Las apariencias... ¿engañan?

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(t/n)

No sabía que hacer, a quien creerle o en quien confiar, todo era confuso y doloroso, necesitaba recodar lo que había pasado. Pero por ahora no tenía otra opción más que creer en Sat... mi padre, hacer lo que me pedía y cobrar una venganza que yo no necesitaba, pero, que según mi padre sería la única forma de lograr nuestros planes.

Pasó una semana y los planes de Satán comenzaron. Primero me arreglarián algunas cosas para que pudiera entrar de nuevo al instituto Vera Cruz, cambiarme el nombre, apariencia y cambiar mi actitud.

— Me niego a cortarme el cabello....- dije cruzándome de brazos.

— Es eso o te lo pintas, no son tan tontos.- respondió la mujer encargada de mi cambio de apariencia.

— Podría recogerlo o usar un gorro... algo mejor que asesinarlo.- sugerí comenzando a sacarme de quicio con toda esta situación.

— De acuerdo pero tendrás que pegarte el gorro a la cabeza... Y tu nombre...- intervino otro hombre, ayudante de Satán, este si tenía pinta de demonio.

—¿Que tiene mi nombre?- mi siquiera me sabía si realmente era mío.

— Será Nat Kusatsu...

— ¿Eh?... tsk... ¿puedo cambiarlo?- todo lo que elegían para mí me parecía mal.

— No.- sin opciones, bien jugado.

— ¿Por qué?- sólo quería molestar un poco.

Era insoportable todo esto, ojalá pudiera mandar todo a la mierda... después del cambio de apariencia me hicieron entrenar todo tipo de deporte, karate, yoga, esgrima, entrenamiento con aparatos, correr  y danza, entre otros, todo lo que practicaba era para poner en forma cada parte de mi cuerpo, querían que hasta mi lengua fuera fuerte... era doloroso y ridículo la combinación de todo eso, además de vergonzoso pues tenía como a 10 personas mirando como me retórcian...

El día de ir al instituto llegó, pero no eran clases era una presentación de maestros y demás... para "humanos"... los aprendices de exorcistas comenzaban hoy... Utilize la llave que me dieron y aparecí en otros corredores de la escuela... no sabía hacia donde ir.

Se me hacía tarde y seguía perdida en los altos y laberínticos pasillos ...*maldición*...

Rin.

Como siempre Yukio no me despertó y se me hacía tarde, mientras corría me vestía lo que causaba que de vez en cuando tropezara, pero no llegue a visitar el señor suelo... Fue entonces cuando tropeze, pensé que había sido con Shiemi ya que por lo general siempre chocó con ella... pero no, fue con una chica distinta y nueva. Traia un gorro que sostenía todo su cabello, no vestía el uniforme de chica, traia pantalones, la blusa y moño normal, sus ojos eran azules, normales...

— Lo siento, no te vi.- me disculpe separandome un poco de su rostro.

— Bueno me hubieras visto si no corrieras como loco.- pero que tipa... pensé mientras la veía atentamente. — Oye, ¿cuánto tiempo más vas a seguir sobre mi?- dijo con una mirada traviesa, ¿a que se ref...?

Me levanté casi como si alguien me hubiera jalado, ¿por qué seguía tirado en el piso sobre ella?...*pervertido*...aunque esta tipa es muy arrogante...*tsk*...
 

Rin ayudó a la nueva a ponerse de pie, no se dirigieron la palabra, solo caminaron y entraron al salón. Las clases comenzaron y nadie sentía ánimos para acercarse a "la nueva", y bueno, Nat no tenía ganas de hablar con nadie así que las cosas pasaron normal, sin nada interesante. A excepción de que como nueva tenía que presentarse...

*que molestia*... —"Hola, mi nombre es Yu...Nat Kusatsu, un gusto conocerlos."

Cuando Nat regreso a casa y reporto lo sucedido, fue reprendida por no hacer lo que se suponía tenía que hacer... así que le tocó hacer el doble de todo su entrenamiento.

(t/n)

¿Regañarme por no hacer nada?

Todos son unos malditos cerdos... esto se tenía que hacer con calma, bien. No era cosa de llegar gritando "odio a los Okumura sólo porque si, entregenlos"... Aunque a decir verdad cometí un pequeño error... tenía que empezar a presentarme como Nat... ¡QUE MOLESTO!

Soy... ¿un demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora