"Hasta el infinito".
Poder llegar a existir en este mundo era, quizás, la cosa más surrealista que le haya podido pasar. Definitivamente la mayor cosa era el haber reescrito su vida, o la gran mayoría.Ahora mismo tenía enfrente las cosas que más llego a anhelar en sueños. Itachi estaba recargado contra la puerta del hospital, una sonrisa tranquila y ojos oscuros y amables.
Sasuke no pudo evitar correr y abrazarlo con fuerza aferrándose a él, como el niño de cinco años que esperaba a su hermano para ir a entrenar. Para perseguirlo y jugar.
Había recuperado a una de las personas más valiosas existentes, por lo menos para él.
Caminaron un poco, había miradas de terror, odio y repulsividad, pero a ambos no podría importarles menos. Estaban juntos después de tanta mierda.
Volvían a tener a su pequeña familia junta, y ningún aldeano estúpido iba a ser la causa de su amargura. Charlaron, un poco mucho, caminando por las enredadas calles de Konoha, conociéndose más entre ellos de lo que alguna vez llegaron a lograr.
Su caminata inició con el sol en lo más alto, resplandeciente y vivaz, infundandoles la energía. Y ahora, su charla y paseo acababan con el sol bajando, los tonos fríos y oscuros tiñendo su conversación de nostalgia.
Se quedaron de pie en frente a un complejo de departamentos que Sasuke conocía muy bien. Ambos estaban en silencio, pensando, luego Itachi sonrió y lo empujó hacia las escaleras, marchándose inmediatamente después, sin esperar una acción real de su hermanito.
El menor de los Uchiha parpadeó, su corazón sintiéndose pesado y sus entrañas se derritieron y estaban revolviéndose en su abdomen. Subió las escaleras más lento de lo que alguna vez pudo, sus extremidades casi volviéndose plomo contra su cuerpo.
Sasuke tomó una respiración profunda antes de tocar la puerta. Naruto lo había invitado a su casa el día en que les avisaron que lo darían de alta, comentándole que necesitaban hablar, el rubio aseguraba que Sasuke lo estaba torturando por nunca haberle dicho lo que quería aquel día en el hospital.
Una cabellera rubia y húmeda se asomó por la puerta, Sasuke no pudo hacer nada más que sonreír nervioso. Tenia un nudo atorado en la garganta, sus manos estaban heladas y su cuerpo no se sentía como propio.
Caminó lentamente hasta el sillón, la voz de Naruto resonando por todo el lugar, afirmando que necesitaba ponerse ropa. Sasuke ni siquiera reparó en eso, demasiado nervioso para estar, incluso, al pendiente de la piel extra que mostraba su mejor amigo.
No sabía porqué demonio estaba tan asustado y nervioso, las señales de Naruto eran más claras que el agua, el rubio podía ser muchas cosas, pero principalmente era un libro abierto. Por lo menos para él.
El sentimiento que había florecido en su pecho no fue descuidado, siendo alimentado por cada gesto. De pronto, todo lo que podía pensar era en Naruto sonriéndole. Naruto tomando sus manos como si temiera que se rompiera, a pesar de ser igual de fuerte que él. Naruto contándole de su día. Naruto preocupado por él. Naruto abrazándolo. Y NarutoNarutoNaruto.
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𝙰𝚕𝚎𝚊 𝚒𝚊𝚌𝚝𝚊 𝚎𝚜𝚝 || NaruSasu.
FanfictionEn la vida se toman muchas decisiones, quizás malas, pero igualmente estas crean el camino de nuestra vida. Quienes seremos depende de lo que decidamos. Sasuke está arrepentido de sus decisiones y, gracias a un error de Jūgo en un jutsu mítico, pued...