Soy... ¿un demonio?

Todo regresa a la normalidad.

Yukio

Lleve a Nat o a _____ hasta la enfermería cuidando de que no me vieran los demás. Pasó media hora hasta que despertó, mientras, trate de pensar en cualquier explicación para lo que estaba pasando.

(t/n)

Estoy segura de que me desmaye, y mientras lo estaba tuve un sueño

Me encontraba con los Okumura y mis compañeros todos, estábamos felices, Rin y yo estábamos juntos. Pasaron muchas cosas que no recordaba, por ejemplo, me vi a mi corriendo hasta la espada de Rin... desperté exaltada al sentir el gélido tacto de la espada atravesando mi cuerpo y fue entonces, con un pestañear, que recordé que no era un sueño, es lo que había sucedido.

Me levanté de la camilla y salí corriendo, tenía que hablar con Satán.

(***)

- ¡Ey Satán! ¿qué mierda es lo que me hiciste?- grite sin esperar a que él me encarara.

Tenía un cuerpo nuevo que comenzaba a podrirse, la pestilencia por la carne quemada era tanta que podía sentir mi estómago revolverse inconforme.

- ¿Aaaah? ¿De qué hablas?- abrió los ojos tanto como pudo, una bola flácida salió de la cuenca izquierda que él acomodó como si nada, luego fruncio el ceño y exageró su pose de supuesta inocencia. Estaba mintiendo podía notarlo, cosa que me hizo apretar la mandíbula y contener mis ganas de gritar.

- Lo recordé todo.- dije aún con la mandíbula tensa. - Y quiero una explicación.- dijo puras incoherencias, pero fingí creerle, después de todo estaba en desventaja. Regresaría al instituto, ahí encontraría mejores respuestas.

Rin.

Yukio nos contó que Nat se había sentido mal y marchado a casa, aunque pude ver que estaba preocupado, aunque le pregunté no me dijo nada.
Estábamos en la casa cuando el timbre sonó, estaba en la cocina así que me lave las manos y fui a abrir... me quedé congelado cuando abrí, era ____-, lucía molesta, sus orejas en punta estaban gachas y una vena recorría su pálido cuello.

No podía creer que fuera ella, no podía creer que fuera real, levante ambas manos lentamene hasta su rostro para poder tocarla, aunque al principio se aparto un poco su expresión se relajo, sus ojos brillaron. Por un momento pareció no reconocerme. Pero si estaba ahí, cuando me asegure de que estaba más tranquila la abraze.

Después de eso ella y yo nos pusimos a hablar de todo lo que había ocurrido mientras no estaba, ella me contó que al despetar había perdido la memoria, lo cual Satán aprovecho y utilizo para que nosotros, Yukio y yo, quedáramos como los que intentamos matarla.

(t/n)

Ya sabía la verdad.
Ahora sabía en quien confiar.

No pude evitar sentirme muy feliz por recordar todo así que tome a Rin y lo besé, en cuanto recordé todo lo primero que necesite fue sentir los labios de Rin contra los míos, poder jugar con su cabello y mejillas estando cerca el uno del otro, quería saber que esta vez no dejaría que nada nos separará. Después le pregunté sobre Isis y me dijo que estaba en una celda del vaticano, fui a sacarla de ahí...

(***)

Encontre su celda, ella estaba ahí, pálida, esquelética, triste y moribunda.

- ¿Isis-san? - murmure con el corazon achicado por su deteriorado estado. Ella apenas y levanto la cabeza para mirarme.