Soy... ¿un demonio?

Venganza incorrecta.

(t/n)

Me soltaron y explicaron que había estado en un sueño largo... largo de verdad, me explicaron que mi nombre era _____ Asahina y que antes de caer en ese tipo de coma alguien había tratado de matarme un tal... Rin Okumura, me explicaron que el me odiaba porque era mejor que él, eso no lo entendí... ¿era mejor en las calificaciones? ¿deportes? y si era así, ¿como demonios me dejo asi? Lo que pensé es que era un sádico, un psicópata, ¿por que? ¡¡Me enterró un maldito cuchillo en el corazón!! Estaba loco... me hablaron de otras cosas raras, mencionaron nombres y cosas de demonios, no sabía si preguntar o si seguir escuchando... después de un rato la conversación se fijó de nuevo en mi...*¿que haremos con ella?* *debemos preguntarle al amo*... ¿Amo? Pero que mierda...

— ¡Ey tu!-grito un hombre enorme, calvo y con lentes oscuros señalándome despectivamente.

— ¿Ah? Eh... ¿si?- mi voz sonaba rara, ¿así había sido siempre?

— ¿Cómo te sientes?- el sujeto no parecía realmente interesado en mi estado actual.

— ¿Ah? Eh... bueno, supongo... ¿qué bien?- relsmente comenzaba a molestarme, ¿qué tipo de pregunta es esa para alguien que a estado sin hacer nada durante un buen tiempo?

— Muy bien...- le murmuro algo a otro sujeto mas pequeño, este último asintió como perro y salio corriendo. — Irás a la escuela.- se dirigió de nuevo hacia el gigante.

— ¿Aahhh? ¡¿QUÉ?!- me miro con el ceño fruncido, apretó sus puños haciendo que sus huesos tronaran de manera escalofriante... me llevaron a otra casa... grande y espeluznante, me preocupaba más lo que podía haber adentro.

Cuando bajamos caminamos rápido hacia la mansión y después un sujeto nuevo me llevo hasta un corredor que parecía ser infinito...

— De aquí en adelante vas sola.-indicó el tipo totalmente serio ...*wow que valiente*... lucía como si le diera miedo seguir avanzando.

— Ja ¿acaso tiene miedo?- me burle mientras avanzaba de una manera arrogante... después de unos minutos llegue a la puerta, era grande y rara, parecía esas típicas puertas de los libros que si las habrían te llevaban a un mundo mágico y sorprendente, esta puerta, en cambio, parecía que te llevaría a una muerte segura... la abrí un poco dudosa y al entrar note la presencia de alguien más acompañado de un fuerte hedor a podrido y sangre.

— Hijaaa, por fin te veo...- siseo una voz que parecía sonar sólo dentro de mi cabeza. Era raro pero no sentía miedo... — Bueno si no preguntas yo te contaré, soy Satán el creador del mal, tu padre y protector.- ¿AH? ¿había dicho PADRE?

Pasaron demasiadas imágenes por mi cabeza, no tuve retener ninguna pero mis señales de alerta se encendieron casi al mismo tiempo que la palabra "Padre" salió de aquel hombre aún escondido en las sombras.

— Oye, no me juegues conmigo, ¿en serio esperas que crea que tú eres Satán y que yo soy tu hija? Ja, por favor, ¿sabías que las drogas son malas?- el valor florecía de alguna parte que no estaba conmigo.

— Wooow... en serio que tienes valor...- él comenzó a reírse, era una rosa chillona, macabra. Mientras se ahogaba en su propio chiste pronuncio ciertas  palabras en un idioma extraño, chasqueo los dedos y a los pocos segundos un enorme espejo de elegante marco apareció frente a mi.

No me había visto hasta ese momento por lo que tarde un poco en darme cuenta que la chica del reflejo, era yo. Tenía flamas azules alrededor de mi cuerpo, una cola, orejas largas, dientes peligrosos, cabello blanco y ojos cafeces, ¿era yo o era un espejo con truco?

— Esta es la verdadera _____...- explico Satán, casi leyendo me la mente.

Me contó muchas cosas que mi pobre mente a penas comprendió. Me dijo que nosotros queríamos que el Gehena (el mundo de los demonios) y Assiah (mundo de los humanos) vivieran en armonía, pero que el vaticano se oponía porque pensaban que nuestros planes eran otros... me explicó quienes eran los Okumura y explico lo que me habían echo, me mostró la enorme cicatriz en lado de mi corazón...*de nuevo*...

Su plan era simple, juntarme con los exorcistas como una chica nueva... ganarme su confianza, averiguar todo lo posible y cuando hubiera oportunidad... asesinar a los Okumura.