Día 16

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Durante rituales matutinos.

Desde hacía ya un tiempo Milo y Camus dormían juntos, a veces  en el templo de acuario y a veces en el templo de escorpio,  por lo general duermen más en el templo de acuario ya que era el que más alejado estaba de todos y el que no se escuchaba  nada, ni por afuera ni por adentro, esto se debía a  que aprhodite  nunca estaba en su templo y por lo general Shura se quedaba en el templo de Aioros, de esa manera tenían ambos lados despejados y sin interrupciones.

Muchas veces Milo quedaban en encontrarse en el templo del pelirrojo,  pero siempre llegaba tarde y no siempre alcanzaban a comer o dormir juntos ahí  es cuando  su rutina comenzaba, al despertarse.

El primero que lo hacía era Camus con su reloj biológico pero esperaba unos minutos para despertar completamente,  por eso se despertaba a  las cinco o seis de la mañana y después esperaba a Milo o  intentaba despertarlo pero a veces era imposible.

Cuando eso sucedía Camus dejaba todo listo y cuando volvía Milo ya lo esperaba despierto, aunque un poco somnoliento,  Camus le daba un beso, primero corto que después iba tomando fuerza al tiempo que Milo iba despertando.

En sus  fines de semana se tardaban más tiempo en despertarse pero entre semana no lo hacían ya que  tenían que entrenar, cuando era así, ambos se despertaban  juntos con un par de besos y mimos.

Camus para esas ocasiones  recientemente había adquirido una compra, un reloj despertador el cual ponía una hora antes, de lo que lo hacía normalmente  para así pasar más tiempo de calidad juntos, cuando era así  preparaban  su desayuno juntos, comían juntos, se bañaban juntos y también se vestían juntos.

Y  Milo aprovechaba  para hacer reír a Camus  acto que el francés agradecía inmensamente esa acción, porque el rubio siempre  buscaba  la felicidad del el pelirrojo y el de mirada rojiza siempre busca complacer al de ojos azules, por eso se quedaba escuchándolo o se reía de sus chistes, locuras  y bromas. 

Esa rutina no duraba mucho  debido a sus obligaciones como caballeros de Athena,  todo cambiaba cuando llegaban los fines de semana ya que ahí era cuando Camus ponía su reloj despertador a las ocho de la mañana.

El primero en levantarse de la cama era Camus  para apagar el despertador y Milo se despertaba con el; le abrazaba y arrastraba  a la cama para tener un poco más de tiempo juntos.

Por lo general cuando estaban juntos y no tenían misiones o era fin de semana dormían sin camisa ya que se le hacía más cómodo, además sus temperaturas contrastaban  bastante bien  la fría temperatura de Camus  y la cálida temperatura de Milo, les encantaba, les gustaba sentir como ambos se conectaban así fuera  frío o caliente, se sentían únicos y protegidos.

Por lo general cuando eso pasaba duraban sesenta minutos en la cama, Milo con Camus en su pecho y solía peinar el cabello del pelirrojo, en cambio Camus lo que hacía era recorrer con sus dedos del cuerpo de Milo dándole cariño,  duraban  un buen tiempo juntos en esa posición. 

Después ya empezaban a tener  hambre ambos se levantaban y  preparaban el desayuno  juntos muchas veces juntos  y muchas otras separados cuando  lo hacía Camus Milo se queda observándole totalmente enamorado y cuándo lo hacía Milo, Camus le  ayudaba y tenía extrema concentración en las manos de Milo ya que no quería que se  lastimara,  después comían  juntos y después se ponían a leer juntos,  por lo general Camus  leía y Milo se reía de algunos comentarios del libro, a veces  terminaban  jugando juntos.

Su rutina se basaba en pasar tiempo de calidad juntos muchas veces también entrenaban juntos a veces se solían pasar un poco y terminaban  lastimados pero siempre al final se curaban sus heridas. 

Su rutina cambiaba  los días entre semana era un poco más movidita se despertaban  un poco más temprano, aunque a veces Camus  caía entre los encantos de Milo cuando se despertaban duran un poco de tiempo juntos,  aprovechaban  para bañarse juntos y pocas veces terminaba en algo más cuando era así, se encargaban de comer algo sencillo y  bajar a entrenar si tenían entrenamiento.

Y por lo general después de entrenar se iban  a duchar juntos, después tenían toda la tarde para ellos y  terminaban  dándose cariño y robando se besos. 

También hay veces que en las mañanas a Milo se le olvidaba la rutina o la pasaba por alto.

Cuando esto sucedía Camus le seguía el juego y terminaban con rutinas totalmente nuevas, eso era lo interesante de su rutina no siempre era la mismas ya que no siempre estaban juntos o no siempre se despertaban temprano o no siempre la recordaban.

A veces en su tiempo libre se hablaban en su idioma natal así no lo olvidaban y ayudaban al otro a estudiarlo, Camus le ayudaba con la escritura a Milo y Milo con la pronunciación a Camus.

Su rutina era impensable, nadie creería lo melosos y cariñosos que son estos dos en soledad, con Milo a su lado Camus no tenía porque ser frío o ocultar lo que sentía, aunque a veces le fuera inevitable no serlo, Milo con Camus podía dejar su orgullo de lado con Camus y disfrutar mejor de esos pequeños momentos de rutina en las mañanas o esos pequeños momentos juntos eran lo más bonito entre el caballero de Acuario y Escorpio del siglo veinte.

30 días con Camus y Milo. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora