6

1.3K 231 23
                                    

Tony ayudó a Bruce a subir a Steve a la cama del médico.

—¡Rápido Bruce! —pidió desesperadamente.

Steve tosió y salió de entre sus labios una burbujeante masa sanguinolenta.

—No sé si pueda hacer algo, Tony—dijo Bruce acarreando su maletín y abriéndolo tembloroso—. Ha perdido mucha sangre.

—¡Toma la mía, Bruce!

—No es tan simple—dijo Bruce—, además, eres un alfa, tu sangre tiene pocas probabilidades de ser de ayuda.

—¡No hay tiempo, Bruce! —Tony sintió que la voz le temblaba, los ojos se le nublaron y molesto consigo mismo apartó las lágrimas de sus ojos.

—Tony, dame espacio—pidió el médico—, ve a la cocina y pon agua a calentar.

El mecánico asintió y corrió a la cocina; por suerte la hornilla estaba encendida, así que sólo tuvo que acarrear algo de agua y ponerla a calentar. A lo lejos escuchó gritos y disparos, pero estaba lejos de importarle.

Cuando volvió con Bruce y Steve, el primero había abierto la camisa del segundo y dejaba caer torundas empapadas en sangre al piso.

—Bruce...

—Estoy buscando la fuente de la hemorragia. Deja el agua ahí.

Tony asintió y se replegó. No había nada que pudiera hacer, excepto comerse las uñas en aquel rincón. La impotencia lo alteraba y tenía la necesidad de un trago, pero una vocecilla en su mente le taladraba, le recriminaba. Si hubiera estado sobrio habría podido apoyar a Steve desde el inicio de la trifulca. De estar sobrio habría podido cuidarle las espaldas y evitar que le dispararan de esa manera tan cobarde. Si tan sólo hubiera estado sobrio, le habría atinado a esa maldita diana en la frente de ese sujeto. Si tan sólo... no fuera un borracho.

Tony resbaló por la pared y hundió el rostro en sus rodillas. Lloró en silenció recriminándose, sintiéndose culpable como aquella vez.

***

Happy fue quien lo sostuvo cuando llegó a casa borracho. Pepper corrió a prepararle un café.

—Diablos, Tony. Está vez si te pasaste.

—¡Estaba de fiesta, la guerra está por terminar, Happy!

—Lo sé, hermano, todo gracias a ti.

Tony lo miró y lo que antes fue una sonrisa, se transformó en llanto. Sus amigos lo miraron confundidos.

—Se suponía que el rifle de repetición sólo serviría para asustar. Jamás para ser usado realmente—dijo entre sollozos—. Pero ellos... ellos...

Ellos lo habían usado. Tony había querido detener esa matanza insensata, pero sólo había conseguido que la rendición de los confederados estuviera cubierta de sangre.

—¿Cómo es que pueden matarse entre hermanos? —dijo— ¿Cómo es que podemos?

***

Tony levantó la vista, y puso sus manos frente a sí, no se había percatado, pero estaban rojas, rojas por la sangre de Steve. Sangre.

—¿Por qué siempre destruimos lo que es bueno? — se preguntó.

Bruce se limpió el sudor con el antebrazo, no lo escuchó, pero se giró hacia él y le sacudió del hombro.

—Tony, creo que no tenemos opción, descúbrete el brazo.

—¿Eh?

—Necesita sangre, demos un salto al vacío y oremos.

—¿Para qué? —dijo levantándose y quitándose el saco—. En mi experiencia orar no sirve de nada.

1872Where stories live. Discover now