Daniela Calle
«Sí… Sin duda he elegido la carrera profesional equivocada… ».
Era oficial: los funcionarios de la universidad de Reeves habían celebrado una reunión secreta con la única finalidad de enumerar las muchas formas en las que poder conseguir que la ceremonia de graduación de este año fuera la más aburrida celebrada hasta el momento.Todo inducía al hastío, desde el preludio de órgano —veinte minutos para introducir los doctorados— hasta el vídeo de media hora para presumir de las mejores características de la universidad o los discursos de cinco oradores diferentes.
Había permanecido sentada en mi silla durante el tiempo que duró cada uno de ellos, navegando en el móvil en mis perfiles de redes sociales y moviendo los pulgares, aunque sin duda el cuarto discurso fue, sin duda, el más monótono y poco interesante de todos. Cada frase empezaba con un «Y recuerdo que… »,
«Ojalá hubiera sabido… » O «No me lo estoy inventando, chicos… ja, ja, ja… ».
Cuando terminó, no hubo ninguna risa entre la audiencia. Solo silencio. Y ronquidos.
Me cubrí la boca para bostezar una vez más, y la chica que estaba sentada a mi lado cruzó los brazos antes de apoyar la cabeza en mi hombro. Sin mi permiso.— Er… — La miré.
— ¿Sí? — Clavó en mí los ojos.
— Mmm… ¿Nos conocemos? ¿Por qué te estás apoyando en mí?
Parpadeó.
— Venga, en serio, ¿por qué te tomas esas confianzas?
— Shhh… —Se acomodó de nuevo y cerró los ojos.
Estuve tentada a apartarme y hacer que se desequilibrara, pero decidí sacar el máximo provecho de la situación. Así que miré a la chica que tenía a la izquierda, cuyo hombro parecía susurrar mi nombre, y me apoyé en ella.
Varios minutos después, cuando el orador aseguró que estaba terminando por enésima vez, me vibró el móvil. Era un mensaje de texto de mi madre.
Mamá: Lo siento, cariño, pero no puedo soportarlo un segundo más. Por suerte, te he hecho muchas fotos subiendo al escenario. ¡Y también de la ceremonia en el departamento! Nos vemos en casa para la fiesta. ¡Estoy haciendo pinchos de cangrejo! Nos vemos allí a las siete.
Yo: Eres mi madre. ¡Mi madre! Y vas a marcharte de mí ceremonia de graduación antes de que termine. ¿En serio?
Mamá: De hecho, quiero marcharme desde hace dos horas, pero, como soy tu madre, me he quedado un poco más. ¡Te quiero!
Puse los ojos en blanco, pero tampoco podía culparla. Le escribí un mensaje diciéndole que también la quería y que nos veríamos pronto antes de levantar la vista al público. Mucha gente había tenido la misma idea de mi madre.
¡Dios!, incluso algunos de mis compañeros querían marcharse. Los que todavía poseían la energía suficiente para levantarse… Antes de que pudiera decidir qué hacer, volvió a vibrar mi teléfono.
María José: ¿Estás despierta?
Yo: Sí.Escribí otro mensaje de texto.
Yo: Encuentro este discurso muy inspirador. Así que intenta prestar atención, podrías aprender algo.
María José: ¿De qué mierda está hablando este tipo?Atendí al orador durante unos minutos, pero, sinceramente, no logré entender por qué estaba hablando de un pez muerto. Aunque fingí que sí lo hacía.
Yo: Está hablando de correr riesgos, de aventurarte a peligros aterradores y aprender que siempre dan sus frutos.
María José: Esto te va mucho, Calle. Deberías marcharte.
Yo: Quiero escuchar el resto.
María José: Entonces espero que tengas otra forma de llegar a la fiesta de graduación, ya que acabo de ver cómo se largaba tu madre.
Yo: ¿Quéeee? No creo que yo me haya largado de TU graduación. ¡Me quedé allí sentada todo el rato!
María José: No dependía de que tú me llevaras a casa. Te doy cinco minutos.
Yo: Nos vemos dentro de diez.
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Sinceramente Calle y Poche - Adaptación caché. (TERMINADA)
FanfictionCalle y Poche han sido mejores amigas desde cuarto de primaria. Su amistad es tan buena que en ningún momento se han planteado ser algo más que amigas... Siempre se han contado todo en cuanto a sus vidas y sus relaciones, pero por algún motivo ningu...