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Poco a poco las casas comenzaron a espaciarse unas de otras, lo cual indicaba que se alejaban del pueblo y la civilización, para comenzar a internarse en el desierto. Pararon a la sombra de un único árbol que encontraron a un lado del camino de terracería. Se sentaron debajo de éste, tomaron agua y comieron algo de lo que llevaban en las alforjas.

—No falta mucho para llegar al cañón—dijo Steve señalándole a Tony el camino—creo que será una o dos horas más o menos.

Tony asintió y calculó el tiempo en su mente, estarían atravesando el cañón cuando el sol se estuviera poniendo. Tenía ganas de seguir preguntado sobre ese tal Bucky, pero no tuvo tiempo, fue Steve quien le ganó la posesión de la palabra.

—Creo que no te he dado las gracias suficientes. A pesar del poco tiempo que llevas en Timely peleaste por el pueblo y ayudaste en su liberación.

A Tony le sorprendió eso, Steve ya le había dado las gracias antes, y para él era suficiente. Pero, entonces, comprendió que esas primeras gracias, habían sido por él; ahora se las daba en nombre de Timely.

—No hay de qué.

—Es sólo que te interesaras así por la gente de mi pueblo, me parece increíble, eres un gran hombre Tony, muy generoso.

El inventor se removió en su asiento.

—No lo soy en realidad.

—Ya lo creo que sí—Steve le sonrió y Tony desvió la vista.

Ciertamente, a pesar de entender los motivos, no se sentía del todo digno de esas palabras.

—En realidad no lo hice por la gente de Timely—se sinceró.

Su respuesta consternó un poco a Steve, quien lo miró confundido.

—Me parecen un atajo de cobardes—continuó Tony—, con algunas excepciones, claro. Pero todos se quedaron pasmados cuando te dispararon, como si no tuvieran voluntad. Steve, creo que realmente eras el único cuerdo ahí.

Steve sacudió la cabeza.

—Tenían miedo, Tony, es normal que...

—A ti no te paralizó. Sabías lo que era correcto y lo hiciste. No pensaste en nada más. El gran hombre eres tú.

—Sólo hacía mi trabajo.

—Nah, hay muchos sheriffs corruptos por ahí. Lo que quiero decir es que, tú me ayudaste desde que llegué aquí, me disté un propósito; así que en realidad necesitaba retribuirte. No lo hice por ellos, lo hice por ti.

Su respuesta los sorprendió a ambos y un pequeño silencio se instaló entre ellos. Comieron en silencio, ambos maquinando una respuesta; nuevamente, Steve la encontró primero.

—Nuca te lo pregunte, porque no quería incomodarte y no parecías querer hablar de ello, pero... sé que Timely no era tu destino, huías... por alguna razón, lo mismo pensé cuando noté tu manera de tomar. Pero, si quisieras compartírmelo, ¿de qué huías?

—De mí mismo—Tony volteó a verlo y añadió—: es una larga historia.

—Tenemos un largo camino por delante—lo animó Steve.

***

Era una tarde agradable, el sol daba calor y los pájaros piaban en la copa del árbol en el que unos años atrás, Tony disfrutaba de un picnic con una joven dama. Tony ya no recordaba bien su rostro, pero estaba seguro que era bonita, además, de ser una omega. Por ese tiempo aún se prestaba a las citas arregladas para encontrar pareja.

1872Where stories live. Discover now