— No tenías que hacer algo como esto, Will — el chico tomó el oso de peluche — Pero de todos muchas gracias — dijo, antes de que William se enojara — Es un gesto muy hermoso.
— Es por lo que pasó — se rascó la nunca — Lamento mucho todo lo ocurrido...
— Olvídalo, estamos en la escuela — murmuró — Todos nos están mirando y no deben de saber nuestras cosas.
— Tienes razón — se acercó al menor y éste se asustó — Sólo es un beso, precioso — dejó caer sus labios sobre los de éste — Te quiero, precioso.
— Yo... también te quiero — un nudo se formó en su garganta — Si deseas podemos vernos después de clases.
— Está perfecto — sonrió, de lado — Te esperaré a la salida.
— Está bien — con una sonrisa fingida, se sentó y pudo respirar en paz cuando William lo hizo a unos metros de él. Nunca de los nunca jamases se acostumbraría a tener una relación con alguien abusivo y que cambiaba de personalidad con frecuencia.
— Estas temblando, Ed — Mike rozó su mano — Tranquilízate, por favor.
— Casi no puedo respirar — buscó en su mochila, una botella de agua — Necesito salir de aquí antes de que las cosas se salgan de control.
— Lo sé — dijo Mike, compresivo — Nos iremos de california y haremos una vida juntos lejos de éste barrio de mierda.
— No podemos irnos juntos, Mike — susurró, en voz baja — No puedes ir...
— Iremos juntos a la misma universidad — tomó su mano y rozó sus nidillos — Tu padre movió sus influencias y conseguí una beca, por lo que se nos hará sumamente fácil cuando nazca tu hijo, puedes estudiar en las mañanas y yo en las tardes o viceversa.
— ¿Harías eso por mí?
— Obviamente — el profesor ingresó al salón de clases — De todas formas prefiero irme de aquí a que mañana no la cuente por estar con Kaleb en esta vida.
Edward suspiró, y acarició de forma inesperada su vientre plano, ya faltaba poco y se podría ir lejos de ese lugar sin mirar atrás. Cuando al fin pudo respirar con normalidad, fue en el instante que entregó su examen, faltaba tan poquito para que todo su infierno terminara, que contaba los días en los que pudiese irse lejos de todas las personas que alguna vez le hicieron daño.
Como siempre, en su hora del receso en lugar de ir a la cafetería fue a la biblioteca con Mike, debían de ponerse al día con algunas cosas y más aún cuando éste le dijo que William planeaba llevarlo a una de sus tantas carreras nocturnas a las que tanto temía por su vida.
— ¿Cómo van las cosas con Kaleb?
— Van de mal en peor — dijo, triste — Digamos que el enojo que William le hacía tomar se lo desquitaba conmigo — subió las mangas de su abrigo — Creo que las cosas se están saliendo de control... pero al final termina disculpándose y para que no se enoje más cedo.
— ¿Tu mamá no sospecha nada? — tomó uno de sus libros favoritos y fueron hacia una de las mesas del fondo — Seria algo muy poco responsable de ella el no darse cuenta de lo que está pasando con su hijo.
— Lo dudo, se cuidar cada una de mis cosas para que no sospeche de nada, pero a veces siento que se hace la loca — tomó un libro de su mochila — Con decirte que hasta dijo que podíamos casarnos cuando terminara la universidad aquí en california, ¿Qué clase de madre dice eso?
— No te lo tomes a mal — hizo una mueca — Pero de la única forma en la que tu madre puede aceptar algo como eso sería si recibiera algo a cambio.
ESTÁS LEYENDO
My Precious {gay} {m-Preg}
De TodoEdward Coleman, es el chico nerd que suele pasar de desapercibido ante los ojos de los demás, pero eso puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Edward piensa que seguir siendo el típico nerd de la escuela puede tener sus ventajas y más aún si tie...