Haciendo algo juntos.
Milo le propuso algo a Camus, le dijo que le daría una sorpresa y que muy amablemente el se encargaría de darle y es que Milo había descubierto en uno de los libros de Camus, que cuando hacías algo nuevo con tu pareja siempre que tenias la oportunidad, eso reforzaba su confianza, comunicación y le daba dinamismo a la relación.
Y Milo no había olvidado eso que le dijo Camus una vez, que el era una persona dinámica, así que quería darle esa dinámica que el tenia a su relación con su bello pelirrojo.
Es por eso que todo el día anterior a la sorpresa que le daría a Camus, se la pasó por fuera del santuario, no fue sino hasta ya llegada la noche que volvió al santuario y subió al decimo primer templo del santuario, ese que le pertenecía a su pareja y le escribió no una, sino varias notas dejando le detalladas notas acerca de lo que tenia que hacer cuando se despertara.
Con eso hecho Milo, fue a dormir y despertó muy temprano y enseguida llegó a un pequeño bar con dos pisos en la cuidad que limitaba con el santuario de las doce casas y allí espero pacientemente a que llegara Camus.
Cuando Camus despertó se encontró con el montón de notas dejadas por Milo, reconocería la letra de ese hombre en cualquier lado, era igual de única a el, Camus hizo todo lo que las notas le pidieron y al llegar al lugar de encuentro con su pareja, encontró a un muy sonriente Milo sentando en una mesa esperando lo, Camus se sentó frente suyo en el otro extremo de la mesa y sin dudarlo y con seriedad que lo caracteriza le preguntó a Milo por la situación.
-Veras querido refrigerador con patas, hace dos días estaba aburrido en tu templo, así que me puse a leer uno de tus libros, en uno de ellos encontré que hacer algo diferente a lo usual con tu pareja era bueno para la relación, así que quise intentar esto contigo y después de pensarlo mucho, surgió esta idea.
—¿Y cual es esa idea, bicho rubio?
—Como tal leí que era hacer algo juntos, así que se me ocurrió que ese algo fuera hablar entre nosotros y que yo te observe leer, por eso traje este pequeño libro que encontré al fondo en tu biblioteca, también podemos tomar te o sake, comer una comida sencilla, así estaríamos haciendo algo nuevo y estaríamos en confianza.
—Me parece perfecto, bicho, entonces vamos a hacer algo juntos. —Camus sonrió ante tales palabras, no había duda amaba a Milo y era muy afortunado por tenerlo, demasiado afortunado.
Y exactamente así fue como comenzó ese extraño momento Camus comenzó explicándole a Milo que ese pequeño libro que trajo, no era como tal un libro, sino un diario de campo que había escrito hace muchos años, sobre el, aquello lleno de una felicidad inmensa a Milo, Camus le había dedicado un libro entero solo a el, además dijo que iba a retomarlo y lo iba a guardar como su más grande tesoro, Milo muy emocionado dijo que también iba a hacer uno sobre Camus, hecho que mas adelante si cumplió.
Después de ese bonito momento de conocimiento y descubrimiento, llegó el comer una comida sencilla observando de frente las facciones físicas del otro, mientras comían, bebían sake por parte de Milo y té por parte de Camus, en algún momento del momento juntos, Camus con el diario de campo en su mano izquierda le dio a probar un poco de té a Milo y Milo hizo lo mismo con Camus y el saque, así de nuevo estaban haciendo algo juntos.
En algún momento de la velada Camus miro la hora en su reloj y le sugirió a Milo que en vez de hacer algo fueran a caminar y de paso comprar el cuaderno o diario donde Milo haría su diario de campo sobre Camus, Milo aceptó.
Le pago al encargado del bar y le agradeció y salió tomado de la mano con Camus, compraron el diario de campo y volvieron al santuario, allí continuaron haciendo algo juntos, cualquier cosa que hicieran siempre y cuando fueran juntos era valioso para ellos, al final de día terminaron durmiendo abrazados y sonrientes por la compañía del otro.
No importaba si era la cama del francés o del griego lo importante era estar en compañía o en los brazos del otro, sintiendo ese amor tan grande que profesaban y tenían por el contrario, con ese sentimiento y pensamiento en la mente, durmieron tranquilamente, pacíficamente y con una gran alegría esa noche, simplemente por el hecho de haber hecho algo juntos y compartir un nuevo propósito en sus vidas, que era guardar lo importante que era el otro para el contrario.
