(Capítulo temprano porque debería de estudiar para un examen y no lo estoy haciendo.)
Haciendo algo ridículo.
El imperturbable caballero de Acuario, el siempre, frío, serio y tranquilo Camus de Acuario, estaba buscando la forma de hacer algo ridículo y es que de la nada, le llegó el impulso de hacer algo ridículo y eso se debía más que nada a aburrimiento.
De la nada tenía ese extraño pensamiento de aburrimiento y es que pensó en leer algo pero le falló totalmente, ese día no podía pensar en nada más que no fuera lo aburrido que estaba y el terrible deseo de hacer algo ridículo.
Y es que en la soledad de su templo, pensó todo tipo de cosas para hacer, pensó recostarse con Milo y hacer una sección de belleza, pintarse las uñas entre si de ese color rojo, cosa que si hizo pero totalmente solo, también pensó en hacer mascarillas caseras y ponerlas en su rostro, pero después se arrepintió porque eso lo iba a aburrir más.
Como si de un foco de luz se tratase, su mente se iluminó, se le prendió el foco y eso se debía únicamente a Milo de Escorpio y es que el era su forma de divertirse, de hecho pasó por su cabeza que Milo usaba su diadema del traje como su virilidad y no es por ser pervertido pero se le hizo agua la boca con ese pensamiento. Si definitivamente hoy Camus estaba totalmente raro y es por ese que necesitaba su felicidad y cable a tierra, Milo de escorpio.
Porque su queridísimo Milo estaba con Aioria y Mu, el caballero de Aries le cae muy bien, es sencillamente inteligente, arriesgado y a la vez valiente, tenía muchas cosas muy buenas a destacar, pero el caso era el porque pasan tanto tiempo con Milo, ahora entendía el porque a Milo no le gustaba que entrenara o pasara tanto tiempo con su estudiante o discípulo; Hyoga de Cisne, futuro caballero dorado de Acuario.
Pero eso no lo iba a detener, estaba aburrido y estaba comenzando a molestarse porque las cosas no le salían como el quería que le salieran y eso no le agradaba en lo absoluto, sin avisarle a nadie en el quinto templo donde estaban los tres caballeros, sin pensarlo grito con fuerza el nombre de Milo y ese grandísimo grito les dio un escalofrío a Milo y Aioria, Mu totalmente compresivo le indico que fuera con Camus y el Milo corrió hasta Camus.
Cuando el pelirrojo por fin pudo ver a Milo acercarse a el corriendo, se le ocurrió la maravillosa idea de besarlo de cabeza, Camus estaba seguro que todo mundo le haría ilusión a esa magnifica idea, aunque nadie pudiera haberlo tomado en cuenta porque solo Milo lo vería, pero eso no importaba, simplemente quería hacer el ridículo una vez en su vida, porque podía y quería. Y de hecho lo hizo.
Milo se pegó el susto de su vida cuando a la salida del templo de Aioria, Camus estaba boca abajo colgado de quien sabe donde, lo peor fue cuando el pelirrojo intento atraparlo con sus manos, causando aun más terror en Milo.
Del susto Milo se desmayó y Camus volvió a tierra, muerto de la risa, no fue correcto lo que hizo pero se sintió tan divertido que no dudo en reírse, hasta que notó como Milo no despertaba, lo cargo al estilo princesa y en decimo primer templo del santuario espero que despertara.
Cuando Milo despertó, cuestiono a Camus por su acción y este solo mencionó que estaba aburrido y quería hacer el ridículo aunque solo fuera una vez, Milo le dijo que siempre que quisiera el le enseñaría a divertirse y hacer el ridículo, con la única condición de que no le pegara esos sustos de nuevo; con eso dicho ambos pasaron en resto del día riendo por los chistes, bromas y pensamientos del otro, al final si se divirtieron después de hacer el ridículo-aunque fue Milo quien lo termino haciendo al caer inconsciente y no Camus, quien era el que lo quería hacer.- y de desmayar a un escorpión rubio y de por fin hacer reír a un pelirrojo refrigerador andante enamorado, gracias a un bicho arácnido rubio que también estaba enamorado de un pelirrojo frío para otros, cálido para el escorpión.
