🐺❝ Y hablando de cielos ¿Ya te dije que tú eras el mío? ❞
Creer que estaba bien consigo mismo era mentir sin embargo no podía decir que estaba arrepentido cuando era todo lo contrario.
No sabía como pudo haber ocurrido aquello.
Yoongi no se había arrepentido de haberlo besado, no se arrepentía de haber sentido la textura y el sabor de sus labios, no se arrepentía de nada en absoluto. Tan simple como eso, había disfrutado cada segundo tener en sus brazos al pequeño omega y besar aquellos esponjosos labios que le hicieron sentir que estaba en el mismísimo paraíso y su corazón latía errático con solo el recuerdo.
Min Yoongi, el alfa líder de la Gran manada de Daegu empezaba a sentir miedo. No sabía cómo actuar frente a esos sentimientos tan confusos.
Yoongi negó repetidas veces ante sus pensamientos, jalando sus cabellos negros en frustración.
No podía sentir eso por Jimin, no sabiendo de las consecuencias que eso podría traer. Así que decidió dejar a un lado y reprimir lo que posiblemente podría estar sintiendo.
Unos toques en su despacho lo obligó a levantar la mirada para luego responder un "adelante" haciendo que por el marco de la puerta apareciera un alfa de cabellos rubios con una brillante sonrisa en sus labios.
—Yoongi. — pronunció. — ¿Puedo pasar?
—Ya estás adentro. — suspiró para luego revisar alguna que otra carta.
El moreno rió por el comentario, ingresando en la oficina y luego tomar asiento frente al pelinegro.
Este lo miró de reojo interrogante por la aparición de su amigo en su despacho.
Un silencio se formó, donde ninguno habló y solo se dedicaban a observar los documentos en la mesa con esmero. Escribiendo las respuestas de alguno de los escritos mandados.
—Yoongi ¿Ya me dirás por qué viniste? — preguntó luego de un largo silencio.
Conocía perfectamente al pelinegro para que tomará su venida como una coincidencia, sabía que algo tuvo que surgir para que se dignará en venir a Busan.
—¿Tanto te sorprende? — inquirió con sarcasmo a lo que el rubio lo tomó con gracia.
—Te conozco lo suficiente para decir que no haz venido a Busan solo por "negocios". — respondió dejando a un segundo plano los papeles para mirar con detenimiento las expresiones del mayor.
—Pues entonces no me conoces lo suficiente. — expresó cansado de tanto palabreo, levantándose del asiento con el fin de pasearse por el despacho con la mirada perdida.
El alfa rubio lo siguió con la mirada tratando de vislumbrar algún signo de inseguridad en sus ademanes.
Sin embargo, no logró encontrar ninguna señal de ese tipo en su aura.
Todo parecía indicar que estaba en su total orden, pero era precisamente eso, lo que le preocupaba.—¿Cómo se encuentra el Joven Park? — preguntó de la nada tratando de apaciguar el silencioso ambiente.
El más alto solo levantó la mirada sorprendido, esa pregunta lo había tomado por sorpresa que no sabía como responder, Yoongi no lo pasó por alto viendo titubear a su amigo cuando le mencionó al omega castaño.