana.
Jimin me había dado la llave del lugar, y lo sentí como una proposición a que vivamos juntos. -claro, eso era sólo mi imaginación-. Pero aunque fuesen fabulaciones, en realidad, pasábamos muchísimo tiempo juntos. Llegué a conocerlo en planos que estoy seguro, ninguna otra persona conocía.
Por ejemplo, Jimin necesitaba tomar café al menos dos veces al día. En el instituto, siempre entraba al aula con un tazón humeante de la bebida, y en Roosevelt, la cafetera estaba encendida prácticamente todo el día. Este hábito, también estaba en Yoongi.
También descubrí que era un buen cantante. A veces, sin darse cuenta, cuando corregía trabajos de sus alumnos, empezaba a cantar en un tono bajo, aumentándolo poco a poco hasta dejar el trabajo pendiente entre sus manos y concentrándose sólo en la música.
Escucharlo cantar era una de mis actividades favoritas. Creo que Jimin lo sabía, puesto que ya había dejado de ser incómodo que me descubriera viéndolo embobado y las miradas habían pasado a convertirse en una conexión mutua, donde nos decíamos muchas cosas sin siquiera pronunciar una palabra.
Y lo principal que descubrí fue que la relación entre Yoongi y Jimin no era tan buena. Había algo en su mirada cuando sus ojos se cruzaban, una expresión herida y una expresión culpable. Lo que me puso en alerta fue lo que aconteció una tarde, cuando me dirigí a Roosevelt. Como ahora poseía llave, y no tenía que llamar a la puerta para que me dejaran pasar, mi intromisión fue silenciosa e ignorada por los hombres que se encontraban en la sala. No fue mi intensión escuchar en la oscuridad del angosto pasillo, pero su conversación llamó mi atención, pues me involucraba directamente:
— ¿Qué mierda pensabas trayendo a Jungkook en estos momentos? — dijo Yoongi con voz contenida.
— Eso no es de tu incumbencia— Respondió Jimin secamente.
— ¡Sí lo es, maldición! Seré yo quien tenga que recoger las piezas de su alma cuando tu...— Respiró profundamente.
— En realidad, no debes hacerlo. ¿Sientes algún tipo de responsabilidad para con él? —. Preguntó receloso.
— La sentiré. Sé muy bien lo que significa que tu mundo se derrumbe de un momento a otro... Y tú también. — se produjo una pausa antes de que Yoongi continúe. — Dime la verdad: ¿qué pretendes con él? — .
— Jungkook a veces me recuerda mucho a ti, incluso a mí...— dijo mientras se sentaba en el gran sofá— Él es un bálsamo en mi vida, una flor que cada día que pasa se vuelve cada vez menos frágil, cada vez más poderosa. — Sus palabras no hicieron más que sonrojarme— Y sé que, pase lo que pase, todo formará parte de su aprendizaje. Formar parte de él... es un halago en lo profundo de mi corazón. —
— Jimin...tantos años han pasado, y sigues siendo un jodido egoísta. Jungkook no es un experimento. No es tú, no es yo. Es una persona completamente diferente— Yoongi tomó su cazadora negra del respaldo de una de las sillas y se dirigió a la salida.
Pasó por mi lado sin siquiera dirigirme una mirada, o un saludo. Pero yo sí lo vi. Su expresión era triste, torturada.
Jimin me estaba observando, y me invitó a pasar. No hizo alusión a la conversación que tuvo con su amigo, y aunque quise preguntar, no pude.
— Jungkook... a veces la vida es similar a un laberinto. Hay muchos caminos por tomar, tantos, que te confundes, obnubilas y hasta llegas a perder el sentido y te pierdes en él. Pero recuerda: siempre hay una salida, una que tú eliges—.
ESTÁS LEYENDO
Wandering Child - Kookmin
FanficNunca me crucé con una persona que me haga decir: es él. Es con quien mi vida cambiará. Es el que hará que me entregue felizmente a la montaña rusa de lo que significa el amor. Hasta que él llegó. La primera vez que lo ví, estaba atravesando el ha...