Acurrucarse juntos.
Camus y Milo no pasaban mucho tiempo juntos y no era porque tuvieran un tiempo ilimitado o porque dejaran todo para lo ultimo.
Todo se debía a que sin importar que encontraban la manera y el lugar de estar juntos, sin importar la circunstancia, el lugar, la hora o la fecha, siempre encontraban la manera de estar juntos, así no fuera como ellos querían y a que se debía esos que ambos no querían, era simplemente que no tenían el tiempo a solas que necesitaban, si tenían tiempo, se la pasaban todo el tiempo juntos, aunque a veces eso no era del todo bueno, cuando estaban con amigos.
Camus se iba no se relacionaba con nadie, a veces Shaka se le unía y ambos parecían estar conectados ya que Milo, Mu y Aioria interactuaban y a ambos, tanto al rubio como al pelirrojo les incomodaba el gato.
Más que todo porque sabían la relación tan entrañable y amistosa que esos llevaban.
En ocasiones Shura y Aioros se reían de esa situación Shura porque sabía como era sentir celos por la relación de otros y Aioros porque sabia lo enamorado que estaba su hermano de Marín, entonces se le hacía imposible que Aioria se enamorara de alguien que no fuera Marín.
Dejando de lado esa situación, Milo y Camus siempre que estaban con sus amigos y no en soledad donde podían compartir su tiempo juntos.
Se dedicaban miradas fugases o sonrisas para nada disimuladas, para eso es que Milo intentaba hablar con Camus, así fueran unos segundos, alguien los interrumpía.
A veces Saga se metía en su camino y Kanon se encargaba de molestar y bromear con Milo, de esa manera ambos, el pelirrojo y el rubio se olvidaban de su propósito inicial que era pasar tiempo juntos, pero no tiempo como lo hacían siempre y me refiero exactamente a que ambos querían estar en soledad, solo ellos dos.
Y es que está pareja una vez al mes, buscaba la manera, la forma, el día, la hora y el momento de pasarlos juntos acurrucados escuchando las respiraciones tranquilas y pausadas que tenían cunado estaban los dos solos y es que el francés y el griego se sentían cómodos y seguros en los brazos del otro.
Y es que esta unión tan rara y es que estos dos se complemente mutuamente son muy bajas y es que escorpio busca la libertad y acuario como un ser posesivo y de mucha exigencia, pudieran estar juntos.
Pero extrañamente esos dos Milo y Camus hacían de esa unión tan peculiar la mejor de todas y cuando por fin el día llegaba a su fin, por fin tenían tiempo a solas para los dos.
Y en especifico ese día del mes, Camus subió con Milo al templo de escorpio, este ultimo por ser el que más cerca les quedaba, en el octavo templo, ambos se sentaron en un cómodo sofá de color rojo que Milo amaba porque le recordaba a Camus y a las manzanas.
Ambos se liberaron, Camus tenia una camisa blanca manga larga de botones que desabotono los primeros para respirar mejor y Milo con una camisa común y corriente de color gris manga larga le hizo compañía al blanco de Camus.
Por fin los dos solos, Camus se sentó en el sofá con las piernas abiertas en el suelo y Milo con sus piernas dobladas sobre el sofá, se acomodo sobre el pecho de Camus con sus brazos alrededor de la cintura de Camus, este ultimo acomodo su cabeza en la cabellera dorada de su pareja y le abrazo por los hombros y torso con una mano y con la otra acariciaba las piernas del rubio.
Las palabras no hicieron falta, las respiraciones calmadas y tranquilas de ambos fueron suficientes, a veces una pareja no necesitaba hablar, reír o practicar el acto sexual, simplemente lo único que se necesitaba era escuchar la respiración del otro y sentir el contraste de temperaturas de ambos y saber que lo mejor de su día era acurrucarse juntos y recibir mimos y cariño del otro.
Eso era lo más especial y el hacerlo una vez al mes les daba la sensación de esperar, anhelar, soñar, extrañar y añorar, por ese momento todo los días de todos los meses, de todos los años de su vida y después de esta última que pasarían juntos.
Porque estos dos estaban destinados a estar siempre juntos, ni el tiempo ni la muerte iba a separarlos.