"Indefinida."
Sasuke creyó que esta vez iba a ser diferente.
Pero estaba equivocado, la presencia de su hermano le afectaba tanto como en antaño. Quizás, de forma de diferente, pero aún así no podía estar tranquilo.
Y así de diferente fue su reacción. Esta vez no hubo discusiones ni peleas de por medio, Sasuke solo se encerró en su casa.
Ignoró a todo a su alrededor, incluso los desesperado intentos del rubio por acercarse a él y saber qué sucedía.
Día tras día llegó a su puerta, contándole de sus actividades, y Sasuke no tuvo el valor de abrirle, simplemente manteniéndose pegado a la puerta, escuchándolo atentamente.
Nunca abrió.
Se hundió en su tristeza y añoranza, dudando, incluso, de su plan. De todo lo que había armado, dudó de su capacidad, de sí mismo.
El no salir no evitó la aparición de los secuaces de Orochimaru. Había dado las mismas respuestas que recordaba, y obtuvo la misma oferta.
Se sentía inquieto por la siguiente fase, sabía que sería difícil hacer todo eso de nuevo, pero no pensaba que a niveles tan dolorosos.
No quería dejar solo a Naruto.
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Increíblemente, la situación con Sakura no le causó nada. Ni siquiera el principal cariño que había logrado sentir en un inicio, la primera vez que lo había vivido.
Ni siquiera la levantó del suelo, solo la acomodó bien. Luego, siguió con su camino con bastante calma.
Incluso más de lo que debería. Aunque eso no duró mucho, en menos de un parpadeo, ya estaba con los ninjas del sonido, y supo que no había forma de arrepentirse ahora.
No podía, de todas formas. Sentía que estaba dejando atrás una gran parte de sí mismo, pero no podía entender qué era ese sentimiento.
Pero su pecho ardía por la falta de.
Había algo allí, que punzaba. Le molestaba, y más aún, le hería emocionalmente. Sentía que estaba cometiendo el peor error de su vida.
Cosa que sí, era. Pero ahora, había más de un motivo egoísta y sin sentido allí. Estaba tratando de evitar una guerra, y salvar vidas, muchas.
Sus ojos estaban clavados al frente, pero no estaba viendo nada, realmente. Caminaba por instinto, y no caía porque ya estaba acostumbrado a movilizarse de esa forma.
Lo había hecho con Karin, Suiguetsu y Jūgo, lo hizo con Naruto niño, lo seguiría haciendo en un futuro.
Pero, recordó, que ahora estaba yendo a su matadero, el lugar donde se encontraba Orochimaru, un adulto con extrañas intensiones de poseer su cuerpo.
Sasuke nunca había mirado eso desde otro punto que no fuese deseo de poder, pero ahora parecía más un depravado sexual que otra cosa.
Pero enfocándose en otras cosas, porque Orochimaru era un tema demasiado perturbador para él en esos momentos, se puso a pensar en Naruto.
A penas estaba por amanecer, así que suponía que no debían saberlo aún. En un par de horas más, sabría cómo se desarrollarían las cosas de ahí en más.
Rogaba, a quien sea que estuviese ahí arriba, por el bienestar de su rubio.
Se quedó quieto por un instante, alertando a sus acompañantes.
Él había pensado en Naruto como suyo...
Pero solo fue un desliz. Era improbable que-
Dios, ni siquiera iba a pensar en ello.
Estornudó, y continuó caminando. Sus escoltas no dijeron nada, pero por poco y no se tiraban al suelo de alivio, casi creían que debían luchar contra el chico.
Y quién sabe qué les hubiese hecho Orochimaru si dañaban su contenedor. No querían ni pensar en el tema.
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Naruto se despertó en su habitación, y había oscuras ojeras bajo sus ojos.
Estaba preocupado como la mierda por Sasuke. No iba a decir mentiras, no había orgullo que valiera ante su mejor amigo.
Se sentó lentamente en la cama, el cambio se había dado abruptamente, y pasó de verlo todos los días, todo el día, a anhelarlo.
Ya lo había notado hace mucho, pero su vida sin Sasuke era bastante apagada. Es como si el Uchiha hubiese tomado parte, y se hubiese convertido en la luz de su vida.
En el farol que lo guía, a pesar de la tormentosa vida en el oscuro mar.
Y era egoísta, pero prefería que ese faro de luz solo sea conocido por él.
Lo siguiente que supo es que alguien aporreaba con fuerza su puerta, y pudo deducir que no eran personas que lo visitaran mucho.
Abrió la puerta con pereza, y desde ahí su mundo dio un giro de noventa grados.
Sus oídos se taparon luego de escuchar que Sasuke se había ido de la Aldea, escuchaba todo ahogado.
El mundo había dejado de girar como debía, y todo a su alrededor se movía en cámara lenta, e incluso cuando estaba corriendo con la mayor fuerza posible, sus piernas no lo estaban llevando con la suficiente rapidez a la torre Hokage.
Sentía, bajo toda regla, que su mundo se derrumbaba un poco.
Su mejor amigo se había ido.
Las punzadas en su pecho estaban siendo muy constantes, y sabía que no era un dolor físico, era emocional.
Escuchó la explicación de la Hokage, y las órdenes que dictó al que sería su líder de misión, remotamente se preguntó porqué estaba mandando a puros genins a esa clase de misión, pero no tenía ni el tiempo ni la necesidad de hacerla ver su error.
Él quería ir por su amigo, sin importar nada.
Vio a su amiga y compañera acongojada y encogida, pero no mencionó nada, ni siquiera palabras de apoyo hacia ella.
Porque no tenía.
No sabía la forma correcta de consolar a alguien, y no sentía que era capaz de darle ánimos a alguien, cuando él estaba destrozado.
Esa primera hora, fue una confusión para su cerebro, porque no entendía del todo los motivos, y todos sacaban conjeturas, pero nadie le decía hechos.
Al final, terminaron en un grupo de genins y un chūnin frente a la puerta de la Aldea. Sakura estaba ahí, Kakashi también, ambos lucían tristes.
Naruto tuvo que tragarse su dolor, algo habitual, y sonreír.
A este punto, Sasuke lo habría golpeado, y dado un sermón largo sobre porque no debía fingir ser feliz si no lo estaba, y porque no debía anteponer a los demás a su felicidad.
Naruto normalmente le haría caso, pero nada era más importante que Sasuke, no en el mundo de Naruto, al menos.
-¡No se preocupen dattebayo!-exclamó, en su típica pose confiada-¡Lo traeré de regreso, es una promesa 'ttebayo!
Y con la sonrisa de sus amigos en mente, y la completa intención de ver su sonrisa favorita en el mundo de vuelta, partió con el equipo de rescate.
Traería a Sasuke a la Aldea con él, pasase lo que pasase.
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𝙰𝚕𝚎𝚊 𝚒𝚊𝚌𝚝𝚊 𝚎𝚜𝚝 || NaruSasu.
FanfictionEn la vida se toman muchas decisiones, quizás malas, pero igualmente estas crean el camino de nuestra vida. Quienes seremos depende de lo que decidamos. Sasuke está arrepentido de sus decisiones y, gracias a un error de Jūgo en un jutsu mítico, pued...