Tony despachó el asunto de su empleado y rentó una habitación en la posada Danvers, por tiempo indefinido. El bar debajo era excelente y ni hablar de la cantina que estaba pasando la calle.
Timely tenía algo que le gustaba, aunque no podía decir qué.
—¿No va a irse, señor Stark?—le preguntó el sheriff una noche que lo encontró medio borracho en la cantina.
—¿Me está corriendo? —respondió él en broma.
—Para nada, es sólo que no creo que Timely haya sido su lugar de destino.
—Esto es el oeste, ¿cierto? —Tony le dio un trago a su vaso de whisky—. Al oeste es a dónde quería ir.
Timely era un pueblo con muchos problemas, pero en el que nunca faltaban el alcohol y los omegas para divertirse. El burdel estaba lleno de éstos, hombres y mujeres que no tenían reparos en buscar sus favores.
—Eres un alfa, ¿verdad? —le había dicho Banner en cierta ocasión.
El médico era un beta, Tony tenía buen olfato para identificar los géneros. Le caía bien, puesto que era inteligente y diligente. Siempre estaba en el sótano de su casa donde realizaba experimentos secretos, mientras atendía a los heridos arriba. Tony se ganó su confianza pronto y también su amistad, se caían bien y podían charlar por horas sobre ciencia. Una pepita de oro en medio del lodo, pensaba Tony de él, siempre que se retiraba de la casa de su amigo.
—Debes tener cuidado. Timely es un pueblo con gran población de omegas y betas; los alfas son escasos, casi siempre están de paso y los omegas, muchas veces, están desesperados.
—No te preocupes, no estoy interesado en los omegas... al menos, no los comunes. Nos vemos.
***
Cuando era niño, su padre le había dicho que tenía dos tareas en el mundo: mantener la empresa familiar como la más exitosa de su ramo y conseguir un omega de su clase. Para la primera tarea, su padre tenía cierta confianza en él, para la segunda no tanto. Por ello, le buscó más de una vez un matrimonio que fuera adecuado. Tony rechazó todos y cada uno de esos intentos.
Cuando tenía unos años menos y sus padres murieron, se convirtió en una celebridad. Era un alfa joven inteligente, guapo y exitoso. Nada es tan atractivo como eso. Chicas y chicos hacían fila para dormir con él; decenas de omegas se presentaron ante él esperando ganar su venia y convertirse en su pareja. Incluso, algunos se atrevieron a acercársele en pleno celo, ¡como si pudieran tenderle una trampa al gran Tony Stark! Daba risa y se burlaba de todos ellos, al grado de recibir reprimendas de sus propios amigos.
—No puedes rechazar así a las personas—le dijo una vez Rhodey, cuando echó casi a patadas a un omega descarado, cuyo aroma dulce y abrumador, saturó sus fosas nasales hasta la náusea.
—No los soporto—respondió Tony y no sería la primera vez que lo decía.
Rhodey, como el resto de sus amigos, había sacudido la cabeza. Tony estaba en la edad justa en la que los alfas se casan y forman una familia. Pero él se negaba a ello, y a pesar de sus devaneos sexuales, siempre tomaba todas las precauciones necesarias para evitar cualquier error como, por ejemplo, marcar a un omega sin querer.
—Espero que algún día encuentres al omega justo para ti—le decía Pepper—. Pero, tal vez, eres muy exigente.
Tony hacia caso omiso de ello. Él sabía la clase de omega que todos querían para él: un un omega digno y a su altura, es decir, de su mismo estrato social; lindo, amable y hogareño.
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1872
FanfictionTony es un alfa que lo ha perdido todo y en su desesperada huida de sí mismo, llega a un pequeño pueblo en el oeste, donde conoce a un omega que es todo, menos el prototipo de omega; y quizá, sólo quizá, el amor de su vida. #SpecialStonyChristmasDa...