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Al día siguiente, Lobo rojo, junto con la sheriff Danvers subieron a los prisioneros a la carreta, los llevarían a juzgar ante los jueces estatales. Mientras tanto, Steve se haría cargo del pueblo. Cuando el último prisionero estuvo arriba, Lobo rojo fue a despedirse de Steve y estrechó su mano.

—Hombre blanco, amigo... volveré con mi gente después de entregarlos, pero siempre que necesites mi ayuda, estaré ahí.

Steve le agradeció y le aseguro que él también iría en su ayuda. Después, Lobo rojo partió junto con la sheriff y un pequeño contingente de guardias, hacia la capital del estado.

Más tarde,  la familia Richards se detuvo en la comisaría.

—¡Sheriff!— grito Frank—, ¿ya está listo?

—¡Ya vamos! —gritó Steve desde el interior de la comisaría—. ¿Estás seguro, Bucky? Sólo serán unas horas, lo prometo.

—Estaré bien, además, Nat está conmigo. Podemos cuidar de Timely en lo que vuelves.

Steve le palmeó el hombro y salió de la comisaría. Tony ya lo esperaba en la carreta justo detrás de la de los Richards.

—Nosotros los seguimos—dijo Steve y subió junto a Tony.

Richards asintió y agitó las riendas. Steve acompañaría a las familias de las afueras de Timely de vuelta a sus casas. Además, tenía que regresar a la granja Parker y recoger al pequeño huérfano, así como dar sepultura a su familia en el camposanto como se había propuesto, por lo que el dueño de la funeraria, iba también en el contingente.

***

Después de haber recogido al bebé y llevado a los mineros que se habían quedado en la granja que estaban heridos con la señora Richards. Tony y Steve regresaron al pueblo.

—¿Qué pasará con él?—preguntó Tony, quien llevaba al pequeño entre los brazos.

—Por el momento lo cuidaremos. Le pedí a Natasha que investigara en los records del pueblo, si tiene algún familiar.

—¿Y si no lo tiene?

Steve suspiró.

—Lo resolveremos.

Tony asintió y volteó a ver al pequeño que dormitaba ajeno a todo a su alrededor.

***

—Peter Parker—dijo Steve leyendo el informe que Nat le había llevado hasta su casa. Habían comido todos juntos y al despedirse se lo había entregado—. Ese es su nombre, sus padres murieron hace unos meses, en un accidente en Nueva York. Sus tíos May y Ben Parker se estaban haciendo cargo de él.

—Entonces, ahora es doblemente huérfano—concluyó Tony—. Pobre pequeño—añadió acariciando el cabello castaño del pequeño quien había terminado de comer y estaba adormilado.

—Sí, según esto, no tiene más familiares.

Tony suspiró.

—¿Qué haremos?

Steve no supo que contestar. En ese momento, tocaron a la puerta y se incorporó de su asiento.

—Ya vuelvo—dijo.

***

Pepper, Rhodey y Happy arribaron aquella tarde a la estación de Timely y tomaron una carroza hacia el centro del pueblo. Cuando llegaron, encontraron un pueblo medio destruido a su paso, y no se detuvieron hasta que llegaron al taller de Tony. El letrero estaba agujereado por el impacto de las balas y los tres amigos se miraron unos a otros, pálidos como el papel. Tocaron a la puerta, pero nadie respondió.

1872Where stories live. Discover now