FAITHFULLY

Capítulo 38: Ella te dará lo que necesitas

    Liam le envió un texto a Erika que fue respondido al instante y con exagerada emoción, Emma estaba sentada frente a Liam fingiendo felicidad cuando Erika aceptó y quedaron para cenar juntos el martes. Los dos siguieron viendo la película en el sillón, era realmente triste. Nadie sabe quién se quedó dormido primero, y nadie supo cómo terminaron así: Liam estaba de espaldas al respaldo del largo y cómodo sofá mientras que Emma tenía pegada su espalda al pecho del muchacho y el pasaba los brazos por su delgada cintura y ella abrazaba a esos brazo.

    Liam despertó primero, sus ganas de moverse disminuyeron al encontrarse totalmente abrazado a Emma. Observo la maraña de cabello que tenía en el pecho que le pertenecía a la chica. «Deben declararme el hombre más estúpido de la Tierra! Como no tuve las agallas de invitarla a salir para que ella sane mi corazón, ahora tendré que salir con la insoportable Erika. Eres una mierda Payne!» Quiso levantarse pero noto que una de sus grandes piernas estaba atrapada entre las dos piernas de la chica. Sabía que si se despertaba las cosas no irían muy bien y si la despertaba tampoco, volvió a recostarse para luego sentir como ella se apegaba más cortándole la respiración; unas incontrolables ganas de besarle su pequeño hombro lo invadió: su cuello estaba estirado dejándole un buen paso para besarlo.

    Siguió sus instintos y recorrió un camino de besos desde su hombro hasta cruzarse con su cuello, sintió como la piel de la chica se erizaba y él sentía que una manada de elefantes le cruzaba por el estómago cuando una sonrisa se cruzó por el rostro de Emma y comenzó a dibujar círculos invisibles en las grandes manos que la sujetaban. Emma abrió poco a poco sus enormes ojos azules y observó donde estaba: una pequeña risita se escapó de sus labios y acercó su cara más a esos hermosos ojos miel.

-Buen día - dijo el rozando sus labios por el cuello de Emma haciendo que sienta escalofríos.

-Buen día - ella respondió cerrando los ojos aun sin despertar del todo -. Qué hora es?

-No lo sé - él miro al reloj de pulsera que traía puesto -. Es la una treinta de la tarde.

-Entonces buenas tardes.

Los dos chicos rieron, a ninguno se le apetecía moverse y menos pronunciar una palabra temiendo por arruinar el momento.

-Dormimos en eso de las cuatro treinta de la madrugada - su voz ya era de por si gruesa, y recién despierto era aún más - tenemos todo el derecho de despertar a esta hora.

Podía haber solo dicho la hora y un pequeño comentario, pero a Emma le parecía que le había pedido que la besara desenfrenadamente sin importar el resto además de la electricidad que sentía por su cuerpo y el contacto de las yemas del muchacho le quemaba la piel.

-Adivina qué? - soltó Liam divertido viendo como ella intentaba seguir durmiendo.

-Que.

-Hoy tengo ganas de quedarme así el resto del día, pedir una pizza y seguir viendo TV justo como ahora.

-Adivina qué?.... Ni yo tengo ganas de moverme, ahora por que no encendemos la TV y seguimos siendo dos vagos felices.